8.7.06











LA MALETA
Yo tengo preparada la maleta. Una maleta grande,
de madera.
La que mi abuelo se llevó a la Habana;
mi padre, a Venezuela.
La tengo preparada: cuatro fotos,
una escudilla blanca, una batea,
un libro de Galdós y una camisa
casi nueva.
La tengo ya cerrada y, rodeándola,
un hilo de pitera.
Ha servido de todo: como banco
de viajar en cubierta,
y como mesa y, si me apuran mucho,
como ataúd me han de enterrar en ella.

Yo no sé donde voy a echar raíces.
Ya las eché en la aldea.
Dejé el arado y el cuchillo grande,
las cuatro fanegadas de mi vieja.
...¡La hostelería es buena! - me dijeron.
Y cogí la bandeja.
"Sí señor, no señor, lo que usted mande,
servida está la mesa"...
Yo por vivir entre los míos hago
lo que sea.
Vi las mujeres pálidas del norte
arrebatarse como hogueras,
y llevarse las caras como platos
de mojo con morena,
tanto que aquí no dejan ni rubor
para tener vergüenza.
Vi vender nuestras costas en negocios
que no hay quién los entienda:
vendía un alemán, compraba un sueco
¡y lo que se vendía era mi tierra!

Pero no importa. Me quedé plantado.
Aquí nací, de aquí nadie me echa.
Hasta que el otro día lo he sabido,
y he hecho de nuevo la maleta.
Ha sabido que pronto
van a venir de afuera
técnicos en alambrar los horizontes,
de encadenar la arena,
de hacer nidos de muerte en nuestras fincas,
de emponzoñar el aire y la marea,
de cambiar nuestros timples por tambores,
las isas por arengas,
las palabras de amor por ultimátums,
por tumbas las acequias...

Si se instalan los técnicos del odio
sobre nuestras laderas,
los niños africanos,
desvelados bajo la lona de sus tiendas,
mirarán con horror las siete islas,
no como siete estrellas,
sino como las siete plagas bíblicas,
las siete calaveras
desde donde su muerte y nuestra muerte
indefectiblemente se proyectan.

Yo por mi parte
cojo la maleta.
La maleta que el viejo
se llevó a las Américas
en un barquillo de dos proas.
¡Qué valientes barquillas atuneras!
Tienen dos proas, una a cada lado,
para que nunca retrocedan.
Vayan donde vayan siempre avanzan.
¿Quién dijo popa? ¡Avance a toda vela!
...Y yo ¿voy a quedarme reculando?
¿Voy a dejar que crezca
sobre la tierra mía
toda la mala hierba?
¿Voy a volver la espalda al forastero
que vendrá con sus máquinas de guerra
para ensuciar de herrumbre las auroras,
de miedo las conciencias?
Pensándolo mejor, voy a sacar
de la vieja maleta el libro,
la camisa, la escudilla, la batea...
Voy a pintar y barnizar de nuevo
su gastada madera,
voy a quitarle el hilo y a ponerle
la cerradura nueva.
Y con ella vacía
me acercaré a La Isleta,
y al primer forastero de la muerte
que llegue a pisar tierra
se la regalo, para siempre suya,
y que la use y nunca la devuelva.
¡No quiero más maletas en la historia
de la insular miseria!
Ellos, ellos,
que cojan ellos la maleta
Los invasores de la paz canaria,
que cojan la maleta.
Los que venden la tierra que no es suya,
que cojan la maleta.
Los que ponen la muerte en el futuro,
que cojan la maleta.
Que cojan la maleta,
¡que cojan para siempre la maleta!

