9.11.07
La Rebelión de los Gomeros
La Rebelión de los Gomeros
Para Tagaragunche y para los principales historiadores la Rebelión de los Gomeros de 1488 es el acontecimiento más importante de toda la historia de La Gomera, no sólo por la enorme trascendencia que tuvo para sus habitantes, sino porque además ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días en la memoria colectiva de los gomeros a través de la tradición oral. El 21 de Noviembre de 1488, a raíz de la ejecución en Aguahedun de Hernán Peraza, se produce en La Gomera una Rebelión que, por su trágico final, significará para los gomeros el fin definitivo de su condición de pueblo libre. Antes de la llegada de los europeos a La Gomera, esta Isla se encontraba dividida en cuatro bandos (Ipalán, Mulagua, Orone y Agana). El período en el que los gomeros comienzan a tener los primeros contactos con los europeos (fundamentalmente portugueses y castellanos) se caracteriza, en primer lugar, por las sucesivas rapiñas para la captura de esclavos, y luego por los pactos de esos europeos con alguno de los cuatro bandos en que se encontraba dividida la Isla. De esos pactos el que más nos interesa es el Pacto de Colactación o Hermanamiento (bebiendo leche en el mismo ganigo) que selló Hernán Peraza "el viejo" con los bandos de Ipalán y Mulagua. Más adelante, a la llegada a la Isla de Hernán Peraza "el joven", este ratificará el pacto de su abuelo, pero mientras Peraza quiso entender el pacto como un acto de vasallaje hacia él, los gomeros lo seguían entendiendo como un acto de hermanamiento y de ayuda entre ellos con una serie de leyes de obligado cumplimiento. Hernán Peraza "el joven" incumplió el pacto, no sólo cautivando esclavos y tratando mal a los gomeros, sino además manteniendo relaciones con Iballa, su hermana por medio del pacto. Estas relaciones estaban prohibidas en virtud del pacto suscrito, ya que las relaciones entre miembros del mismo bando no estaban permitidas para evitar la consanguinidad (uniones entre personas con lazos de parentesco). Por todo ello, un consejo de gomeros con autoridad se reúne y decide condenar a muerte a Hernán Peraza. Hautacuperche es el encargado de llevar a cabo la ejecución en Aguahedum, donde Peraza visitaba a Iballa. Luego, los gomeros bajan a San Sebastián e intentan asaltar la Torre del Conde, pero poco después Hautacuperche muere en uno de los intentos, lo que desanima a los rebelados. Beatriz de Bobadilla, mujer de Peraza, consigue pedir ayuda al gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera. Cuando éste llega consigue capturar a un gran número de gomeros a través de un engaño, prometiendo el perdón a todos los que asistiesen a un acto religioso por el difunto. Luego serían ejecutados todos los varones de los bandos de Ipalán y Mulagua mayores de quince años, y sus mujeres e hijos vendidos como esclavos. Aunque más adelante un proceso judicial pondrá en libertad a la mayoría de esos gomeros, a partir de ese momento todo había cambiado para La Gomera.