La plaza de La Concepción data del siglo XVI., según don Domingo Barbuzano, tras casi un siglo de existencia, su pavimento está siendo retirado porque la barbaridad del Plan Especial de Protección del Casco considera, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo que es improcedente para caminar con tranquilidad, en los deseos chichas que dirigen todas las operaciones de cambio de nuestra ciudad que, lamentablemente, está siendo, cada vez más, un barrio de Santa Cruz de Tenerife, haciendo para ello, desaparecer cuantos más vestigios del pasado de la que fuera primera ciudad de Canarias. Acomodándola a caprichitos e ideas urbanísticas que nada tienen que ver con nuestras tradiciones y como ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Cada vez que las calles de la ciudad son excavadas para su mejora, un gran número de personas lamenta la aparición de adoquines bajo el asfalto. Una piedra de la que incluso algunos, aunque estén presentes en otros sitios de la Isla que son un símbolo urbanístico e histórico de La Laguna La última fase de peatonalización de la calle de La Carrera contempla la retirada de los adoquines de dicho espacio, ante lo que nosotros dolidos exclamamos: que duro, muy duro lo que nos están haciendo vivir y sufrir todos esos concejales que no aman La Laguna y si los buenos suelos y hasta, ¡posiblemente!, buenas comisiones o abultados sobres bajo la mesa.
“Muchos han sido los espacios de la ciudad que han perdido sus adoquines, sin que nadie sepa el lugar al que van a parar. En esta ocasión le ha llegado el turno a la que se podría decir que fue la primera plaza y símbolo emblemático de la ciudad, como es la de La Concepción, que data del siglo XVI, y que rodeó la iglesia de la que tomó el nombre con un espacio triangular en el que se ubicó una fuente que ya no existe y que se conoció como fuente de la Pila Seca, a la que llegaba el agua del monte de Las Mercedes a través de canales de madera que surtían a la población. Ello motivó que la ciudad fuera formándose primero en torno a dicho espacio, cerca del cual también construyó su casa Alonso Fernández de Lugo”.
Sobre el actual pavimento de adoquines, el Plan Especial de Protección del Casco (PEP) dice: "Los pavimentos no están en buen estado, y el adoquinado es demasiado irregular para caminar con tranquilidad", según esa Cerrila directora del PEP, llegada de allende los mares, para desgracia de nuestra entrañable ciudad y perdida y las señas históricas de identidad. ¡Que sabrán estos/as de Canarias, de La Laguna y de nuestra historia? Lo peor es que tengamos al frente de nuestra administración, políticos, auténticos canarios de servicio, que están convencidos que todo lo que viene de fuera es mejor que lo propio. ¡Qué desgracia!
Este espacio al que nos estamos refiriendo, con gran pesar y dolor, es el único de la Villa de Arriba que conservaba adoquines, que fueron colocados en 1913 y que ahora desaparecerán para dar paso al pavimento de piedra lisa que el ayuntamiento está colocando en todas las vías peatonales de la ciudad, siguiendo el modelos de los “patrones” chichas o de algún empresario de CC. Hay opiniones y gustos para todos, pero los mayores defensores del patrimonio, como la Asociación en Defensa de La Laguna o la Asociación de Vecinos del Casco, son partidarios de que se conserve el adoquín por ser "el único y auténtico elemento histórico, ya que la piedra natural que la sustituirá sí que es un falso histórico. Todo porque es una mala imitación de las losas antiguas basálticas laguneras haciéndolas desaparecer junto con los petriles( perfiles) para rematar las primitivas aceras por donde paseaban los peatones y porque, además, ha sido criticada por personas de la relevancia del profesorado universitario con el cual, dicho sea de paso, no se cuenta para nada al entender que se ha utilizado un tipo de piedra que absorbe el agua, reteniendo una humedad que hace más fría aún la ciudad, lo cual nunca sucedió en el transcurso de la historia de la ciudad al emplear la conocida losa chasnera que no deja filtrar el agua, siendo sólo el sol el que hace desaparecer los charcos que provoca la lluvia".
“La plaza de La Concepción, según el gran periodista e historiador lagunero que apreciamos, don Domingo Barbuzano, tiene como elementos singulares una antigua araucaria que, cuando la adornaban en Navidad, se convertía, según los cronistas, en el pino navideño, El busto del poeta Antonio Zerolo Herrero (1854-1923), bancos de piedra típicos de la ciudad, un torreón de luz que es casi ya un monumento, una fuente copia de la anterior y especies importantes de vegetación como dragos, un gran magnolio y dos ejemplares de árbol coral, mención aparte merece un ejemplar de arbusto conocido como guaydil o guaidin, arbusto que es un endemismo canario de dos o cuatro metros de altura, ramas levantadas, copa abierta, corteza grisácea y lisa que echa unas flores blancas de forma de campanitas que utilizaban las mujeres guanches a modo de corona cuando se casaban o como regalo por parte de sus novios”.
La actuación prevista en la plaza de La Concepción, según el PEP de la Cerrilla y compañía, contempla lo siguiente: bajar el suelo de la plaza al nivel de la vía peatonal, y de esta forma integrar el torreón dentro de una plataforma libre más extensa que la actual; distribución de las zonas verdes acomodándose a los árboles existentes, generando zonas de sombra donde se localizan parte de los bancos, mientras que otros bancos se colocarán en las zonas libres; pavimentación de la plaza con un suelo liso y aumento de su espacio al reducir el ancho de las vías al convertirlas en peatonales, y cambio de los alcorques y mobiliario por otros más acordes con el nuevo espacio.
En definitiva que poco a poco a La Laguna le están haciendo desaparecer sus señas propias de identidad para llevarla a convertirla en un barrio de Santa Cruz y que la misma les sirva para ser utilizada y poner a la capital chicha por encima y como ciudad más importante y representante de las ciudades de Patrimonio de la Humanidad.
FIDEL CAMPO