Cuando un amigo se nos va, algo muere en el nuestra alma. Se nos hace muy difícil sentarnos delante del ordenador y empezar a escribir sobre el entrañable Norberto Rodríguez Díaz (Zenón). Creemos que, además de la pérdida personal de todos los le conocíamos y tratábamos a diario, La Laguna a la que tanto amaba, ha perdido no sólo una gran persona sino un artista acreditado que, cámara en ristre ha plasmado multitud de instantáneas de su historia y sus personajes más significativos. Nos ha dejado una huella imperecedera, que no se podrá borrar.
Es en La Laguna donde nace y se forma y es esta ciudad de tradición cultural y periodística, ya que fue la ciudad donde se fundó el periodismo en Canarias y donde se editó el primer periódico de las Islas. Pero mientras todo eso podría estar en la mente de ilusos y pragmáticos, los artesanos sobrevivían, dando respuesta a una sociedad que estaba al margen de las ideas de las futuras empresas o de las políticas más o menos recurrentes. Zenón, su cámara había plasmado a todos aquellos oficios como: cerrajeros y formadores, industriales del cuero, carpinteros, albañiles, pintores, periodistas, pescaderos, policías, relojeros, sepultureros, soldadores, sombrereros, tapiceros y ciudadanos intelectuales de diferentes clases sociales como médicos, catedráticos y..… quienes hicieron posible la nueva ciudad, todo ello unido al fenómeno de los nuevos procesos técnicos. Su arduo trabajo en esta materia quedó plasmado en un libro, pendiente de editar por Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad, cuyo prólogo está a cargo del también fallecido, Adrián Alemán de Armas. Que esperamos, como obra póstuma, pueda ver la luz.
Al perder una de las memorias de la historia de Agüere y muy consternados deseamos acompañar en el dolor a su esposa Loly a sus hijos José Zenón y Andrés, así como a su madre doña Carmen y hermanos.
Zenón, amigo, hasta siempre donde nos volveremos a encontrar: en las mansiones celestiales.
FIDEL CAMPO SANCHEZ.
