Iluminación del Árbol de Navidad del Orfeón La Paz 1965
El pasado día veintidós de noviembre se celebró la festividad de Santa Cecilia, a la que la tradición cristiana conoce como la Patrona de la Música y los Cantores.
Nos proponemos, refiriéndonos a la conmemoración de la Santa, resaltar la arraigada tradición musical de Agüere, pues hubo un tiempo que la ciudad de La Laguna, era todo melodía y poema sinfónico. Hasta tal punto, que no había taller artesano donde, desde el maestro hasta el último oficial no conocieran la técnica de la música o los secretos y mecanismos de los instrumentos.
Hoy todas aquellas agrupaciones musicales que suscitaban apasionadas luchas, han desaparecido, incluso el popular Teatro Viana, en el que aquellos conciertos tenían lugar. Primero fueron las filarmónicas de la Amistad y el Provenir, luego la Esperanza, el Renacimiento y la Fe, denominación que ha sido recuperada por una asociación para, después de numerosos chanchullos del Ayuntamiento de CC-PNC que lograron cargarse la Banda Municipal, que fuera creado en 1906 siendo Alcalde don Juan Reyes Vega.
La nueva Banda de Música, denominada de La Fe, es contratada para actos puntuales sin ninguna dependencia directa con el Consistorio, como ocurriera con la Banda Municipal de más de 100 años de existencia. De Todas formas y tras muchas e innumerables controversias y manifestaciones públicas de protesta existe algo que esperamos tenga larga permanencia en el tiempo.
Y es que con el nombre de Banda de la Fe y dirigida por don Alonso Castro, se dieron numerosos conciertos públicos, sobre todo en la Plaza Abajo, donde se había hecho construir un pequeño templete- kiosco, para utilizarlo en los conciertos la Banda del Patronato, que dirigía, un gran músico lagunero y director, don Fernando Rodríguez, al que sustituyó con mucha voluntad, el simpático y entrañable don Pedro Febles, conocido por Pedro Patita, de imborrable recuerdo por su anecdotario.
En los años cincuenta, se reorganiza la Banda, se adquieren nuevos instrumentos y uniformes, bajo la dirección de un músico de conocida relevancia y solera, don Antonio González Ferrera, al que sucedió más tarde su hermano don Domingo.
Los recursos eran escasos y el Alcalde que inicia su transformación fue don Narciso de Vera y Marrero al que sucede don Andrés de Lorenzo-Cáceres, un conocido lagunero e intelectual, en el que brillaba una prosa, delicada y sensible, de profesión Fiscal Municipal de La Gomera y el Hierro
El cambio de Alcalde, después de la Guerra incivil, lo consideró oportuno el nuevo Gobernador Civil de aquella época, de tantas penas y hambruna(los plátanos sancochados y el gofio de barrilla), don Juan José Rosón, tras el cual vinieron algunos familiares que fueron conocidos por ser unos grandes “pufistas” con algunas connotaciones de “trileros”.
Presidía el Patronato don Andrés Acuña Dorta, lo administraba don Deogracias Sánchez Molina y era concejal responsable del mismo, don Félix Rupérez.
En la actualidad, toda esta tradición artística, toda esta afición y entusiasmo, perdura en una sola entidad coral, colmada de triunfos y laureles: el Orfeón La Paz, que junto con la reorganización de la Asociación o Banda de Música la Fe, son herederas de una honda pasión musical lagunera. Basta pronunciar su nombre, para que la ciudadanía lagunera sepamos de quien se trata. El Orfeón la Paz rezuma música por los cuatro costados, habida cuenta que de padres a hijos y de generación en generación se ha transmitido una notable capacidad para interpretar musicalmente tan arraigado sentir popular, con la presencia puntual en los acontecimientos más señalados y unidos al pueblo: las fiestas del Santísimo Cristo, la Navidad, las Rondallas de Carnaval y la Semana Santa, sobre todo en la madrugada del Viernes Santo.
