De cuando el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, capital de Tenerife, se aprestó a tomar inmediatas precauciones ante el posible ataque de la Armada inglesa, comandada por el almirante Nelson, con aviesas intenciones de invasión.
Fue dispuesta la evacuación de mujeres, niños y ancianos hacia La Laguna – por aquellas fechas en el barrio de pescadores de Aguere vivirían unas 100 personas. Fue reforzado todo el litoral costero con las milicias. Se distribuyeron, entre las milicias tres mil barriles de harina, además de innumerables provisiones.
El historiador don Julio Torres hace una exhaustiva descripción y con mucho detalle sobre el frustrado ataque, de donde hemos tomado parte de los datos de esta nuestra opinión, con la intención de resaltar la importancia del trabajo del señor Torres, un historiador lagunero, concienzudo y muy riguroso que se expresa en el periódico digital lalagunaahora.com del día 25 de julio del 2008
Nosotros, visto el montaje que sobre la efeméride están llevando a término los chichas, más concretamente el señor Llanos, edil y ex dirigente del PP, nos da la impresión que, aquí en estas ínsulas de barataria, lo que prima, lo que vende, es la imperfección, las parafernalias que monta ese “pepero”, al que el alcalde, señor Zerolo, da chance, o bien porque no le queda otro remedio, al estar, posiblemente, en posesión de secretos inconfesables o que le da liña para que el mismo se ahorque o se “esmoche”, ante la falta de rigor y vulneraciones a la verdad histórica.
Finalizada la batalla y derrotado el inglés, el 27 de julio de 1797, el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, dispuso la celebración de la victoria, con toda solemnidad un desfile y un Te Deum en la Iglesia de los Remedios, hoy esa Catedral dejada de la mano del señor de las Breñas y toda su curia.
En razón a lo someramente expuesto decimos: si la historia es la ciencia que tiene como objeto el estudio del pasado y como método el propio de las ciencias sociales, cabría preguntar ¿Qué hacen aquellos historiadores universitarios que, en su momento, nos informaban cantando las excelencias de la historia franquista, desde 1936 hasta la llegada de la Democracia y por el contrario no dicen ni “mu” sobre la pretendida invasión de Nelson? ¿Por qué no describen la historia basándose en que Añazo o Santa Cruz, era en aquellos momentos el barrio de pescadores de La Laguna que era la capital y que, como tal, fue la que le correspondía dirigir el repeler al invasor?
Y para finalizar lo hacemos con lo que encabeza don Julio, su estupendo análisis histórico:” Los laguneros por su honor y memoria histórica”.
Fidel Campo Sánchez