POEMA DE PEDRO LEZCANO

SOBRE LA LEY DE RESIDENCIA

Para un revolucionario canario, que quiere un mundo distinto y acabar con las fronteras, no es fácil hablar de Ley de Residencia pero, si tenemos que ser consecuentes con la realidad, es importante hablar y debatir sobre ello. Más aun cuando el mundo se encuentra dividido por fronteras y Canarias colonizada por España y las multinacionales europeas. Hay muchas maneras de matar a un pueblo. Y al pueblo canario lo están matando poco a poco los españolistas de todos los colores. Europa hasta la fecha en nada ha beneficiado a Canarias. La agricultura, la ganadería y la pesca están en un cada vez mayor en declive, por no decir en muerte clínica. Los miles de millones de euros recibidos de Europa han ido a parar a los lacayos del colonialismo. Han hecho desaparecer del mercado internacional nuestros sectores básicos. Las subvenciones solo están llenando los bolsillos de unos pocos. En nada benefician al pueblo trabajador canario, que cada día esta más empobrecido y con los peores salarios y la cesta de la compra más cara de Europa. En los diez últimos años han establecido su residencia en las islas una media de cincuenta mil habitantes por año. Esto ha supuesto quinientos mil nuevos residentes en un territorio fragmentado de 7.541 Km2. Nunca en ningún otro lugar del mundo la población ha crecido tanto. Canarias ha pasado de un millón y medio de habitantes en el 1996 a dos millones en el 2006. Si este crecimiento continúa, el Archipiélago será insostenible social, ecológica y económicamente en el futuro, por lo que es obligada una Ley de control del crecimiento demográfico. En Europa y en el resto del Mundo ya existen muchos precedentes de territorios que tienen controles de población en sus espacios geográficos. Una Ley de Residencia en Canarias no generaría ninguna situación excepcional en la Unión Europea: muchos países de la propia UE tienen establecidos en parte de sus territorios nacionales controles estrictos de asentamiento, incluido la de propios nacionales y comunitarios. Francia tiene limitada su población en Córcega. Italia en la Isla de Elba, Cerdeña y Sicilia. Inglaterra tiene limitada la población en las Islas del Canal o Anglonormandas, Isla de Man, Islas Horcada e Islas Hébridas. Dinamarca lo mismo en la Islas Feroe. Grecia en muchas islas del mar Egeo, en las islas del Dodecaneso y en las Esporadas Septentrionales. Portugal en Madeira y Azores. Si continuamos veremos que en la mayorías de las islas del planeta, incluso en territorios continentales, se controla el asentamiento de nuevas poblaciones para la sostenibilidad del medio. ¿Qué es más progresista? La destrucción sistemática de los territorios insulares o la regulación para que este no se destruyan? Hay que ser claro: a mayor población, más carreteras, más coches, más hoteles, más viviendas, más chatarra, etc... ¿Que queremos para el futuro de Canarias, un Hong Kong, un Taiwan o un territorio sostenible? Seamos claros claro sobre el tema de la emigración: ningún ser humano quiere dejar su tierra madre. Emigramos porque pasamos necesidades en nuestra tierra. Cuando la mayoría de los canarios y africanos cruzamos las fronteras europeas, los policías nos han registrado e interrogado como si fuéramos delincuentes. A muchos nos han apaleados a la salida de las discotecas. Nos han escupido a nuestro paso por las calles al confundirnos con árabes, por ser morenos. Eso no es todo. Los emigrantes en Europa hacemos los peores trabajos. Muchas veces nos utilizan como carne de cañón en empresas contaminantes. No se nos reconoce los años de experiencia y los conocimientos en el puesto de trabajo. Cuando el europeo ve la oportunidad, nos maltratan de palabra llamándonos moros, cabeza negra, sudacas, canaco, etc... Como colofón cuando regresamos los canarios a nuestra tierra nos sentimos extranjeros. Si vas a un hotel a pedir trabajo aunque hables perfectamente varios idiomas, siempre tendrá preferencia la buena presencia europea ya que, auque el europeo sea analfabeto funcional, para el empresario vende mas su físico que un afro-canario. No actúa igual un inmigrante por motivos políticos o económicos que un inmigrante incentivado por el colonialismo. Mientras el inmigrante político-económico trata de adaptarse al país de acogida, el inmigrante incentivado viene con aire de superioridad a la colonia demostrando un claro aire de despotismo en el trato con los nativos. Los franceses en sus colonias son un buen ejemplo. En particular en Nueva Caledonia, en su día de mayoría nativa, que es hoy día una minoría despojada de sus riquezas. Por no hablar de las pruebas nucleares que hicieron los franceses en la Polinesia en los años 1966 al 1974. La política de España con respecto al Archipiélago Canario no se diferencia en mucho a sus vecinos franceses. Por eso los españolistas no quieren una Ley de Residencia en Canarias, sino seguir españolizando las islas y convertir a la población autóctona canaria en una minoría en su propia tierra, como ya han conseguido en Fuerteventura y Lanzarote. La Ley de extranjería española no trata a todo el mundo con el mismo rasero. Mientras que los europeos pueden circular trabajar y establecerse en Canarias libremente, a los que provienen de los países empobrecidos de América Latina y África se les cierran las puertas y se les humilla. El proyecto de Ley de Residencia que los independentistas canario proponemos es distinto y contrapuesto a la política de los partidos políticos y sindicatos españolistas. Queremos derechos y trato igual para todos los trabajadores, sean canarios o extranjeros. Y mayor facilidad para establecerse en Canarias a los inmigrantes que más lo necesitan, en particular a las personas que provienen de las guerras y hambrunas de nuestro Continente Africano.José Luis Valdés

