25.3.09

LOS POPULARES Y DEGUSTADORES GUACHINCHES.








El amigo periodista, don Rafael Lutzardo nos ilustra, en uno de sus enjundiosos artículos a cerca de las degustaciones que los sibaritas, dentro de la cultura gastronómica de esta nacionalidad, donde suelen disfrutar familias enteras de esas acreditadas rutas de lo que se denomina como “guachinches”, situados a veces en garajes o salones de las casas canarias, que cuenta con verdaderos adeptos sobre todo en el Norte de nuestra tinerfeña Isla, muchos de los cuales se han ido convirtiendo en pequeños restaurantes donde se aprecian diferentes sabores de comida casera. Dice el ínclito periodista que los mejores entendidos de las catas de los ricos caldos canarios, tienen en estos guachinches sus citas a partir de de enero y febrero. Este vocablo de uso frecuentísimo en estos peñascos, también conocido como “buchinche o bochinche” (tienda, taberna, tasca) de aspecto pobre que encontramos por doquier, tiene su origen en Las Palmas, según el léxico de Millares.

Este interesante artículo de Lutzardo, descrito a la perfección en las rutas de los guachinches, trae a nuestra mente el recuerdo del “figón” que conocimos en nuestros años más mozos, en allende los mares, concretamente en Cantabria, como una instalación dinámica de figones que se dedicaban en fiestas, ferias y mercados para guisar y vender cosas de comer que, normalmente se veía, como encargadas de cocinar a las mujeres, de ahí aquello de Pardo Bazán:” Vi a la mujer alta y delgada figonera, tabernera o lo que fuese” Por eso nos permitimos buscar cierta similitud de nuestros “ventorrillos con aquellos figones” que no son otra cosa sino tiendas ambulantes, hechas con cañas y sábanas, que se arman en ferias y fiestas para la venta de bebidas y comidas típicas.

Fidel Campo Sánchez