16.12.08

LA LLAMADA AUTORIDAD PORTUARIA Y HOMENAJE A GARCIA SAN JUAN

Hemos observado mucha actividad en los jardines del edificio de la Junta de Obras del Puerto, en la Avenida Anaga de Santa Cruz de Tenerife. El motivo es que se estaban concluyendo las obras para la colocación de un busto, del que fuera su presidente desde 1961 a 1977, Cándido García San Juan. La realidad es que este señor estuvo al frente de Institución Portuaria, como presidente y vicepresidente veintisiete años, más de un cuarto de siglo, además de muy metido en todos los intríngulis económico- políticos del franquismo de la época.

Cándido García San Juan nació en Santa Cruz en agosto de 1906 y falleció en noviembre de 1998. Casó con María Candelaria Ruíz-Benítez de Lugo y Zárate, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, todos muy conocidos..

El señor García San Juan, estudia Ciencias Económicas en la Universidad Católica de Babaria, ampliando los mismos en la Liverpool. Regresa a Tenerife y en la Facultad de Derecho obtiene el doctorado en la Universidad Central de Madrid. Imparte docencia en la Facultad de Derecho de La Laguna hasta 1946, que es nombrado Alcalde de la capital y se ve obligado a renunciar como profesor de la Universidad de Canarias, en La Laguna.

En 1939, “año de la victoria de la guerra incivil”, gana las oposiciones a Fiscal Municipal, ejerciendo hasta 1967 que solicita la jubilación voluntaria, siendo, posteriormente, nombrado Magistrado suplente en 1981.

De su amplio curriculum políticamente, muy vinculado al fenecido régimen dictatorial, destacamos su labor empresarial que inicia en 1928, en la tienda de tejidos y novedades “La Printemps”, y en los almacenes de importación y exportación de frutos y productos hortícolas que en 1941 se convierte en Sociedad Mercantil “C. García Dorta Cía. Ltda.” Y Constructora Garzan.

Pionero del Turismo, funda junto con su hermano Juan, Pedro Alemán y Fernando Lecuona la Agencia Viajes Atlántida. En 1950, formó la Sociedad Mercantil Hoteles Tenerife (Hotesa) y construyó en el Puerto de la Cruz, el Gran Hotel Tenerife Playa y el Gran Tinerfe, en el suroeste de la Isla, concretamente en la costa de Adeje

Cofundador de la Naviera Ferry Gomera, S.A,, que ha contribuido al acercamiento de La Gomera, Lanzarote y Fuerteventura, así como del restaurante “las Rosas” en Agulo.

Presidente fundador del Skal Club, entidad internacional que aglutina a todos los que se dedican al Turismo.

Destacó en el campo de la Agricultura con la creación de una asociación para la defensa de los intereses socio-económicos de la Agricultura, gestionando créditos a bajos intereses para afrontar los temporales de 1957, y la plaga de langosta posterior.

Fue fundador de la Asociación de Amigos del Puerto y siendo presidente terminó la Dársena Pesquera, ampliando a mil metros el dique Muelle-Sur, la Dársena de Los Llanos, el Muelle de Rivera, las Avenida Litoral etc.

Procurador en Cortes, consejero del Cabildo y Mancomunidad, siendo responsable del área de Beneficencia. Presidente de la Junta Administrativa de Carreteras, promotor del Colegio Miguel Pintor para empleados de la Junta, así como de las 110 viviendas para el personal obrero. Promotor del Campo de Golf, presidente del Consejo de Administración del Teleférico Pico del Teide, de la Unión Mutua Tinerfeña, del Real Automóvil Club, Instituto Nacional de Previsión, de la Marina, del Rotary Club, de la Cámara Oficial de Comercio, de Caja Canarias, de la Económica del País y de la Liga Naval Española, todo un político de aquel régimen, muy bien situado

Estuvo en posesión de numerosas condecoraciones como., entre otras: grandes cruces del Mérito Civil, Isabel la Católica, Mérito Naval, Mérito Militar, Cruz de Peñafort… No obstante, parece que la que más satisfacción de proporcionaba era la de Comendador de la Soberana Orden del Santo Sepulcro, que le concediera el Papa Pío XII, a petición de su amigo el obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, Fray Albino, de muy triste recuerdo en esta ínsula, en unas más que oscuras recaudaciones para aquella incivil Cruzada franquista, que gran parte de los fondos que se recaudaran existía una barriada en Córdoba, su ciudad natal, una importante barriada que lleva su nombre.