6.7.06

NUEVA COLONIZACION EN CANARIAS


Coalición Canaria abre las puertas a una nueva colonización

Ramón Afonso
Con el colapso de la URSS, y a pesar de que la emergente China y la vieja Europa están intentando remediarlo, Estados Unidos se ha convertido en el centro del poder político y económico mundial, por lo tanto es allí donde se toman la mayor parte de las decisiones que afectan al resto del mundo. En este nuevo orden internacional, el histórico y decidido patrocinio por parte de la Cia –bajo los auspicios de Henry Kissinguer– de aquellas “dictaduras amigas” que adquirieron características dantescas en una guerra contra la mayor insurgencia cívica planetaria, ha dado paso a un apoyo incondicional a estas democracias sensatas y obedientes con los designios del Banco Mundial y del FMI, lo que Santiago Alba define acertadamente como la pedagogía del voto capitalista, aunque sin titubeos a la hora de utilizar el poderío militar allí donde no han servido otras armas. Cuando fracasa el objetivo estratégico de imponer regímenes neoliberales bajo el control imperial estadounidense se recurre al propio aparato militar y al de la OTAN, como ha sucedido en Yugoslavia, Afganistán, Iraq… Allí donde sus multinacionales no han podido manipular las reglas del juego y los pueblos se elevan soberanos, amenazan constantemente –Plan Colombia, maniobras en el Caribe– a sus díscolos e inconformistas dirigentes “populistas”.
La concentración de poder económico y político que caracteriza la Globalización configura espacios asimétricos, unos territorios centrales privilegiados y otros periféricos más numerosos y menos favorecidos, aunque aquí se haya preferido ir aún más allá y considerar las Islas Canarias como un territorio “ultraperiférico” de la Unión Europea, con la intención de captar subvenciones y prebendas. En cualquier caso, esa situación del Archipiélago lo hace extremadamente dependiente de las ayudas y capitales externos; sin embargo, desde los años 80 surge, paradójicamente, toda una batería de iniciativas concentradas en lo que se ha dado en llamar Desarrollo local. Se ha configurado una marca emocional, “Lo nuestro”, como soporte ideológico necesario para emprender las tareas de reajuste neoliberal: la potenciación de las empresas locales y los instrumentos de financiación, una paulatina destrucción del Estado de Bienestar y un exacerbado culto al emprendedor -figura que ha sustituido al ciudadano-, la creación de infraestructuras para el transporte y las comunicaciones –Plan Interinsular de Transportes, Puerto de Granadilla, etc.–, la construcción de polígonos industriales –San Isidro y Arinaga– e institutos o parques tecnológicos –ITER, ITC–; en definitiva, una fuerte inversión encaminada a potenciar la competitividad de las empresas privadas. El objetivo, como cabría esperar, no ha ido encaminado a corregir las desigualdades sociales o impulsar el desarrollo pues simplemente se han utilizado fondos públicos para la localización empresarial, socializando el gasto al mismo tiempo. Para constatarlo basta conjugar la Encuesta de Ingresos y Condiciones de Vida de los Hogares Canarios con los beneficios de algunas de las sociedades instaladas en esta Arcadia empresarial.
Esos ajustes neoliberales demandan, además, una mayor descentralización del Estado, por eso no es casualidad que casi la totalidad de los estatutos de autonomías estén siendo reformados como tampoco lo es que el núcleo duro de sus reivindicaciones sea la asunción de más competencias con la excusa de hacer más competitivos los territorios en una lucha fratricida que sólo favorece a las grandes corporaciones. Con la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias y una vez que, a juicio de José C. Mauricio, el turismo ha dejado de ser el motor económico del futuro, el Tripartito Canario puede ofrecer, con mayores garantías, si cabe, a las Cámaras de Comercio de EE.UU. una política de privatizaciones generosa, esos mecanismos de exoneración fiscal (RIC y ZEC) que hacen tan atractivas estas islas, una legislación laboral hecha a la medida de los explotadores, una normativa medioambiental ridículamente adaptable a cualquier actividad que se desee y una seguridad jurídica única en la región. Es decir, se ofrecen éstas islas como mero soporte para las empresas norteamericanas que están dispuestas a establecerse aquí, es lo que Coalición Canaria apoda Plataforma Logística Tricontinental. Esta recolonización del archipiélago no es obra de ningún estado ni potencia extranjera, esta brutal invasión obedece únicamente al imperio del capital y sus corporaciones con importantes y conocidos aliados autóctonos. El Tripartito Canario, a la vez que bloquea desvergonzadamente su frontera a tanto migrante negro, ha abierto la puerta trasera africana a las multinacionales para que aquellos 42.000 millones de euros anuales que acordó el G-8 en Gleneagle en julio de 2005 como ayuda al continente negro retornen, en una suerte de maquiavélico circuito económico, para engrosar su cuenta de resultados.


