Estimados conciudadanos iniciemos con ánimos renovados un año más, con la bandera de esa frase tópica: “año nuevo vida nueva” Realmente podremos lograr esos cambios tan deseados pora la sociedad lagunera, tanto en el plano económico, político y sobre todo de esa necesaria recuperación de valores que solemos infravalorar. Con ese enjundioso grito triu8nfal de FELIZ AÑO, después de habernos comido principalmente, a los sones del reloj, las doce uvas, podremos iniciar con ánimo y con esa frase de “año nuevo, vida nueva” que, al parecer, será la que emprenderá el obispo de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna, en su nuevo destino, como obispo auxiliar de Zaragoza
Penosamente en la mayoría de los casos y circunstancias estimamos que son pocos los logros propuestos sobre todo si vemos, de un año para otro, como tenemos que soportar estoicamente el que las libertades nos sean cada día más recortadas. El que tengamos que vivir en una democracia vigilada pese a todo ello no permitamos que se apaguen los ánimos ni las ilusiones encendidas en este inicio del año nuevo
Como seres humanos que somos es difícil vencer los malos hábitos que esta sociedad está, permitiendo, cual es la corrupción imperante, la maledicencia de los políticos, nuestros empleados, que se permiten tratarnos como súbditos ahogándonos a impuestos y vulneraciones de los más elementales principios éticos, cuyos males no acaban al sonar las doce campanadas sino que más bien continuarán.
“Año Nuevo Vida Nueva”, frase que como dogma servirá para, al menos en deseos, cambiar mágicamente el primer día del año. ¿Seremos y seguiremos actuando de la misma manera? Debemos ser capaces de poder experimentar algún cambio, para bien en nuestras vidas y ser positivos, capaces de trasmitir valores importantes como el respeto a los mayores y a todos como asimismo el de la familia tan infravalorado por nuestras actitudes y que, en absoluto, no obedezcan a planteamientos fundamentalistas y sectarios y SI siempre desde el respeto a las leyes constitucionales aprobadas en el Parlamento, donde radica la soberanía popular, nunca a lo que interesadamente se nos plantee desde posturas radicales contra las leyes del país que, como en el nuestro son constitucionales.
Nuestra voluntad, como Colectivo Ciudadano, indica que es asumir el que la batalla contra los poderes religiosos “facticos” conlleva sufrimiento y asumiendo que las batallas no se ganan antes sin haber vencido los obstáculos, ya lo decía Schopenhauer:” la vida no tiene sentido sin dolor”. Quien educa la voluntad es más libre. No es más libre cuando se hace lo que apetece, sino cuando se tiene capacidad para elegir aquello que nos hace ser mejores personas y cada día recomenzar propósitos pendientes y no esperar al siguiente año para tener que repetir el ritual de las doce uvas y muchos deseos
Así pues debemos comenzar al año con propósitos renovados, manteniéndolos en lucha constante y marcándonos metas desde la reflexión y capacidad de voluntad de consenso y querer con firmeza cumplir los propósitos que como ciudadanos en un Estado de Derecho nos propongamos Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad familiar sobre bases cristianas en la amplia gama de congregaciones religiosas en una nación laica donde no puede ni haber diferencias ni preferencias en las que la soberbia de algunas les lleve a delinquir y practicar terrorismo religioso contra el Estado, como vienen haciendo esos del nacional catolicismo franquista que creen que solo son ellos los representas de la familia.
Pax vobiscum. Hermanos, Que la Paz sea con todos.
