26.10.10

"Antes era mi hijo, ahora lo es de todo el pueblo".

CRISTINA MARTÍNEZ/Campamentos de Agdaym Izik

"Antes era mi hijo, ahora lo es de todo el pueblo". La madre de Elgarhi Nayem Foidal llora a estas horas la muerte de su hijo pequeño, quien con sólo 14 años se ha convertido en mártir. Así le llaman desde que la noticia de su muerte corrió la tarde del domingo en El Aaiún como la pólvora. Soldados marroquíes ametrallaron el vehículo en el que intentaba acceder, junto a otras siete personas, al campamento de protesta Agdaym Izik.

Los ocupantes del vehículo no pararon cuando les dieron el alto y los soldados abrieron fuego. Ghari Zubeir, hermano del menor fallecido, se debate entre la vida y la muerte debido a las heridas de bala en hombro y espalda, un dolor insoportable para una madre que, no obstante, anegada por las lágrimas, aún proclama: "Esto nos va a dar mas fuerzas para luchar".
Hoy ha perdido un hijo, al pequeño de un total de siete, un niño de sólo 14 años, "muy educado y buen estudiante"; otro, está herido de gravedad y un tercero en la cárcel desde que se montó el campamento. Su llanto es desconsolado, pero esta mujer saharaui, arropada por otras mujeres, tiene las ideas muy claras: "Son víctimas de la represión marrroquí, empezaron con piedras y han llegado a las balas, son unos asesinos".

El niño saharaui Nayem Elgarhi falleció el domingo 24 de octubre, cuando tropas del Ejército marroquí dispararon contra el vehículo en el que se dirigía junto a otros civiles al campamento de protesta establecido hace unos doce días a unos 18 kilómetros de la capital del Sahara, El Aaiún, informaron activistas de derechos humanos saharauis en la zona.

El ataque se produjo a las 19:00, hora local, a dos kilómetros del campamento, cuando "un arma automática de las tropas marroquíes acribilló el vehículo" en el que trasladaban 8 ciudadanos saharauis. Además del fallecido, resultaron heridos otros tres ocupantes, uno de ellos de gravedad, Daudi Ahmed, de extrema gravedad, indican las fuentes.

Entre 15.000 y 20.000 civiles saharauis permanecen en las proximidades de la capital del Sahara Occidental, en el campamento que comenzó a formarse hace unos doce días por un pequeño grupo de jaimas como acción de protesta reivindicando trabajo y servicios básicos como la sanidad y la educación para la población saharaui en el territorio ocupado por Marruecos desde 1975 y al que se fueron sumando centenares más.

Desde entonces, tropas marroquíes bloquean el campamento y las salidas de la capital saharaui para evitar que se sumen nuevos ciudadanos. Durante los últimos días ya se habían producido heridos que habían sido atendidos en el campamento, pero los medicamentos, el agua y los alimentos escasean.