3.8.08

¿ES ESTE EL PARLAMENTO QUE NECESITAMOS EN CANARIAS?































Persisten las abulias, el nepotismo y los conchabeos en el Parlamento de Canarias. Los diputados autonómicos eluden abordar los temas que realmente tienen interés para estas Islas, como es plantar cara al vocablo soberanía que es un derecho de todo pueblo, un nuevo Estatuto y nueva Ley Electoral de máximos, mediante una consulta popular. El Gobierno es culpable por intereses partidistas y espurios, por desdén, aborregamiento y servilismo del canario de servicio y doblegarse al Gobierno de la Metrópoli española, para lograr las migajitas para unos pocos, los de siempre. Servilismo que achacamos a cobardías inexplicables encuadradas en el síndrome del colonizado, porque, además, creemos que Paulino Rivero no lo está haciendo bien, al igual que todos sus consejeros, con una excepción: Ana Oramas y González Moro, alcaldesa de La Laguna y futura promesa para encabezar las autonómicas. La alcaldesa-diputada que muestra la necesaria altanería y no bajar la cabeza ante quienes siguen considerando nuestras Islas como una colonia de barataria para seguir manteniendo aquí a los suyos, esos que cuando estamos en momentos económicos de cambio, se conforman con congelaciones de sus salarios en lugar de forzar a bajárselos.
Pero el gran problema de Canarias no está en el Gobierno sino en el Parlamento, que se ha convertido en la máxima putrefacción de la política isleña. Si no modifican su desvergonzado despotismo y esas prácticas de nepotismo y enchufismo descaradas, sus "señorías canarias" , ¡más bien sus bajezas!, van a propiciar algo indeseable: el levantamiento de este pueblo noble y hasta masoquista, contra su propio Parlamento, que por otra parte es un ente parcial surgido de una Ley Electoral Canaria y una estatuto fabricado en Madrid en 1982, de espaladas al pueblo soberano, todo ello, conchabado entre la tripartita (PSOE-CC-PP). La subida de sueldos parlamentarios es la mayor inmoralidad que se ha cometido en Canarias en todos los tiempos, habida cuenta el bajo salario mínimo interprofesional y los más de 500 mil de nuestros congéneres que mal viven bajo el umbral de la pobreza. ¿Cómo puede el pueblo hacerles caso a estas personas? ¿Cómo puede respetarlas en su condición de parlamentarios? Todo lo contrario: las debe despreciar. Repugna que sigan apareciendo en fotos de prensa y en programas de televisión, alardeando de demócratas. Son personas indeseables por lo que han hecho contra los ciudadanos que los eligieron. Legislan contra ese pueblo al que miran por encima del hombro.No acaban aquí nuestras sorpresas y sospechas de los que traman esos mercantilistas de CC coaligados con el PNC. Nos preguntamos cuál es el objetivo de su próximo congreso. ¿Para qué se reúnen estos políticos si no van a definir la nacionalidad y la soberanía de Canarias? ¿Qué nueva felonía preparan para seguir engañando al pueblo? Si no plantean la soberanía, una ley electoral decente, un mejor reparto de la riqueza, el exigir que los sueldos no continúen estando por debajo de los que se aplican en España ¿qué puñetas van a plantear? A la soberanía han renunciado, posiblemente con la boca chica y como estrategia: José Torres Stinga, Ricardo Melchior y Ana Oramas y otros prebostes. Perdonen los que disienta sitas para unos pocos, los de siempre, pero si los que se proclaman nacionalistas no plantean la soberanía, que está reconocida en la Declaración Internacional de los Derechos del Hombre ¿dónde proyectan llevar estos peñascos? ¿Qué engaño maquinan otra vez mantenerse en sus poltronas y enchufar a más amigos, estos mercaderes desvergonzados?
Manifiesta Paulino Rivero, en una entrevista publicada en la Prensa local, que falta comunicación. Lo que falta es soberanía, ética política, aptitud y vergüenza. Además, ¿qué va a hacer CC con los tránsfugas? Parece que con el trasfuguismo que se está viviendo últimamente, esa coalición supuestamente nacionalista se está diluyendo. Estamos ante un engaño más al pueblo, porque al final tenemos en CC-PNC otro partido que no es democrático, ciego y sordo a los deseos de la colectividad. En realidad, ninguno de los tres partidos que están en el Parlamento es demócrata. Todos están contra el pueblo y, para mayor desgracia, CC-PNC, desde que Hermoso propusiera la Universidad de Las Palmas, no ha hecho sino perjudicar Tenerife y la necesaria unidad para un sincretismo nacionalista auténtico, necesario para hacer frente al enemigo que viene de fuera y, lo más grave, los de casa, de esa partitocracia españolista y sus esbirros los canarios de servicio y sobre todo, aquellos que usan la eterna arma del Pleito InsularY, como final, nos respondemos al título del presente: ¡Este no es el Parlamento que necesita Canarias!
FIDEL CAMPOS SANCHEZ