El Sr. Benach, presidente del parlamento catalán, ha tenido que dar marcha atrás y anunciar la retirada de los accesorios que por valor de más de 9.000 euros había instalado en su nuevo coche oficial. Un coche, por cierto, de una marca alemana de gama alta y no precisamente de un modelo básico sino uno de los más lujosos. En fin, cosas de políticos. Lo que más nos ha sorprendido es que les cobrasen -nos cobrasen- más de 9.000 euros por una televisión, un escritorio y un reposapiés. ¡Qué pésima gestión de las compras! ¿Saben nuestros gobernantes lo que cuesta una televisión de plasma, no ya de coche sino de
En esta mamandurria no se dan esas largas distancias para asistir a su “trabajo” esos atorrantes que nos desgobiernan, pues aquí las distancias son muy cortas y el trabajo, por llamarlo de alguna manera, no es nada agobiante se trata de un paseo para desayunar y parolear en el bar de enfrente. Pudiera ser que de este gran “sacrifico” tuviéramos que excluir a ese inconsciente, el “ínclito” Ruano habida cuenta que se supone vive en la isla de enfrente y debe trasladarse para cometer sus desafueros y paridas en helicóptero, ¡todo un enorme sacrificio!, que hace a diario este “padrecito” de la nación canaria.
No tuvimos suficiente con lo que nos ha costado la ampliación del Parlamento, debido a un latrocinio por consejo del señorito Ruano, siendo asesor jurídico en la época que era presidente del Gobierno Jerónimo Saavedra sino que ahora, con esa a todas luces innecesaria “guanchancha” se van a dotar, mas para guardias de corps que para algo útil, de policías, helicópteros, motos y coches de gama alta, amén de dos o tres lanchas para vigilar nuestras costas de una posible invasión del reino de Marruecos. Nosotros que no creemos en ese invento de crisis que tanto blasonan los hombres del otro “ínclito” y sectario canario, cual es Soria, nos afirman en nuestra no creencia habida cuenta que esos dispendios de nuestros dineros para crear algo que no se necesita es prueba evidente que estos hijos de desertores del arado han visto Jauja, el país de las maravillas, en el dinero público. Han perdido la poca vergüenza que les quedaba, si es que alguna vez han tenido algún atisbo de la misma.
Y para finalizar dejamos lo siguiente: El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo los necios, como esa mal llamada “clase” política, se quedan sentados en él
Fidel Campo Sánchez