21.4.09

SI DESEAS DEDICARTE A LA POLITICA, NO ESTUDIES.

El gran poeta chino Su DongPo, que sufrió gravemente durante su vida por mantener un pensamiento político propio, escribió hace casi mil años: «Todos quieren tener un hijo inteligente, /pero la inteligencia me ha arruinado la vida. / Así que quiero que mi hijo/ sea tonto y estúpido: / Sin penas ni penalidades llegará a ser ministro».

En tiempos de crisis, cuando las cifras del paro son aterradoras y más que estadísticas son dramas humanos agregados, hemos comprobado que para ser Ministro de Fomento no se requiere una formación o preparación, no se requiere de una experiencia contrastada en la gestión pública o privada, tan sólo es necesario ser fiel al líder y cañero con el enemigo político.

Qué más da que el nuevo Ministro de Educación se empeñe en recuperar el valor del esfuerzo, del estudio y la dedicación, qué más da que los padres premien a sus hijos cuando traen buenas notas a casa y qué más da que se hable de investigación, desarrollo y tecnología. Da completamente igual porque el Presidente Zapatero ha enviado un mensaje claro, diáfano, a los jóvenes: ha premiado muchos años de trabajo fiel, una labor sistemática de limpieza dentro del partido y una capacidad inigualable para atacar con brocha gorda al rival político. Además, no es un ministerio menor para los españoles, y las posesiones de España en: Canarias, Ceuta y Melilla, y otras nacionalidades. De él dependen temas tan importantes como el que los Aeropuertos canarios pasen a depender del Gobierno Canario, que el Tranvía llegue a todo el Norte o el Tren al Sur de Tenerife así como el soterramiento eléctrico y otras muchas cuestiones dependiente de Fomento.

El Presidente Zapatero ha utilizado meritocracias propias de la prensa del corazón o los Reality Show para nombrar a José Blanco, dejando de paso instituida una doctrina terrible para la sociedad en su conjunto: si quiere ser ministro, diputado, concejal, alcalde y… no estudie y meta mucha caña cual viene ocurriendo en estas ínsulas de barataria, con algún personajillo por aquello de las grandes ciudades, como La Laguna, al que han asignado unos emolumentos anuales superiores a los que percibe un catedrático de nuestras universidades canarias, sin que con ello queramos negar posibilidades a todos aquellos que no han estudiado, pues, a veces rinden con más inteligencia y eficacia que los que ha pasado por la Universidad, ¡ahí es nada!

Fidel Campo Sánchez