Recientemente el Casino de La Laguna, fundado en 1899, ha sido galardonado con la Medalla de Oro de Tenerife, por el Cabildo Insular, en reconocimiento a su labor y trayectoria ejemplar en los últimos treinta años. En el salón noble de la señera Institución, el presidente del Cabildo Insular, Ricardo Melchior entregó dicha distinción, al presidente del casino. Octavio Cabrera y algún que otro miembro que asistió en representación de la centenaria sociedad.
De aquel casino de la calle La Carrera, queda solo el recuerdo. Su situación era estratégica, pues, día tras día se podía presenciar el famoso “paseo de las desesperadas”, mientras los socios se situaban en las escalinatas o en las terrazas laterales, para deleitarse viendo el desfile de jovencitas y algunas solteronas, lugar que tan popular hizo aquellos atardeceres laguneros.
Pero es en el año 1972, cuando el casino tiene la oportunidad de adquirir el actual edificio a la familia Rodríguez de Azero, ya que el viejo carecía de espacio suficiente para las expectativas de futuro. Efectivamente, nuevas posibilidades se presentan con el cambio de sede, pues en la superficie adquirida se pueden prestar mejores servicios como cocina, bar, comedor, salas de juego. Biblioteca…
Estos logros hay que reconocer se deben a la constancia, trabajo y entrega desinteresada de presidentes como Francisco del Castillo, José Carlos Oramas y al inigualable tesón de Juan Antonio de Ossuna y Torres, presidente de honor de la sociedad, que seguía los temas hasta ciento once veces si fuera preciso. Así surgió el Anexo Deportivo, que cuenta con piscina climatizada y extraordinario gimnasio, salón de usos múltiples y solárium. Nada de lo conseguido hubiera sido posible sin la persistencia y visión de futuro de Ossuna, al que La Laguna debe, que al menos le sea concedido el título de hijo predilecto.
La actual Junta ha tenido la suerte de recoger una Medalla ganada con el esfuerzo realizado por otras juntas, ya que su trayectoria demuestra inexperiencia, puesto que no ha convencido de que solo sin administradores, de las cuotas de los socios, que no dueños, las cosas no funciona como antes. Imponen tonterías con miopía, casi ceguera, desgana, ineptitud mientras los socios se resignan y sufren de momento tal desorden.
Vemos que convocan una Asamblea General Extraordinaria, para dar cuenta tarde, de un informe económico de la sociedad, referido a la cuenta de explotación del bar-restaurante. Al propio tiempo que en otro punto se dedica a propuestas y aprobación, si procede, de abastecimiento para mejorar la situación económica del bar.
A buenas horas mangas verdes, un día 29 de diciembre, día siguiente de los Santos Inocentes ¡Enhorabuena!. El montaje está claro, repartir una chocolatina con el anagrama del casino en el anverso y el reverso una J y una D: igual a Junta Directiva
Por cierto el orden del día carece de ruegos y preguntas por lo que los socios tienen la palabra. El salón recibirá antes ambientador, oro de ley (air freshener)