Como no podía ser de manera diferente usamos la palabra en Democracia para dar rienda suelta a nuestras reflexiones, emociones, sentimientos a veces, justo es decirlo, con excesivo celo emocional y alejándonos, como principal premisa, del pensamiento único, político y religioso, que tanto mortificó este país durante décadas. Tenemos que agradecer al director de este pluralista digital la oportunidad que nos da de usar la palabra en Democracia, pues, éste es el medio donde muchos periodistas debían aprender lo que es el respeto a la opinión de los demás, sin censuras previas y el ninguneo a lo que se aparte de la línea editorial que le dictan los poderosos.
Nuestro concepto de la comunicación de profundo respeto, es de un proceso ritual inmerso en contextos sociales que afectan a la sociedad en la que vivimos. Solemos tratar sobre el conjunto de principios y conceptos que sirvan de base al estudio riguroso de la comunicación como proceso socializante cristianoLa reflexión que solemos hacer del acontecer social, religioso y político de esta nacionalidad, como canarios de integración, nos ayuda a soñar, quizás utópicamente, e intentar mejorar el propósito de llevarlas al público para dar la oportunidad a otros de constatar pareceres siempre que realmente pueda existir Prensa libre e independiente, por supuesto dentro de lo independientes que podamos ser en este mundo que todo lo globaliza pero… siendo justo e íntegros en los análisis de las injusticias y diferencias sociales no permitiendo la globalización de la miseria.La oportunidad nos debe llevar indefectiblemente al estudio antropométrico y morfológico para poder crear información sólida y veraz de los diferentes segmentos de la población canaria a la cual, por razones familiares nos hemos integrado plenamente, en razón al derecho que tenemos de optar, si preciso fuere, por el cambio de nacionalidad que nos reconoce como derecho inalienable la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, así como aquellos de: “ se es de donde es la descendencia” (Unamuno).
Se nos suele acusar de “celo emocional” que algunos ven en nosotros, como la persona a la que se califica y que interpretamos al igual que se utiliza en la teoría del arte, como moral puesto que pudiéramos denominar en lo que a nosotros se refiere, como el poder de los instintos y control del celo emocional, intelectual que puedan considerarse acertados en la defensa de los intereses de la nacionalidad de mi autóctona esposa, de nuestros ocho hijos y la mía propia, por lo que sea el motivo por el cual nos puedan estar llevando al ninguneo de nuestras opiniones por parte de algunos medios de comunicación de masas, al servicio de los poderosos y de espaldas al pueblo llano y sencillo.Indudablemente que debemos reconocer que en algunas ocasiones podemos ser demasiado aguerridos en la exposición y defensa de nuestras opiniones pero se trata de la muestra o manera de ser y reconocemos que a veces podemos pecar en lo referido a la creatividad, desde luego no de falta de criterio ya que nuestra opinión suele plasmar otras formas diferentes de ver los casos sin radicalismos, pese a que algunas veces se pueda pensar que somos irascibles.Nos hemos encontrado a nosotros mismos, estando muy a gusto con nosotros mismos habida cuenta que creemos tener un proyecto de vida coherente, con tres ingredientes fundamentales: amor, trabajo, solidaridad con los demás como síntomas de la verdadera felicidad y paz interior, considerando irrelevante los asuntos de interés escaso (de minimis non curat lex).
Fidel Campo Sánchez