Si el ejército de EE.UU. y la OTAN tienen la misión de asegurar el control de los yacimientos y recursos naturales mundiales a las corporaciones y multinacionales, Coalición Canaria debe garantizar las mejores condiciones de seguridad y paz social, por ello, la creación de una policía autonómica ha sido uno de sus objetivos irrenunciables. Ante la imposibilidad de llegar a acuerdos parlamentarios para su gestación, han elevado a rango de autonómica a la Unipol, grupo de élite de la policía local de Santa Cruz de Tenerife. Un convenio de dudosa legalidad firmado por el alcalde Miguel Zerolo y el Consejero de Presidencia, José M. Ruano, permite que este grupo policial, denunciado en numerosas ocasiones por brutalidad y al que se consiente actuar de forma «alegal» al ejercer competencias de seguridad ciudadana exclusivas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pueda intervenir en cualquier lugar del archipiélago en determinadas circunstancias, con especial atención al satanizado fenómeno migratorio. Se puede pensar, por tanto, que la creación de la Unipol no fue un mero capricho de Zerolo, sino una apuesta decidida de su partido por controlar un servicio de información e inteligencia propio, a la vez que poder proporcionar seguridad policial a tanta empresa gringa como el fondo de inversión Colony Capital Management, fuertemente vinculada a las empresas canarias Satocan y Lopesan.
Esa fragmentación territorial y social que impone el neoliberalismo, con el apoyo oportunista de las oligarquías autóctonas, es una manera malintencionada de crear espacios intersticiales por donde la lucha redentora de la clase trabajadora mundial acabe escapándose como el agua entre los dedos.

4.7.06

Gara y Jonayl


Leyenda Canaria (historia de amor)
Gara y Jonay o el amor canario


Esta es una narración, según transmisión oral de un guanche (hombre de Tenerife o tierra de fuego, hoy por extensión el vocablo guanche es referido a todos los canarios) y una descendiente de un mencey de La Gomera, destinada, por sucesión matrilineal a gobernar a sus súbditos, lo gomeros. La sucesión no era de padres a hijos sino al mencey le solían suceder los hijos de una de sus hermanas, debido a la influencia social de la mujer, auténticas matriarcas ya que debido a que con la generalidad de las mujeres se mantenían relaciones sexuales cuando surgían espontáneas o “salto de mata”, como decimos vulgarmente, y que, por tanto, no tenían seguridad que los hijos fueran del Mencey, por lo que para el sistema sucesorio se daba importante relevancia a las hermas.
Habida cuenta que la historia, de estos dos amantes canarios, nos parece especial y muy bonita en orden a la manera de ser de los habitantes de estas ínsulas, a modo de ensayo, sentimos que debemos reflexionar sobre la misma, aportando nuestro pequeño granito de arena sobre la misma sobre la posibilidad de enlazarla con esos amantes de los cuales se han ocupado en la literatura algunos clásicos. Esta pareja canaria de nuestra historia también se inmolaron por amor, haciéndose el Atis Tirma Umiaya (despeñarse) o el bacaguare (queremos morir).
