26.2.09

SIN ACRITUD SOBRE PRESUNTOS ARISTOCRATAS Y EL POPULAR ORDEFON LA PAZ.

Dado que el Orfeón La Paz es quien marca las distancias en La Laguna, entre el pueblo y aquellos que se refugian en el Casino para señalar determinadas elites que no son tal, pone como edificante ejemplo la visita llevada a término por el Orfeón, al Asilo de Ancianos, al Ayuntamiento de la ciudad, para hacer ofrecimiento de los galardones recibidos en el certamen de rondallas. Asimismo pasó visita al Casino de La Laguna, quienes, curiosamente, nunca hemos visto hayan hecho nada por  nuestra entrañable ciudad pero si siempre han estado prestos a establecer distancias sociales estúpidas como es cuando digitalmente elijen a la Romera Mayor o, lamentablemente, las subvenciones que consideramos improcedentes de todo punto de vista, dadas su autocomplacencias en calificar como sociedad elitista de auténticos coburgos

La denominada y desfasada aristocracia, como hecho antisocial merece que, en breves líneas no ocupemos de la misma por estar siendo utilizada en La Laguna de manera torticera. Se trata de una forma de gobierno en el que el poder soberano era ejercido por una clase social privilegiada, generalmente hereditaria y retrógrada.

Etimológicamente significa las mejores, esos que nosotros como republicanos denominamos con cretinos sangre azulinas, descendientes de la pata o la pezuña de Babieca, el caballo del Cid Campeador, pues de parásitos de este estilo están plagadas estas  ínsulas y concretamente la dirección,, que no todos los socios.

Cuando el vulgo se refiere a los aristócratas y a la aristocracia lo hace siempre en sentido peyorativo que es la mejor forma de no tenerlos en consideración alguna.

Quienes son incapaces de poder llegar a comprender que todos somos ciudadanos en un Estado de Derecho, y que aunque algunos socios del Casino puedan ser partidarios de esa aristocracia franquista que tanto pulula en el interior de la casa que fuera de los hijos de don Martín y donde ciertas pléyades minoritarias de individuos derechosos pueden conservar y maquinar en ese santuario, precisamente no a sus aportaciones dinerarias, sino y gracias a la globalización social y a las cuotas de admisión además de las mensuales merced a las cuales pueden subsistir sociades de este tipo.

Algunos de esos coburgos presumen de ser descendientes de aquellos indeseables genocidas castellanos que lavaron sus sangres negras aquí dedicándose a la esclavitud, a las importaciones de negros del continente cercano, a la especulación de los mismos, así como, a partir de 1530 a cristianizarlos, dándose la circunstancia de que, por ese motivo, en La Laguna era el lugar de las Islas donde más esclavos negros y canarios había y que se depositaban en la casa Alvarado Bracamonte, hoy Casa de los Capitanes Generales.

Hoy muchos de ese descendientes de los genocidas castellanos, al igual que sus antepasados, vienen actuando de meros figurones sociales, refugiándose en el mando de la Esclavitud del Cristo, Hermandades y Cofradías, pegados y succionando sangre cuales vulgares garrapatas que, que generación tras generación vienen actuando.

Y para finalizar y a modo de aclaración necesaria significamos que, se nos ha ocurrido reflexionar de la manera precedente debido al gran ejemplo que viene dando la Sociedad Orfeón La Paz, como ejemplo de solidaridad, de sacrificio, de mantenimiento de la Cultura e identidad lagunera, siempre con sus presidentes, juntas directivas a la cabeza y socios en general.

 

FIDEL CAMPO SANCHEZ