¿Los políticos que nos desgobiernan en esta república bananera, están convencidos que son muchas las veces que hay que repetir una mentira para que acabe por convertirse en verdad?
Joseph Goebbels decía: basta con repetir mil veces la misma mentira para que la gente se la crea. Probó hacer realidad la sentencia y le salió: media Alemania creyó sin dificultad que la responsabilidad de la crisis económica que les llevó al desmoronamiento era de los aviesos banqueros judíos. El desastre y la destrucción que llegaron después fueron la consecuencia extrema de esa y otras mentiras de similar enjundia y manipulación: la supremacía de la raza, la primacía del pueblo sobre las leyes, la imposibilidad de la derrota... Alemania aún no ha logrado perdonarse el haber creído a esos mentirosos. El uso de la mentira como arma política no lo inventó Goebbles, desde luego. La mentira, que algunos llaman propaganda, es el arma preferida de los regímenes dictatoriales, belicosos o simplemente autoritarios. Véase el final que tuvo la Alemania de Hitler. Paulino Rivero paulinito para lo sauzaleros, no es, desde luego, nada parecido a un régimen criminal, aunque Paulino sí sea el más belicoso y más autoritario, de esos de CC-PNC. El presidente cree que es virtud lo que él llama "firmeza" o sea: meter a los disidentes, ¡que haberlos haylos!, en cintura, como infalible instrumento de acción política. Cada vez que tiene la ocasión de recordar la importancia de la "firmeza", Rivero lo hace: nos dicen que defiende en las reuniones del Consejo la necesidad de la mano dura y convence a los suyos para que la apliquen severamente a los docentes, a los sanitarios, a los funcionarios y a los sindicatos. Miedo nos está dando que ese jefecillo llegue a disponer alguna vez de policía autonómica o “guanchancha”, al decir de ese pura sangre del nacionalismo canario, cual es el doctor don Miguel Leal...
El profesor de EGB don Paulino, es autoritario porque se basa más en el descrédito y la destrucción constante del contrario: la oposición socialista, los enseñantes, los que le critican, en definitiva, que en la explicación de sus escasísimos méritos. Es autoritario porque proclama y defiende valores autoritarios como ese rancio recurso a la pretendida unidad de valores e intenciones del pueblo frente a la defensa de los derechos del ciudadano, que a veces llegan incluso a rozar el desprecio a lo diferente. Son autoritarios, Paulino y sus paulinitos o adláteres, porque reniegan del parlamento, actúan con respeto exclusivamente a esas leyes que violentan con propuestas o decisiones de cabo interino y consideran la libertad en el ejercicio de la crítica como algo punible que debe ser castigado por la autoridad, ellos y sus policías
Pero, sobre todo, es autoritario porque es un régimen al que no le importa nada mentir, y repetir sus falsedades mil veces. La provocadora relación de méritos presentados por el presidente en su primer año triunfal -25.000 familias a las que se ha entregado una vivienda, 6.000 nuevos empleos por el plan del Gobierno, 50.000 empleados recibiendo formación?- son la muy pinochesca demostración de hasta qué punto Rivero suple con mentiras su propio ridículo como gobernante, más dedocrático que otra cosas, habida cuenta que no ganó unas elecciones sino que se valió de esa ley canaria, chanchullera y hasta anticonstitucional, ley llevada a término por toda la partitocracia canaria, incluidos los del PSOE que ahora tanto protestan y pretenden cambiar.
Fidel Campo Sánchez