Parte muy importante de nuestro relato son el agua y el fuego, en torno a los cuales gira y ha girado el devenir de la vida de los canarios, muy condicionada al Teide (Echeide) o el fuego de este milenario volcán. Del agua y del fuego, de ahí a modo de ceremonia ritual que las jóvenes, por la época del beñesmed, en el solsticio de verano (24 de junio) ritos muy propios de los orígenes y creencias de los aborígenes canarios. Era costumbre, cuando llegaban las fiestas del beñesmed, el que la jóvenes gomeras, bajo la vigilancia de un guáyame (sacerdote con poderes mágicos) juntaban aguas de las siete chorros de un estanque, hechos de veas, musgos y yedras, antes de que el sol saliera. Miraban sus rostros en el agua y si la imagen era calma y clara, ese año encontraban pareja. Si el reflejo era turbio o lo empañaban las sombras, era mal augurio, la desgracia aguardaba., que fue lo que le ocurrió a Gara, hija de la Matriarca de La Gomera, que el agua se cubrió de sombras.
Para la celebración de las fiestas y con el objeto de buscar pareja para su hijo Jonay, arribó a la Isla el Mencey Axerach (Gran Tinerfe). Al encontrarse Gara y Jonay se contemplaron, se descubrieron y se enlazaron sus miradas. Les fue imposible impedir que el amor les alcanzase y en la fiesta, después de conocer que estaban enamorados, se hicieron participes de su amor llenos de júbilo, para, posteriormente, hacer público el compromiso, entre un noble adejero y una princesa gomera destinada a ejercer el matriarcado en aquella Isla que, en la que como en la mayoría, era costumbre de gran arraigo y sistema de gobierno.
A penas se dio cuenta de la nueva, el mar se pobló de destellos, Echeide, el gran volcán de Tenerife comenzó a arrojar lava y fuego, todo ello muy mal augurio para que los enamorados pudieran llevar a término su unión como pareja. Habida cuenta que como, previamente el guáyame había pronosticado malos augurios por las señales del estanque de agua, donde la figura de Gara se vio borrosa y según las profecías de los sacerdotes, transmitidas de generación en generación, de que el fuego retrocede ante el agua y el agua se consume ante el fuego, una mezcla imposible, ese amor no era posible.
Pese a las maldiciones y prohibiciones el noble canario, el achimencey Jonay no podía olvidar a su amada la noble, Gara, necesitaba volver a verla, tenerla a su lado como haríamos cualquiera de nosotros cuando en el amor, se nos presenta algún imposible que revolveríamos Roma con Santiago para ver de nuevo a la persona amada.Desde Adeje, que sería lo más probable, este hijo de Axerach (Gran Tinerfe, mencey de toda la Isla), decidió ir a La Gomera, para estar al lado de su amada Gara. Provisto de unas vegijas de animal (cabra o cordero), infladas debidamente y a modo de flotador, en tiempos de calma y con grandes posibilidades de poder llegar, hizo viaje a La Gomera amparado en la noche, dispuesto atravesar la distancia entre esta parte del suroeste tinerfeño y las playa de San Sebastián, porque su amor hacia Gara se lo pedía
Jonay busco a su amada y se escaparon y, entre los montes de Laurisilva en el Cedro, se entregaron al amor fundiéndose en un beso y deseos de amor eterno. Enterada la familia de Gara de la huida, dispuso su persecución. Fueron hallados en la cumbre más alta de La Gomera, estrechamente unidos, amándose y decidiendo la inmolación antes de entregarse a sus perseguidores, buscaron la muerte. Afiló Jonay con su tabona (cuchillo), los extremos de una recia vara de cedro y colocándola entre su fecho y el de Gara, apoyaron sus puntas hirientes sobre sus corazones. Se miraron a los ojos y se lanzaron al vacío exclamando Atis Tirma y Umiaya (nos desriscamos).

