22.3.08

El PNC en su sitio

ES DIFÍCIL contestar a alguien que se esconde bajo un seudónimo, pero esta vez vamos a intentarlo, porque lo que pone en duda con cierta maldad esa firma no puede pasarnos inadvertido como dirigente de la organización a la que se pretende atacar.

Ya recibimos críticas parecidas, en cuanto a su mala fe, de esa misma firma el 28 y 29 de agosto de 2007 que no respondimos entonces por no echar más leña al fuego, pero ahora sí nos parece conveniente salir al paso de sus invectivas.

Dice el/la señor/a Roger en la edición de ayer del periódico El Día que "García Ramos desarbola al PNC" y añade una serie de argumentos que están muy lejos de la realidad.

Desde que fui nombrado presidente del PNC en 1998-99, por deseo expreso de sus dirigentes de entonces y, por supuesto, por la voluntad congresual de sus militantes, he enfrentado tres elecciones autonómicas, 1999, 2003 y 2007 y tres elecciones generales, 2000, 2004 y 2008, unas veces en compañía de otras organizaciones (Federación Nacionalista Canaria y Coalición Canaria), otras en soledad.

En unas y otras citas con las urnas, hemos puesto sobre la mesa como documento ideológico ante cualquier negociación nuestro "Manifiesto Nuevo Siglo", donde se contiene nuestro ideario político y nuestra manera de ver Canarias en la perspectiva del tercer milenio.

El 27 de julio de 2005, Coalición Canaria nos invitó a intentar un acuerdo electoral (ya en el año 2000 habíamos suscrito otro para concurrir al Senado por Tenerife) y se ultimó ese proceso documentalmente el 16 de junio de 2006, después de trabajar en él, por parte del PNC, Juan Carmelo Padrón Morales, Gilberto Machado, Juan Jesús Ayala y el que esto suscribe. Luego fueron los máximos órganos de decisión de CC y PNC quienes aprobaron dicho compromiso.

El PNC lleva los nueve años últimos luchando por definir un catálogo de objetivos políticos prioritarios para nuestra nación canaria y en ese Acuerdo Electoral que firmamos con CC en 2006 consensuamos esos objetivos políticos básicos. El PNC siempre ha tenido a Canarias como su primera idea política; y entre sus prioridades ha colocado la consecución de un autogobierno que nos permita ser un pueblo competitivo en el contexto europeo e internacional, la delimitación de nuestras fronteras oceánicas, el freno a la presión demográfica que se soporta en nuestras islas en las últimas décadas, así como a la presión que se ejerce sobre nuestro territorio; la lucha contra el paro estructural que sufre nuestra población residente y contra la ausencia de futuro para nuestros jóvenes, la definición de un modelo económico que no nos haga regresar a crisis históricas padecidas y el sentirnos orgullosos de formar parte de este pueblo y de preservar nuestra cultura atlántica, abierta al mundo, entre otras muchas tareas.

En Canarias, la proliferación de partidos nacionalistas y el caos de nombres, etiquetas, programas y consignas no nos lleva sino a un debilitamiento de esa propuesta ideológica, como ha quedado demostrado en las últimas elecciones generales.

Se impone un discurso de "unidad nacionalista", como el que ya hemos suscrito con CC en 2006, con el fin de profundizar en nuestras relaciones y de afianzar espacios de colaboración mutua. Un espíritu de convergencia que el PNC quiere compartir con el resto de las organizaciones de ese espectro político, para que los votos nacionalistas no sigan dispersándose, a la velocidad que hemos comprobado en estas últimas elecciones, y vayan a parar a partidos sucursalistas.

Y ese ha sido el acuerdo tomado por unanimidad en nuestro último Consejo Político Federal el pasado día 15 de marzo: el de convocar un Congreso Nacional del PNC en junio/julio de este año para reflexionar y tomar las decisiones que los militantes del PNC consideren más oportunas en el sentido de una posible unificación nacionalista en Canarias. Ya las otras fuerzas políticas nacionalistas dirán lo que tengan que decir a través de sus órganos de decisión correspondientes.

De desarbolar el PNC, nada de nada, señor/a Roger. De colaborar para que no siga produciéndose la atomización de fuerzas políticas con objetivos nacionalistas afines, todo.

El PNC sigue en su sitio, con las ideas muy claras y defendiendo su condición de partido canario, nacionalista, interclasista, democrático, progresista y social, que inspira su teoría y práctica en la tradición democrática canaria de defensa de los derechos humanos, la justicia social, la paz y la distensión entre las naciones. Así se proclama en el artículo correspondiente de sus Estatutos y así ha sido conducido hasta ahora por sus militantes y sus dirigentes.

José Manuel García Ramos