23.7.07

El nacionalismo canario es posible

El nacionalismo canario es posible, ahí están los estudios sociológicos. O simplemente la magna obra "Psicología del hombre canario" del entrañable Manuel alemán.

Si algún lastre caracteriza al pueblo canario desde hace no pocos siglos, es la profunda desmemoria histórica. Mentiríamos si exculpáramos al poder establecido en Canarias de toda responsabilidad al respecto, y también lo haríamos si consideráramos que esta desgraciada realidad no guarda ninguna relación con la miopía interesada en la visión generalizada de la realidad isleña.

Digo esto por el mero hecho de hasta que punto se ha llegado a manipular el concepto de Nacionalismo en nuestra Tierra, como un elemento más de nuestra realidad. Manipulación que ha permitido que hasta el día de hoy la marginalización de nuestra cultura e identidad, así como la depredación insaciable de nuestro paraíso, campen a sus anchas a lo largo y ancho del Archipiélago. Mientras tanto el futuro de nuestros hijos hipotecado.

El Nacionalismo Isleño no es algo nuevo. Ni lo inventó Coalición Canaria hace poco más de una década, como ellos mismos afirman, ni es algo que se haya practicado en Canarias jamás desde las instituciones.

El Nacionalismo Canario, a pesar de contar con algún precedente, se puede afirmar que surgió entre emigrantes isleños en América a finales del siglo XIX, donde la comunidad canaria toma conciencia de sí misma y sus peculiaridades. Entre estos isleños destaca el considerado padre de la Patria Isleña, Don Secundino Delgado, quién además de haber participado en la lucha independentista cubana, sentó los principios fundamentales del nacionalismo canario, dedicando generosamente su vida en la defensa de Canarias, sufriendo por ello cárcel, persecución y exilio forzado.

Como diría una murga de la isla picuda en estos últimos carnavales "Si Secundino levantara la cabeza...", y es que poco tiene que ver las ideas y políticas de Coalición Canaria, Nueva Canarias o como quieran llamarse, con el pensamiento de Secundino Delgado. Ante los tiempos que corren quizás urja rememorar escritos del padre del nacionalismo con respecto a su <>; "No miremos queridos compatriotas a las Islas Canarias, como a una provincia o rincón de otra potencia, porque entonces herimos a nuestra propia madre. Ella es nuestra Patria" y por si quedaran dudas: "Sí, soy independentista. En mi temperamento no cabe la lógica de la dominación". Por si fuera poco, el mismo Secundino parece adelantarse a su tiempo, y parece opinar sobre estos partidos que usan la mayoritaria conciencia nacional en potencia del pueblo canario para sus intereses electoralistas; "Tu emancipación y el mejoramiento de la Patria no lo esperes de esos sabios de librea que asisten a las cortes para hacer la venia al amo".

Para más contradicción, recordemos que es práctica habitual de estos partidos la escasez de escrúpulos en agitar el rancio fantasma del insularismo según convenga. "Despreciad con valor la prensa banal y asalariada que fomenta la discordia entre las islas, nuestra Patria, con el fin de dividir al pueblo para que el lobo devore con paciencia y gusto a su victima". Solo tenemos que recordar al tristemente conocido director del diario tinerfeño El Día, autor de innumerables editoriales que fomentan la división de nuestro pueblo y la xenofobia más recalcitrante, con el total apoyo de CC.

Sería injusto dejar en el tintero al célebre Partido Nacionalista Canario, que fundado en 1924 en la capital cubana, con influencia del ideal secundiniano e independentista, hoy se encuentra en las antípodas de sus ideales primigenios. Hoy estas históricas siglas, no solo se han descafeinado hasta lo irreconocible, sino que han concurrido junto a CC en las últimas elecciones. Su actual líder Juan Manuel García Ramos, justifica esta confluencia con la necesidad de la unidad del nacionalismo ¿de qué nacionalismo nos habla el señor García Ramos? ¿Es nacionalismo acaso, enriquecerse a costa de la destrucción de nuestra tierra? Con esta trayectoria es comprensible que la escasa militancia que aún permanecía en el PNC fiel a sus ideales originarios, abandonaran el barco en el 2003.

El ilustre Manuel Alemán hablaba en su célebre obra "Psicología del hombre canario" de la conciencia nacional "neblinada" del canario; "Un pueblo que vive existencialmente inserto en los elementos constituyentes de su propia estructura y, no obstante, malogra la captación de sí mismo porque su capacidad perceptiva está obstaculizada" Estos "obstáculos-neblina" lo constituirían sobre todo "La interpretación falseada de nuestra historia, el peso de las culturas impuestas, la domesticación de las ideologías, la infravaloración del modo de ser canario". Esto parece ser a mi juicio una explicación acertada acerca del estancamiento de la conciencia nacional del pueblo canario. No hemos sido capaces, por ahora, de encauzar políticamente su amplio potencial nacionalista.

Al contrario de lo que algunos afirman, este potencial está más que evidenciado en reiterados estudios sociológicos. Alrededor de 200.000 canarios se han declarado tan sólo canarios, y muchos miles más de isleños más canarios que españoles, algo que tienen bastante claro NC-CC y sus derivados.

Hoy más que nunca, cuando todo conspira contra nosotros, es fundamental implicarnos todos los nacionalistas de izquierdas -entiéndase soberanistas- en la construcción nacional, y no hacernos ilusiones con soluciones mágicas descafeinadas. Renunciar a la herencia de lucha de nuestros antecesores fusionando los aciertos con los fallos es un grave error. Un futuro digno para nuestros hijos no es un lujo, es un derecho que nadie nos regalará. En la apuesta por la articulación de un Nacionalismo Canario auténtico, serio, firme y progresista -y no otra cosa- nos va el futuro.

Rumen Sosa Martín