Tenemos noticias de que un policía local de La Laguna, a quien denominamos como “poli-mili anonimista” habida cuenta que desconocemos nombre y apellidos, ha tenido la cobardía de, por medio de un escrito, descalificarnos con respeto a nuestra opinión de la policía de paisano que denominamos, por su semejanza, como la “Brigadilla” del siglo XXI, para acciones represoras contra los derechos ciudadanos, por eso y por denominarnos como “chochos”, cabe hagamos un trabajo didáctico basado en las verdades del barquero que como Nos solemos hacer:
“Chocho!” es el nombre con el que se designa una leguminosa cuya semilla se usa para alimentación de animales y, una vez puestos en remojo y con sal utiliza el hombre como “armadero” para beber vinito de la tierra y es así conocido, en el español que se habla en Canarias, como en román paladino se conoce como altramuz (Lupinus albus). Asimismo en Salamanca (España), se trata de un dulce típico llamado “chocho” de yema. Por otro lado es el apelativo que se utiliza para denominar la “vulva” femenina, como también como sinónimo de de ombligo. En Mexico existe la etnia “chocho”, del grupo indígena en Oaxaca.
Pero a lo que suelen referirse los cretinos iletrados es al chochear (de chocho) referido a tener debilitadas las facultades mentales por efectos de la edad, ¡no es nuestro caso, afortunadamente!, aunque así lo pueda desear estos que hacen terrorismo con el anónimo.
Como fenómeno se da con demasiada frecuencia en los partidos políticos y sindicatos amarillos, como los que tenemos en esta nacionalidad. Para que nadie tenga el penoso trance de tener de decirlo, tomamos la decisión de manifestarlo en concurso público a fin de que se entere ese suboficial de CC.OO. Sería muy higiénico, muy democrático y muy liberal, así los sindicatos de clase y los partidos serían mejor vistos de lo que son. Lo chocante es que esto venga a ser una práctica ajena a la cultura democrática de las personas y los partidos y sindicatos que denominamos como de la derecha ultra.
Existen mecanismos teóricamente infalibles para resolver este problema cual puede ser el enfocar las cosas, para que con el concurso de todos los alejemos de las contiendas utilizando las listas abiertas, por votación secreta y de manera democrática aunque pueda resultarles incómodo.
Y para finalizar este devaneo filosófico tenemos que decir que, es público y notorio que cuando se califica al prójimo de “chochear” es porque los que así lo hacen no entienden o no quiere entender que tenemos la obligación de vigilar sus “modus vivendi” para que, con nuestros dineros no puedan virarnos las pistolas que suele utilizar esos intransigentes que, al no tener nada que decir, salifican al otro de “chocho”, y son los que se atreven a etiquetar e insultar generalizando, pues, como buenos y calificados “iletrados” recurren al insulto fácil al carecer de argumentos.
FIDEL CAMPO SANCHEZ