La privatización es un proceso mediante el cual las actividades son transferidas del sector público al privado, es decir entregadas por el Consistorio a una sociedad mercantil, a través de las fuerzas del mercado y la libre competencia.
Las grandes empresas necesitan cada vez más elementos que les proporcionen beneficios, por lo que necesitan encontrar nuevas vías de inversión para aumentar la cuenta de resultados. ¿Dónde mejor que en los servicios públicos?
El argumento que esgrimen los políticos, nuestros empleados aunque ellos sean incapaces de reconocer que la finca es nuestra, del pueblo soberano, que las empresas privadas suelen ser más eficaces que y que realizan la labor que debe ser competencia de los funcionarios, que estos, el funcionariado.
El Ayuntamiento lagunero pudiera estar en la línea de lo que ha tiempo ha puesto de moda cual es privatizar, sin contar con la oposición, todo lo que les viene en gana.
Ayer fue la recogida de basuras, también en parte el Servicio de Agua a domicilio, la recogida de basuras, los jardines, recientemente la centralita telefónica y el servicio de notificaciones. Ahora se rumorea que van a privatizar el recién remodelado Teatro Leal. ¡Dios mío que sea a una empresa foránea, seria y competente no vaya a ser que hagan otro enjalmo incompetente como el acaecido con la Televisión y Radio, de ellos, que no nuestra, para dar de comer a sus amiguitos!!
Nosotros entendemos que servicios municipalízados como los polideportivos, locales de cultura, centros juveniles y de la tercera edad y de cualquier otro tipo nos lleva, por medio de este democrático periódico, a protestar por las privatizaciones. Esas privatizaciones que ocasionan concesiones a dedo, la mayoría de las veces con resultados de prevaricaciones, tráfico de influencias, tramas de corrupción por doquier.
Estimamos que los procesos de gestión privatizados pueden ser tan excelentes como de tan mala y perjudicial solución para el erario público Cualquiera que se acerque a los aledaños de las gerencias de urbanismo suele intuir que algo huele raro, que todo aquello que tiende a ser porceloso y que no se ve, pero se nota, ciertos oscuros se aceleran o demoran los trámites.
El manual de Perogrullo dice que contra la oscuridad administrativa la mejor receta es mucha luz, claridad, mucha transparencia o las cartas boca arriba, ¡nada de juego malabares como suelen hacerse!
Sabemos que para todos los proyectos de privatización es necesario estén basados en los nuevos recursos tecnológicos y que en la era que nos ha tocado vivir es preciso estar al día y ser posible el que al fragmentar el poder puede ayudar a evitar tantos y tantos abusos y corrupciones políticas
No obstante debemos señalar que los servicios públicos se pueden prestar de muy distinta manera y con diferentes actores siempre y cuando se hagan mediante concursos público, sin chanchullos ni conchabeos, ¡con luz y taquígrafos!
Esta fiebre privatizadora que desde hace tiempo le ha entrado al Grupo de Gobierno del Ayuntamiento de nuestra ciudad, les ha llevado a subcontratar servicios que vienen suponiendo para los trabajadores el ganar menos, el 50% menos de lo que recibirían como funcionarios.
Últimamente se nos dice que existen rumores de que la Escuela de Música, la OMIC y… serán privatizados, así como la gestión del área municipal de Economía, Hacienda y Desarrollo Económico.
Visto lo que se oye y se ve nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Será mejor prescindir de tanto político y que reducida la plantilla de chupópteros, sean los funcionarios equipos de tecnócratas los que lleven la Administración Local? Ustedes nos dirán si todo lo privatizan para qué puñetas los tenemos y además excesivamente remunerados.
Fidel Campo Sánchez