De un tiempo a esta parte han venido creándose en diferentes Cuerpos de Policía Local, unidades de intervención a semejanza de las UPS del Cuerpo Nacional de Policía. Las excusas para su creación pueden ser múltiples, como por ejemplo escasos efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, luchar contra el aumento de delincuencia, o reforzar las unidades operativas “regulares”.
Sin querer olvidarnos de ninguna Unidad de Intervención de las distintas existentes, nos centraremos en las Unidades de Canarias y más concretamente en la UNIPOL por ser la que más próximas nos quedan y ser conocidas por mucha gente.
En nuestra opinión, generalizando y teniendo en cuenta que el ejemplo que mejor conocemos por los medio de prensa en determinadas actuaciones es el de la UNIPOL, no son más que excusas para que los Alcaldes tengan un producto para vender al ciudadano lo que de otra forma sería imposible hacer, por ejemplo, distraer la atención de los problemas de la ciudad, dar una imagen determinada para las siguientes elecciones, perjudicar la imagen de las FFCCSE… y que cuando cambie el gobierno o cuando le dé al Alcalde por ahí desaparecerán igual que fueron creadas, aunque ojalá nos equivoquemos, pues, esto es lo más parecido a un Estado policial local y. muchas veces sus actuaciones pueden hasta resultar anticonstitucionales
Hemos de decir que con lo expresado no deseamos menospreciar a ningún componente de estas unidades, pues creemos que la mayor parte de ellos, con la capacitación adecuada en valores y relaciones sociales de concepciones democráticas, podrían ser unos buenos profesionales y estar igualmente formados que los policías del CNP, puesto que las Administraciones Públicas locales y autonómicas si preocuparan de darles mucha y mejor formación que la central a sus policías. ¡Ya quisiéramos nosotros que la Administración Pública se cuidase, se preparase en la creación de una Policía de Unidades de Intervención locales que justifiquen su creación para servir a la ciudadanía desde ámbitos constitucionales y no represivos.
Si la Ley Orgánica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se cambiase, podrían “dar mucho más juego” a estas unidades, ya que en la actualidad, dependiendo del interés político de Alcaldes, Delegados del Gobierno y Comisarios se utilizan para unas cuestiones o para otras y esas otras a veces muy pertidisras.. Por ejemplo en Santa Cruz de Tenerife, no existe colaboración entre UNIPOL y UIP y apenas con la UPR, sin embargo en otras ciudades como Barcelona o Zaragoza parece que la colaboración, por ejemplo, en cuestiones de orden público tales como encuentros deportivos, es habitual y cada uno tiene su sector de intervención y sabe lo que tienen que hacer…
Hemos de decir que los funcionarios de la Unidad de Intervención de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife (UNIPOL), desde su creación, han gozado de la protección de su Alcalde (como no podía ser de otra forma), han sido formados de manera muy completa y han sido equipados de manera excelente. Pero hemos de criticar los motivos que desde al Ayuntamiento se argumentaron para su creación, tales como la escasez de efectivos del CNP. Con respecto a esta excusa, si bien no era totalmente cierta, hemos de decir que no es completa, puesto que ya se estaba empezando a notar una recuperación de efectivos del CNP en la Comisaría Provincial. En nuestra opinión fue que al Sr. Alcalde de S/C de Tenerife le gustaron los “chicos con botas de la Nacional” o los “Hombres de Harrelson” y quería tener los suyos propios, lo cual sin duda benefició a todos aquellos funcionarios de la Policía Local que deseaban hacer algo más que las labores rutinarias de los grupos operativos.
También fue criticable la publicidad que se les dio al principio, puesto que parecían ser los salvadores de la ciudad e iban a resolver todos los problemas de delincuencia de la misma, siendo infinitamente mejores que los policías de las FFCCSE, al menos eso fue la sensación que se transmitió a través de la prensa.
Como no podía ser de otra manera, el espíritu mimético se nos muestra en La Laguna nos da la impresión que caminan en la misma dirección que los políticos chichas con la creación de un nuevo grupo, considerado como “la niña de los ojos del Alcalde Clavijo”, al que nosotros vemos como una fuerza represiva anticonstitucional más que servidores públicos, nos parecen personal contratado para que nadie se les acerque y a los que previamente, es necesario dotarle de medios acordes a su especialidad de nueva dotación, tales como de solvencia moral y sobre todo de valores y educación de la que nos parecer observar carecen en gran medida.… Y es en este ámbito donde hay que decir que la Administración Local se ha portado, quizás demasiado esplendida en la creación de esa U.R.S.I- sonido cursi- que consideramos innecesarias sus actuaciones hasta tanto no se la capacite convenientemente, aprendan a respetar al ciudadano y se les instruya sobre la humildad y no sobre concepciones de tipo dictatorial que a nosotros, por lo que nos ocurriera hace unas semanas en la Calle Calvo Sotelo, cuando fuimos a interesarnos por un ciudadano que había resbalado dando de bruces en el suelo y al que hubo que darle 17 puntos en la cabeza, fuimos cuestionados y tratados con tan malísima educación, por uno de los cuatro URIS, muy corpulento él y con cara de pocos amigos, que fue preciso hacerle frente con palabras altisonantes, recordando nuestros años de alférez en el ejercito, al negarse a dialogar como nos merecíamos, como ciudadanos, y casi tuvimos que ordenarle se pusiera firme –metafóricamente hablando- hasta que se avino y un servidor se retiró y pensando si alguno de esos pudiera pertenecer al sindicato de Policía Local denominado como Asipal, que nos tiene interpuesta un acto de conciliación, por supuesto, previo a posible querella, pues, algunos no saben separar el trigo de la paja y desean hacer justicia a su manera, cuyas maneras están totalmente en desacuerdo con nuestra manera de ser, pensar y actuar que no aquel: ¡circule que a usted aquí no se la ha perdido nada!, que nos hizo recordar aquellos guindillas de la posguerra incivil que se creían pavos reales.
FIDEL CAMPO SANCHEZ