CRONOLOGIA DE CANARIAS

CRONOLOGÍA DE CANARIAS
Periodo prehispánico Las Islas Canarias estaban habitadas antes de la conquista europea por distintas poblaciones bereberes que popularmente se han venido conociendo como guanches (término que, si bien hacía referencia exclusivamente a los antiguos habitantes de la Isla de Tenerife, se ha extendido para denominar a los antiguos habitantes de todo el archipiélago). Los antiguos habitantes de Canarias eran un pueblo entroncado con los antiguos bereberes del norte de África. Hasta mediados del siglo XX, algunos investigadores defienderon una teoría que vinculan a las poblaciones bereberes con los germánicos; sin embargo, esta teoría es rechazada actualmente por historiadores y antropólogos. En cuanto al poblamiento de las islas, las teorías más aceptadas en la actualidad son aquellas que defienden que estas poblaciones fueron traídas o bien por los fenicios o bien por los romanos. Otra hipótesis indica que existieron sucesivas oleadas migratorias producidas primero por la desertificación progresiva del desierto del Sáhara y después por la presión del Imperio Romano sobre el norte de África. Además, tanto el tipo humano como las raíces lingüísticas apuntan a una casi segura procedencia bereber. En todas las Canarias existen topónimos de clara ascendencia bereber o tamazight (Tegueste, Tinajo, Tamaraseite o Teseguite). Las principales actividades económicas de estas poblaciones eran el pastoreo, la agricultura, la recolección de frutos y bayas y el marisqueo en las costas. Conocimiento de Canarias por parte de los europeos Es difícil separar los relatos de los mitos oceánicos de la antigüedad y las referencias directas a las Islas. En la Antigüedad Clásica el Atlántico era el límite del mundo conocido y los relatos míticos sobre los Campos Elíseos o el Jardín de las Hespérides se mezclan con los conocimientos geográficos de la época. Las citas más antiguas son dudosas y probablemente hacían referencia a distintos puntos del Mediterráneo occidental y de la costa atlántica norteafricana. Las islas Canarias aparecen ya citadas en textos romanos (Plinio el Viejo), si bien posiblemente ya fueran visitadas por los fenicios en busca del garum y tintes rojos vegetales como la orchilla (aunque algunos historiadores rechazan esta teoría). Posiblemente, las islas fueron descubiertas por primera vez por el explorador cartaginés Hannon el navegante en su “Periplus”, el primer viaje de circunvalación africano, en el año 570 a.c. El primer documento escrito con una referencia directa a Canarias se debe a Plinio el Viejo, que cita el viaje del Rey Juba II de Mauritania a las islas en el 40 a.C, y se refiere a ellas por primera vez como Islas Afortunadas (Fortunatae Insulae). En este documento también aparece por primera vez el término Canaria utilizado probablemente para hacer referencia a la isla de Gran Canaria. De acuerdo con Plinio, este nombre le fue dado a la isla en memoria de dos grandes mastines que los enviados de Juba capturaron allí y llevaron posteriormente a Mauritania (el actual Marruecos), y que aparecen representados a ambos lados del actual escudo de Canarias. Esta historia, no obstante, tiene algunos visos de no ser exacta, entre otras cosas porque se sabe que a la llegada de los castellanos y otros navegantes europeos posteriores, las razas de perro nativas del archipiélago eran de pequeño tamaño, al igual que las cabras de los guanches. Por otro lado`, parece poco probable que el origen etimológico de Canarias esté en el latín canis, por lo que actualmente algunas teorías lo relacionan más con el etnónimo norteafricano Canarii, grupo bereber que se ubicaba en la zona noroccidental africana. De hecho el propio Plinio menciona en otro texto a los Canarii, y si bien de nuevo vuelve a relacionar este término con los perros, probablemente se trate de una adaptación de un término bereber. El geógrafo hispanorromano Pomponio Mela las situó por primera vez con exactitud en un mapa, y Plutarco fue informado por el general Sertorio de la existencia de las islas, a las que este último pensó en retirarse desde España por sus problemas políticos. Durante mil años, entre los siglos IV y XIV, las islas parecen desaparecer de la historia. El único testimonio documental de esta época, muy dudoso, es el famoso viaje de San Borondón, cuya leyenda se extendió durante siglos por la Europa cristiana. Durante la Edad Media fueron visitadas por los árabes. En el siglo XIV se produce el redescubrimiento de las islas. Se produjeron numerosas visitas de mallorquines, portugueses y genoveses. Lancelloto Malocello se instala en la isla de Lanzarote en 1312. Los mallorquines establecieron una misión en las islas con un obispado, que permaneció desde 1350 hasta 1400, y del cual proceden algunas imágenes y tallas de vírgenes que actualmente son veneradas en las islas y que anteriormente lo fueron por los guanches. Conquista y colonización Durante los siguientes 50 años, con el permiso papal y el apoyo de la corona castellana, se organizan varias expediciones en busca de esclavos, pieles y tintes. Juan I de Castilla participa en el lucrativo comercio de esclavos con Canarias. La carrera definitiva hacia la conquista comienza con la bula papal de Clemente VI en 1344. El infante Luis de la Cerda, pariente de los reyes de Castilla y Francia, recibe el señorío de las islas Afortunadas junto con el título de Príncipe de la Fortuna. Le son concedidos todos los demás derechos reales, incluida la facultad de batir moneda, y el patronato de las iglesias y monasterios que construyese, aunque las disputas entre la corona castellana y lusa impiden que llegue a tomar posesión. En 1402 se inicia la conquista de las islas con la expedición a Lanzarote de los normandos Jean de Bethencourth y Gadifer de la Salle, sujetos al vasallaje de la corona de Castilla y con el apoyo de la Santa sede. La conquista normanda aparece en la crónica Le Canarien. Debido a la orografía, la falta de interés comercial y la resistencia que opusieron los nativos, la