12.3.08

Reflexión sobre la Ley Electoral Canaria y la abstención


La propuesta de reforma de la Ley Electoral Canaria por parte de los socialistas, habida cuenta que la actual fue aprobada por los tripartidistas (CC, PSC, PP), nos da olor a cuerno quemado y que, se quiera o no reconocer, está basada en la Ley Electoral Estatal de tono y contenido totalmente hacia el bipartidismo.Nunca podremos llegar a entender por qué aquellos a los que se les llena la boca con el vocablo democracia, no han eliminado ya de un plumazo esa ley electoral canaria, chanchullera y discriminatoria hacia los partidos políticos con representación inferior al 30% en su isla o el 6% en toda la nacionalidad. Con estas triquiñuelas partidistas que sólo van buscado el tripartidismo, dejan fuera a partidos políticos como: Los Verdes, IU, PIL, APC, CNC., y otros neo soberanistas para impedir la pluralidad que el pueblo soberano desea. El necesario pluralismo en una Ley Electoral Canaria contribuiría a que, además de los oligarcas de siempre, -hoy representados por sus descendientes-, otras fuerzas del espectro político, con menor influencia político-económica, pudieran entrar a formar parte del Parlamento canario, lo cual contribuiría a que hubiera más decencia, menos corrupción y un mayor y mejor control para poder cortar de raíz la galopante desvergüenza que nos ha invadido y el que dejemos de ver las misma caras de incompetentes en las altas esferas del poder político pero… pensamos que habida cuenta que la Justicia ha empezado a investigar y a apuntar presuntas implicaciones en las Teresitas o últimamente en diversos ayuntamientos de esta ínsula y de la de enfrente podrá hacer que el electorado, cada día más desilusionado, con la elevada abstención que se dio en las elecciones recientemente celebradas, haga pensar la necesidad de una Ley Electoral de listas abiertas y no de caprichos y conveniencias partidistasCon la presente reflexión no pretendemos, en absoluto, la excesiva atomización de partidos políticos que haría inviable la gobernabilidad. El Parlamento se convertiría en una jaula de grillos y este Archipiélago atlántico y tricontinental se transformaría en una mayor república bananera y tercermundista de lo que es en la actualidad. Contrariamente a las sui géneris propuestas de aumentar los parlamentarios, los dejaríamos en los sesenta (60) actuales, por no decir su desaparición total y ser administrados por los cabildos como entes que siempre han dado mejores resultados, pues, ya con esa plantilla de representantes del pueblo que se nos obliga a mantener, de parásitos y atorrantes tenemos más que suficiente dedicados al más que bien remunerado oficio de político que tenemos la desgracia de tener que haber soportado, en tanto en cuanto a mediocridades y hasta presuntas prevaricaciones, tráficos de influencias y cohechos de todo tipo. En el Parlamento, aunque alguien puede decir que estamos diciendo perogrulladas, es donde realmente debe estar representada la voluntad democrática de todos los canarios, sobre bases reales de circunscripción electoral única que refleje la voluntad del pueblo soberano y no las conveniencias de la partitocracia para la permanencia de la corrupción. Además, insistimos, introduciríamos el que las listas sean abiertas que evitarían el que tengamos que tragarnos las conveniencias de los partidos políticos, ya que con listas abiertas evidentemente los resultados reflejarían lo que el pueblo desea: poner al frente de los destinos de esta nacional a personas de probada honradez Por otra parte debe legislarse en el sentido que, en las listas abiertas, el más votado sea el presidente del Gobierno que los electores desean y no, como hasta ahora, la resultante de conchabeos, chanchullos y amaños de la tripartita. El presidente, es obvio, elegirá su equipo de Gobierno y el Parlamento cumplirá la importante función de aprobar leyes y controlar la gestión del Gobierno.Toda esta nuestra reflexión está basada en la amarga experiencia que el pueblo canario ha tenido con la actual Ley electoral, que debe finiquitarse para hacer una más pluralista y la misma debe llevarse a término antes de aprobarse el nuevo Estatuto allá en la Metrópoli española y sin refrendo popular como sería lógico y obligatorio, en un estado real de Derecho. Ya esta bien de que dejemos de ser "mandados" por los caciques de siempre, vía la Metrópoli española, cuales son el PSOE-PP y CC-PNC Necesitamos nuevas normas electorales ajustadas a la Declaración Internacional de los Derechos del Hombre, sobre la base del legitimo derecho a la soberanidad. Esos derechos, con los que tanto se vanaglorian los políticos y que con harta frecuencia pisotean. Es necesario comprender que la igualdad de oportunidades que consagra la Carta Magna en su artículo 14, hace que la actual Ley electoral Canaria sea anticonstitucional, pues conculca libertades y por tanto no se le permite al pueblo ejercer en Democracia participativa, se le ponen pegas para el desarrollo de su soberanía plena.Aquellos que propician la abstención como el señor Cubillo para después falazmente capitalizarla, están en error y contribuyendo a la manipulación que aborrega a los pueblos. La abstención, en ningún caso es sinónimo de independencia o soberanismo, es como se expresa una parte del pueblo soberano descontento por: el mal tipo de atención sanitaria que reciben, por los impuestos que pagan, con la no muy buena educación de sus hijos, por la explotación empresarial con sueldos que impiden el que podamos vivir a niveles europeos, por las pensiones de miseria, porque más de 400 mil canarios vivan bajo el umbral de la pobreza y por la indiscutible y galopante corrupción política que nos ha llevado a calificar los políticos como vulgares delincuentes.. Un pueblo convencido que la política es de cuatro políticos enfermos de vanidad que al no tener mejores cosas que hacer se corrompen y prostituyen la política como Arte. Ese 32% de abstención es un fenómeno que se repite con frecuencia como rasgo de la peculiaridad social isleña: el de la indiferencia y desden pero lo que más llama nuestra atención es el que esas persona incapaces de practicar la unidad, el sincretismo político entre tantas y tantas opciones independentistas, no se den cuenta de sus ineptitudes para lograr la unidad entre el nacionalismo (independentismo) les lleve a escudarse en lo ilusorio y la frivolidad: que la abstención es la respuesta de los independentistas cuya cifra se atreven, en su vehemencias, a valorar en 600 mil ciudadanos. ¡Craso error!, de aquellos que sus cortas miras les llevan a no cambiar el discurso y darse cuenta de la realidad de Canarias es la de caminar hacia el bienestar social y no a comportamientos cavernícolas.Y como a algunos se les hace difícil escuchar les dejamos lo siguiente: Los ojos se fían de ellos mismo, las orejas se fían de los demás
Fidel Campo Sánchez