Don Cándido fue Esclavo Mayor de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna en 1947 y su hermano en 1950. Allí desgravan plegarias los señores de Aguere todos los viernes del año y, en especial en las jornadas del Jueves y Viernes Santo, sin olvidar las Fiestas de Septiembre, De aquella época de Esclavo Mayor, fueron sus amigos Domingo Bello, Miguel Melo, José Valcárcel, Ciro Ucelay, José Zamorano y Andrés Cáceres, entre otros. Eran los días solemnísimos de La Laguna, en la que el pueblo se echaba a las calles por las que bajaban las fuerzas vivas de aquella sociedad de antaño, unas estrenando trajes oscuros y otras sus mantillas, sus peinetas y sus vestidos negros de encaje y organdí, que contrastaban con la pobreza del pueblo llano. Eran jornadas obligadas, en las que se justifican, desde doña Jesús de Ascanio y don Amaro Cambreleng, hasta doña Pilar Castro, don Carlos Hamilton, sin faltar don Diego Benítez de Lugo, hijo primogénito del marqués de Celada, vistiendo un terno impecable del más puro paño ingles y otros muchos, que por espacio omitimos y que contrastaba con las miserias por las que pasaba la generalidad, en definitiva esa era La Laguna del obispo Fray Alvino, quien ,de cuando en cuando hacía a píe el corto recorrido desde el Palacio Salazar hasta la Catedral, en el que muchas veces de vio en compañía de Cándido Luís y escoltado por su secretario el Padre Iglesias, además de el colectivo de canónigos.

Nos llevan, asimismo a recordar el pasado solemne y reposado de los Esclavos Mayores, Manuel de Aledo, José Vicente de Buergo, Sebastián Martín Neda, Miguel Melo, Leopoldo de la Rosa, Ildefonso La Roche y el Cristo, con su Escuadra de Artilleros que, un aciago día en virtud de una norma sinodal se les ha hurtado a los laguneros.

Y hablando de don Cándido Luís García, es preciso recordar ese Muelle que en fatídico mes de julio de 1936, volvió a recibir a los emblemáticos navíos de la Compañía Transmediterránea y sobre todo el Magallanes y el Marqués de Comillas, que pintado de gris, venía dispuesto a engullir soldados como si fueran huacales de plátanos, a los que el pueblo, bautizó como los “machuca y limpia”

Don Cándido y otros señorones, mientras, en la Plaza de Weyler entraba y salían generales y jefes de la guarnición. Por aquellas fechas de Guerra Incivil, encabezados por el señor García Sam Juan y Fray Albino, solicitaban, casa por casa y recogían dinero, joyas y productos inverosímiles para “colaborar” con las tropas que estaban en los frentes de guerra.

Ya finalizando, tenemos que felicitar al adejero, don Pedro Rodríguez Zaragoza, por la celebración del centenario de la Junta de Obras del Puerto y también a don José Manuel Ledesma, autor del libro “Los Presidentes del Centenario”. Destacamos asimismo, la importancia de colocar un busto a don Cándido, que no es otra cosa que reconocer el papel desempeñado para que las instalaciones portuarias tuvieran la importancia que hoy tienen.

No obstante, nos parece pobre que don Pedro, con nueve bloques o tolmos de piedra de los viejos muelles y un busto donado por la familia San Juan, descubra algo que nos es precisamente una joya, cuando no parece el momento, dado que la tendencia democrática actual va hacia la retirada de monumentos como el de Las Raíces y todo lo que recuerde al malvado franquismo, en aplicación de la ley de Memoria Histórica.

¡Hay que tener bigotes don Pedro…! y es que de verdad se gasta unos buenos mostachos, que llenan bastante su cara de luna llena…pues sabemos de sus conocimientos de ese Ingles, aprendidos en la Gran Bretaña.

A pesar de todos los pesares y como cristianos pedimos que descanse en paz, don Cándido siempre pulcro de formas y denso de pensamiento. Excelente, exquisito para sus amigos y familiares que lo denominaban como “candidito”. AMEN Y AMEN

Fidel Campo Sánchez