conquista no finalizó hasta 1496 cuando Tenerife es conquistada y las islas Canarias quedan incorporadas al Reino de Castilla. La conquista de las Canarias, que llevó casi cien años (distinguiéndose dos etapas, una de señorío y otra de realengo), es el precedente de la conquista del nuevo mundo, basada en la casi erradicación de la cultura local, una rápida asimilación al cristianismo y en el mestizaje genético de colonizadores y nativos. Hasta 1498 no se promulgó la prohibición papal de comerciar con esclavos en Canarias. Entre 1448 y 1459 se produjo una crisis entre Castilla y Portugal por el control de las islas, cuando Maciot de Bethencourth vendió el señorío de la isla de Lanzarote al príncipe portugués Don Enrique el Navegante, lo cual no fue aceptado por los nativos y castellanos residentes en la isla que iniciaron una revuelta que expulsó a los portugueses. Una vez concluida la conquista de las islas y pasando a depender estas de la corona de Castilla, se impone un nuevo modelo económico basado en el monocultivo (en un primer momento la caña de azúcar, y posteriormente el vino, teniendo una gran importancia el comercio con Inglaterra). En esta época se constituirán las primeras instituciones y órganos de gobierno (cabildos y concejos). En Canarias se va a imponer también un régimen fiscal especial distinto al castellano que favorecerá el comercio con el exterior. Canarias también será la única excepción al monopolio de la Casa de la Contratación, pudiéndose comerciar directamente con América desde las islas, si bien con limitaciones. A partir del siglo XVI la economía canaria estará más ligada a Inglaterra y al Norte de Europa que a la Península Ibérica, situación que se mantendrá hasta la Guerra Civil Española en 1936. Siglos XVII, XVIII y XIX Las islas se convierten en punto de escala de las rutas comerciales con América, África y la India (el puerto de Santa Cruz de la Palma llegará a convertirse en uno de los más importantes del Imperio Español), lo que trae una gran prosperidad a determinados sectores sociales de las islas, pero las crisis de los monocultivos (caña de azúcar y vino) en el siglo XVIII y, posteriormente, la independencia de las colonias americanas en el siglo XIX provocaron profundas recesiones. Aparece un nuevo monocultivo que será la cochinilla. Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, a raíz de las crisis económicas que sufre el archipiélago, tienen lugar una serie de movimientos migratorios cuyo destino es, principalmente, el continente americano. Inicios del siglo XX A inicios del siglo XX es introducido en Canarias por los ingleses un nuevo monocultivo que será el plátano, cuya exportación estará controlada por compañías comerciales como Fyffes. La sociedad canaria sigue siendo fundamentalmente agraria, pero ya comienza a aparecer un proletariado urbano, que llevará al nacimiento de las primeras organizaciones obreras canarias. De todas maneras, debido precisamente al prácticamente nulo desarrollo industrial de Canarias, la aparición de un movimiento obrero fue bastante tardía. En aquellos momentos domina el caciquismo y los terratenientes y aguatenientes dominan gran parte de la vida social y política de la población. La rivalidad entre las élites de las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria por la capitalidad de las islas, que se encontraba en la primera, llevará a que en 1927 se lleve a cabo la división del archipiélago en dos provincias, si bien esto no anulará esa rivalidad, que continúa hasta hoy en día. Segunda República Durante la Segunda República comienzan a aparecer y desarrollarse organizaciones obreras de ideología marxista o anarquista, destacando figuras como José Miguel Pérez o Guillermo Ascanio. Sin embargo, a excepción de algunos municipios, esas organizaciones no serán mayoritarias. Otros políticos canarios que destacarán en este periodo serán José Franchy y Roca y Juan Negrín López. Guerra civil y dictadura franquista En 1936 Francisco Franco se encontraba destinado en Canarias como Comandante General. Este nombramiento se debió a la política del gobierno de la república de dispersar hacia las zonas periféricas a aquellos altos cargos militares de tendencia conservadora que podrían llevar a cabo un golpe militar. Sin embargo, esta política no valdrá de mucho, y será Canarias desde donde Franco inicie la sublevación militar el 17 de julio. Los sublevados tomarán rápidamente el control de todo el archipiélago, a excepción de algunos focos de resistencia en la isla de La Palma y en el pueblo de Vallehermoso, en La Gomera. A pesar de que en las islas no hubo guerra propiamente dicha, fue uno de los lugares donde la represión alcanzó cotas más altas. Durante la postguerra, al igual que el resto del estado, Canarias padece un periodo de crisis donde el hambre y la miseria son frecuentes. Se produce de nuevo una oleada migratoria hacia Venezuela. Hacia los años 70 comienza a producirse un cambio en la economía canaria con el auge del turismo. A partir de esos momentos la ganadería y la agricultura entrarán en un retroceso, a excepción de los monocultivos de exportación del plátano y el tomate. La oposición al régimen franquista no comenzará a organizarse hasta finales de los años 50, destacando el Partido Comunista Español y movimientos de carácter nacionalista e independentista de izquierda como el Movimiento Canarias Libre y el MPAIAC. Transición y formación de la autonomía Tras la muerte de Franco y la instauración de un régimen democrático de Monarquía Parlamentaria, se planteó la creación de un estatuto de autonomía para el archipiélago, estatuto que fue aprobado en el año 1982. Durante estos primeros años los principales partidos políticos de Canarias serán el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la Unión de Centro Democrático (UCD), y la Unión del Pueblo Canario (UPC). En 1983 se celebran las primeras elecciones autonómicas, las cuales fueron ganadas por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Actualmente gobierna Coalición Canaria.

