La laguna es como una casa pequeña, donde a veces se bosteza de aburrimiento, otras, todo lo contrario, se pasaba de la raya originando las carcajadas más sonoras de todos los tiempos. Y es que
Un personaje inigualable fue Francisco Melián, gran parlanchín y asiduo a las tertulias del café Castillo, del bar Carrera, del Casino, del Ateneo…
Decía Paco Melián, como familiarmente se le conocía, que había vivido el tiempo suficiente, para conocer bien la realidad de la vida para sonreír, quitándole hierro a cualquier controversia, a cualquier asunto turbio, pues pensaba que al día siguiente había que seguir siendo hipócritas, hasta con los más cercanos. Siempre terminaba afirmando: vive y deja vivir, esa es la cuestión, Había vivido nuestro conciudadano los suficientes años para conocer que la realidad de la vida puede erosionar hasta las costumbres más arraigadas.
Antonio el Perita, campanero de
En estas Navidades… y con la presunta crisis a cuestas, ”el gloria in Excelsis Deu…”, el Nacimiento del Hijo de Dios nos trae a
Al parecer, se dice que, ¡por fin!, en el año 2009, contaremos de nuevo con la presencia de
Por ello se han reunido, con el ciudadano Bernardo, ordinario del lugar, los señores vicarios, asistiendo además el arcipreste, Prudencio Redondo, y después de una largo debate, han acordado que, al tratarse de una cuestión puramente formal y muy reivindicativa del pueblo, lo mejor y más acertado es mirar para otro lado y acabar de una vez, con la tensión que innecesariamente ha generado esa “Sinodal tontería”. También, y sobre el mismo tema, hubo reunión del Cabildo Catedral, presidida por el deán Julián de Armas Tomar y el vicepresidente, Vicente Cruz para tratar de sondear la opinión de los señores canónigos, que en su mayoría, acordaron debía correrse un tupido velo, por considerar poco oportuno tal “Sinodal Constitución”.
Cábenos en honor de felicitar a los señores capitulares por su actitud cristiana y comprensiva, en especial a Antonio Jimeno, Pedro Juan García, Julio Sánchez, Cristóbal Pérez, José González, Luís Pérez, entre otros. El organista Cirilo parece que no pudo asistir, ni Clemente por estar algo delicado, así como Mauricio debido a sus ocupaciones en
Podemos, por tanto, despedir el año, contentos por esta presunta milagrosa intervención del Santísimo Cristo, que nuevamente se ha podido manifestar alejando los nubarrones, del ordinario Bernardo, el de las Breñas
Así, concretamente el día 28 de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, el día que los laguneros se gastan toda clase de de bromas de las más sorprendentes como aquel entretenimiento de nuestra infancia, que era el asustar con saltapericos al canónigo don Bernabé. ¡Bendito sea el Señor!, exclamaba el bueno de don Bernabé… para una vez recuperado del susto, justificar que era un juego de niños, libre de todo pecado. ¿Y qué nos dicen de los voladores de la noche del Cristo, reventando todos a la vez? Esa si es una inocentada temerosa de Dios y que concluía con, amén, amén.
No obstante, no podemos dejar de contar la inocentada que gastó Juanito Ríos. A aquel famoso personaje conocido por Daniel el Huevudo. El tal Daniel, entraba, pasaba de venta en venta y cuando remataba daba tremendos traspiés, se mantenía gracias a las paredes.
Un día de los Santos Inocentes, Juanito Ríos puso en práctica una de sus baladronadas. Aprovechando que Mederos, el de la funeraria, y sus amigos tomaban una copa en la venta de enfrente, tomó del brazo al Huevudo y lo llevó a rastras a la trastienda de la funeraria. Allí le colocó en una caja holgada, puso seis velas encendidas y le dejó dentro del ataúd, como si estuviese en una cama el pobre Daniel
Al regreso de Mederos y sus compañeros, de pronto oyeron una voz que procedía de una de las cajas de la trastienda que exclamaba: ¡Estoy vivo, sáqueme de aquí, no se vayan, me han metido sin darme cuenta! Fagón, el general sin estrellas, sin fusta y bastón de mando, se limitó a darle su más sentido pésame….
Estas anécdotas y aquellos personajes definen bien a
Por lo cual, don Hipólito Jorge, canónigo jubilado y figura eminentemente popular, único cura con sotana en nuestra entrañable ciudad, afirma, con la simpatía y socarronería que le caracteriza:” Yo no creo que molesten los que les gusta jugar a los cochitos (tronos) y también a los soldaditos de plomo”. Eso no es todo, pero acuden a
¡Válganos el Señor de
Fidel Campo Sánchez