El Orfeón ha cantado en todos los tiempos al Cristo, que forma parte de los cimientos de la ciudad, pero sobre todo en esa Madrugada en la que la fe de un pueblo reza, enciende cirios, guarda silencio, cuando desfila ante la Imagen del Crucificado, ¡por cierto!, sin el acompañamiento de la Escuadra de Artillería, por mor de la bestia, el de las Breñas.
El Orfeón se fundó hace noventa años y tiene su sede actual en la calle Juan de Vera, frente a la casa Ossuna, ese Museo y Archivo tan generosamente legado por don Manuel, a La Laguna, administrado, al parecer, por un Patronato designado por el fundador, que no funciona responsablemente…, mientras la casa, el mobiliario, la numerosa documentación y objetos de valor se deterioran y lo que es mucho peor que han desaparecido para beneficio de algún vivales impresentable, de tantos de esos vivos que pululan en la política,¡ qué pena y poca vergüenza!
Esperamos y deseamos que unos de los primeros gestos de don Fernando Clavijo Batle, nuevo, flamante y dinámico Alcalde de la ciudad, en el marco del IX aniversario de la declaración de Aguere, como Patrimonio y Bien Cultural de la Humanidad, sea aclarar y denunciar esos desaguisados, ¡si es que realmente va a gobernar con y para el pueblo soberano, ¡démosle tiempo al tiempo, al menos los 100 días de confianza!
Desde siempre, recordamos al Orfeón instalado en su segunda sede, una casa anclada en la Plaza de la Concepción, frente a la Araucaria que tantas noches de Navidad iluminó, mientras las parrandas de lo Divino, iban a rendir pleitesía al pequeño Niño Jesús instalado en su base.
Por último, en el recuerdo muchos orfeonistas que se reunían para cantar. Entre ellos recordamos a Luís Ramos, Alayón, Luciano de la Rosa, Pepito el Barbero, Manuel y Antonio González Ferrera conocidos por los campaneros, el simpático y ocurrente Pepe Mederos, José el cartero, Lorenzo Buenafuente, Ángel Álvarez, Miguel Feria, Pablo el Matancero, Enrique Martín, Agustín Santana, Luisa y Mercedes Machado, Rudesindo, Laureano y Yayita Ríos y más recientemente Dacio Ferrera, Joseito Rojas, Benito Cabrera, Benito Cabrera y el actual director de apellido Vinagre, que nada tiene que desmerecer al recordado don Fernando Rodríguez y Manuel Hernández, sin olvidar al sempiterno abanderado, Don Ricardo González Tejera. La popularidad del Orfeón fue creciendo con el tiempo y en sus vitrinas se muestran los numerosos trofeos obtenidos, entre ellos los primeros premios de interpretación, de presentación en los Carnavales (Fiestas de Invierno franquistas que no dejaron de celebrarse gracias a nuestro don Domingo, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, pues si, en aquellas fechas, hubiera sido obispo la bestia sinodal, el de las Breñas, hubieran desaparecido con la Escuadra de Artilleros.)
Ya el Orfeón lagunero, en plena madurez, cumplirá dentro de poco su primer centenario, que esperamos se celebre con toda solemnidad que la ocasión merece. No obstante, pensamos debe diversificar su eficacia y actividades, para convertirse en la sede de todo tipo de actividades musicales, impartiendo clases de solfeo, piano, bandurria, guitarra, timple…
El laureado Orfeón, tuvo la suerte de contar en sus socios más activos a don José Abrante, que gestionó la adquisición y la construcción del edificio de la actual sede.
Hoy, la pronta centenaria sociedad afronta tiempos duros y problemáticos, con pocos socios jóvenes y muchos ya maduros. Esperemos no falte imaginación para poder continuar y cumplir los cien años, como el recuerdo y sacrificio de sus fundadores merecen
En su presidente don Esteban y en sus colaboradores más cercanos, como en el canónigo Pedro Juan y Bonfilio, confiamos.
FIDEL CAMPO SANCHEZ