SOBRE LA LEY DE RESIDENCIA DE ISLAS CANARIAS


SOBRE LA LEY DE RESIDENCIA DE ISLAS CANARIA

Para un revolucionario canario, que quiere un mundo distinto y acabar con las fronteras, no es fácil hablar de Ley de Residencia pero, si tenemos que ser consecuentes con la realidad, es importante hablar y debatir sobre ello. Más aun cuando el mundo se encuentra dividido por fronteras y Canarias colonizada por España y las multinacionales europeas. Hay muchas maneras de matar a un pueblo. Y al pueblo canario lo están matando poco a poco los españolistas de todos los colores. Europa hasta la fecha en nada ha beneficiado a Canarias. La agricultura, la ganadería y la pesca están en un cada vez mayor en declive, por no decir en muerte clínica. Los miles de millones de euros recibidos de Europa han ido a parar a los lacayos del colonialismo. Han hecho desaparecer del mercado internacional nuestros sectores básicos. Las subvenciones solo están llenando los bolsillos de unos pocos. En nada benefician al pueblo trabajador canario, que cada día esta más empobrecido y con los peores salarios y la cesta de la compra más cara de Europa. En los diez últimos años han establecido su residencia en las islas una media de cincuenta mil habitantes por año. Esto ha supuesto quinientos mil nuevos residentes en un territorio fragmentado de 7.541 Km2. Nunca en ningún otro lugar del mundo la población ha crecido tanto. Canarias ha pasado de un millón y medio de habitantes en el 1996 a dos millones en el 2006. Si este crecimiento continúa, el Archipiélago será insostenible social, ecológica y económicamente en el futuro, por lo que es obligada una Ley de control del crecimiento demográfico. En Europa y en el resto del Mundo ya existen muchos precedentes de territorios que tienen controles de población en sus espacios geográficos. Una Ley de Residencia en Canarias no generaría ninguna situación excepcional en la Unión Europea: muchos países de la propia UE tienen establecidos en parte de sus territorios nacionales controles estrictos de asentamiento, incluido la de propios nacionales y comunitarios. Francia tiene limitada su población en Córcega. Italia en la Isla de Elba, Cerdeña y Sicilia. Inglaterra tiene limitada la población en las Islas del Canal o Anglonormandas, Isla de Man, Islas Horcada e Islas Hébridas. Dinamarca lo mismo en la Islas Feroe. Grecia en muchas islas del mar Egeo, en las islas del Dodecaneso y en las Esporadas Septentrionales. Portugal en Madeira y Azores. Si continuamos veremos que en la mayorías de las islas del planeta, incluso en territorios continentales, se controla el asentamiento de nuevas poblaciones para la sostenibilidad del medio. ¿Qué es más progresista? La destrucción sistemática de los territorios insulares o la regulación para que este no se destruyan? Hay que ser claro: a mayor población, más carreteras, más coches, más hoteles, más viviendas, más chatarra, etc... ¿Que queremos para el futuro de Canarias, un Hong Kong, un Taiwan o un territorio sostenible? Seamos claros claro sobre el tema de la emigración: ningún ser humano quiere dejar su tierra madre. Emigramos porque pasamos necesidades en nuestra tierra. Cuando la mayoría de los canarios y africanos cruzamos las fronteras europeas, los policías nos han registrado e interrogado como si fuéramos delincuentes. A muchos nos han apaleados a la salida de las discotecas. Nos han escupido a nuestro paso por las calles al confundirnos con árabes, por ser morenos. Eso no es todo. Los emigrantes en Europa hacemos los peores trabajos. Muchas veces nos utilizan como carne de cañón en empresas contaminantes. No se nos reconoce los años de experiencia y los conocimientos en el puesto de trabajo. Cuando el europeo ve la oportunidad, nos maltratan de palabra llamándonos moros, cabeza negra, sudacas, canaco, etc... Como colofón cuando regresamos los canarios a nuestra tierra nos sentimos extranjeros. Si vas a un hotel a pedir trabajo aunque hables perfectamente varios idiomas, siempre tendrá preferencia la buena presencia europea ya que, auque el europeo sea analfabeto funcional, para el empresario vende mas su físico que un afro-canario. No actúa igual un inmigrante por motivos políticos o económicos que un inmigrante incentivado por el colonialismo. Mientras el inmigrante político-económico trata de adaptarse al país de acogida, el inmigrante incentivado viene con aire de superioridad a la colonia demostrando un claro aire de despotismo en el trato con los nativos. Los franceses en sus colonias son un buen ejemplo. En particular en Nueva Caledonia, en su día de mayoría nativa, que es hoy día una minoría despojada de sus riquezas. Por no hablar de las pruebas nucleares que hicieron los franceses en la Polinesia en los años 1966 al 1974. La política de España con respecto al Archipiélago Canario no se diferencia en mucho a sus vecinos franceses. Por eso los españolistas no quieren una Ley de Residencia en Canarias, sino seguir españolizando las islas y convertir a la población autóctona canaria en una minoría en su propia tierra, como ya han conseguido en Fuerteventura y Lanzarote. La Ley de extranjería española no trata a todo el mundo con el mismo rasero. Mientras que los europeos pueden circular trabajar y establecerse en Canarias libremente, a los que provienen de los países empobrecidos de América Latina y África se les cierran las puertas y se les humilla. El proyecto de Ley de Residencia que los independentistas canario proponemos es distinto y contrapuesto a la política de los partidos políticos y sindicatos españolistas. Queremos derechos y trato igual para todos los trabajadores, sean canarios o extranjeros. Y mayor facilidad para establecerse en Canarias a los inmigrantes que más lo necesitan, en particular a las personas que provienen de las guerras y hambrunas de nuestro Continente Africano.José Luis Valdés