Para los que conocimos a Rafael Núñez Pérez, Rafi para los amigos, la herida duele aún y el pensamiento sigue escurecido por su último adiós. Y es que al separarnos de un amigo, con quién hemos compartido tan interesantes intercambios de pareceres, se rompe algo de nosotros mismos.
Rafael Núñez nace por los años cuarenta y cinco. Licenciado en Ciencias Químicas, ejerció como profesor agregado de Cátedra de Física y Química con su compañero José Peraza. Ocupó la primera tenencia de alcaldía en el Ayuntamiento de Aguere, donde fue presidente de la Comisión de Cultura, a la vez que consejero asesor del Aula de Cultura del Cabildo de Tenerife.
A Rafael Núñez le gustaba escribir y colaborar en la prensa local. Sus artículos semanales y muy enjundiosos, se publicaban en la prensa, precisamente todos los sábados. Supo ganarse la admiración y afecto de cuantos tuvimos la suerte de tratarlo, pues, era de aspecto serio y a la vez una buenísima persona
Exponente de una época turbulenta y de una cultura impaciente vivió la dictadura y el advenimiento de la Democracia con inquietud. Su gran desprendimiento le empujó a la política. Demócrata hasta la médula, formó parte de la Corporación por parte del Grupo de la UPC, del primer Alcalde del cambio, Pedro González, que será recordado por la simpática guerra de las banderas de siete estrellas verdes, hoy patrimonio de CC-PNC, y ¡encima aquí no pasa nada!.
Rafael Núñez, nos dejó dos libros, publicados por el Centro de la Cultura Popular Canaria: “Crónicas Insólitas” y la “Conspiración de los Buitres”. El periodista Ricardo Acirón, expresa en el prólogo de Crómicas Insólitas, que Rafael es un escritor iconoclasta. Utiliza un estilo directo, sus frases son concisas y reñidas con la ampulosidad, emplea un lenguaje llano, al calor del habla isleña, no adorna las expresiones, que van directas al alma, canta a la vida a la ética, al amor, a la solidaridad, a la justicia… denuncia la miseria, el dolor, los problemas sociales y humanos
Dice asimismo Ricardo, sabemos lo que Rafael:”un idealista químicamente puro y también conocemos lo que nos es: ni mercanchifle, ni pedigüeño, ni gregario, ni turiferario del gran poder, del poder a secas”.
Pero hay algo que queremos destacar del entrañable amigo Rafael. Como un pensamiento premonitorio, pues en su prologo.-presentación del segundo libro nos dice:”Se trataba en un principio de investigar una muerte: la mía. No obstante, a medida que seguía paciente la sutil madeja cuyo final era mi propio cadáver, fui percatándome asombrado de ciertas cuestiones, cuya medida trascendía ampliamente a mi curiosidad…”
Dotado para una acción pública de altura, tenía grandes condiciones; independencia de criterio, talento reposado, visión del porvenir. Fue Rafael Núñez. El que gestionó y propuso la adquisición del Teatro Leal, a principios de los años ochenta, y uno, concretamente el 26.1.1981 – la fecha es lo de menos lo importante es el hecho -, salvándolo de un posible derribo para construir en el solar un edificio de viviendas y locales comerciales.
Lo que hoy ocurre no es problema de ideas sino de honradez, sencillamente. ¿Tan escasos andamos de quienes, por sobre la codicia y el lucro, coloquen el interés general? Por lo que fue y por lo que pudo ser, hemos de recordarle siempre como una afirmación y como una esperanza. Si la muerte es el olvido y las sombras… él no ha muerto, nos dejó entre otras cosas ese magnífico Teatro, que abrirá sus puertas el 18 de septiembre próximo, con la presencia de la Ministra Beatriz Corredor y la alcaldesa Ana Oramas, que presidirán el estreno de “punta” en blanco. Para ese día pedimos que permanezca “una butaca vacía” como humilde homenaje a su persona, que algún astuto ha querido ocuparla por la cara. En La Laguna afortunadamente tenemos buena memoria y conocemos a nuestra gente y a los que nos vienen del exterior…”con barba, bigote o sin las dos cosas” No estamos rindiendo el tributo de nuestro dolor y de nuestra admiración a lo que ya no existe, sino a algo que vive, ¡inmortalizado por el cariño de La Laguna a su Teatro Leal!
Concluimos recordando las dedicatorias: de sus libros, el primero: “A mis padres; por todo lo que bueno y honrado me han enseñado”. En el segundo:” Para Carmen. Porque la quiero”, era un recuerdo a su esposa y madre de sus cuatro hijos, fallecida por aquellas fechas.
¡Como hubiera disfrutado Rafael oyendo a nuestra Orquesta Sinfónica, a los acordes de sonatas y sinfonías inmortales! En este homenaje queremos ofrendar a doña Ligia, su madre, un bonito ramo poético, cuyas flores no se marchitan nunca. Le deseamos salud y que sea por muchos años. Puede estar muy contenta, pues, Rafael escribió: “En mi actual calidad de espíritu puro disfruto de privilegios innegables… No es que llegue a la ubicuidad, no. Pero soy invisible, por ejemplo. Así mismo desde mi plano astral, percibo absolutamente todas las cualidades de la dimensión material, olores, sonidos, calor etc., no son atributos exterior ajenos a mi sensibilidad…”
Por todo lo cual contaremos con él en el Teatro Leal el 18 de septiembre próximo, en el lugar prominente que le corresponde en justicia.
Fidel Campo Sánchez