11.2.10

COLEGIOS DE ANTAÑO Y LA DIFERENCIA CON LOS DE HOGAÑO.

Nos acordamos cuando en el colegio se nos enseñaba de tú a tú. Teníamos una relación cuasi personal con los profesores, que ya fueran buenos o malos, nos enseñaban la lección. Todo este proceso se llevaba a cabo bajo el marco incomparable del respeto, pero aunque todos hemos hecho alguna que otra trastada, siempre prevalecía esta máxima hacia un mayor. ¿Y se acuerdan cuando el profesor o, peor aún, el jefe de estudios, llamaba a tus padres por la que habías armado? Te esperaba una buena regañina con su castigo consecuente en casa. Pero, ¡Dios mío!, cómo ha cambiado el cuento. Ahora los profesores además de “lidiar” con los alumnos y sus travesuras, también tienen que hacer lo mismo con sus padres que siempre están dispuestos a encubrir a sus hijos, porque, por supuesto, para ellos es el profesor el que no entiende al niño, el que no sabe como motivarle en clase. Hagámonos esta reflexión; ¿quién tiene la culpa de la falta de educación del alumno?

Vamos a tener que empezar a distinguir entre educación y cultura, si decimos bien. La educación es aquella que los padres deben empezar a enseñar en casa desde pibitos, sobre todo el respeto a los demás y a los bienes ajenos, entre otras muchas cosas, siempre ayudados por los profesores como continuación a lo ya recibido. Como cultura tomamos como referencia todo aquello que aprenden en clase, los conocimientos que aparecen en los libros y han de ir adquiriendo a lo largo de la vida, eso sí, también con la ayuda de los padres. ¿Qué pasa en esta sociedad? Hay muchos padres que piensan que al profesor ya le pagan lo suficiente para que eduque y enseñe todos los conocimientos ya que ellos están muy atareados con los quehaceres diarios, el trabajo, el gimnasio, las parranduelas, las labores de la casa. Tan sólo exponemos que no hay fórmulas mágicas ni mejores ni peores modelos educativos, en hogaño, actualmente, hoy La responsabilidad se adquiere cuando tienes familia como padres sensatos y responsables del concepto de familia.

Al final los pibes son lo que ven y lo que nosotros les decimos que hagan y, además, toleramos y lamentablemente las exigentes necesidades de la sociedad muy mercantilizada, son cada días mayores, trabajan el padre y la madre y los niños pasan a segundo lugar y reciben mucha más y peor educación en la calle donde permanecen con sus amigos, algunos buenos y otros no tan buenos, recibiendo “educación” callejera hasta, en tanto en cuanto sus progenitores regresan al hogar, en que poco a poco va desapereciendo el trato, el amor filial- entre padres e hijos - y la responsabilidad que tenemos los padres como principalísimos educadores.

FIDEL CAMPO SANCHEZ