Con motivo de la sensible pérdida de nuestra amiga y socia de honor, doña Carmen Doña Carmen Díaz Alayón deseamos rendirle honores con motivo de su fallecimiento por tratarse, además, de una representantes de los cada menos colectivos de artesanos en la ciudad de Aguere
La impronta de esta señera lagunera quedó reflejada tras más de 70 años de actividad en el Estudio Fotográfico Zenón, al frente de excelentes artesanos, su hijo Norberto, fallecido recientemente y su hija Rosalba, que han marco y dejado muy alto el listón de retrato y su amor y defensa a ultranza de su ciudad, esta nuestra La Laguna. La competencia por doquier, fundamentada en sistemas digitales de muy alta tecnología y la escasez, por la paulatina desaparición del material que venían utilizando en estudios fotográficos clásicos, como el de la familia Zenón, llevó a esta cualificada artesana artista, matriarca de una saga de cualificados artesanos, con dolor de su corazón a replantearse el cierre de su estudio en la calle de Herradores, donde miramos en el recuerdo, cada vez que por allí pasamos.
El trío doña Carmen, Rosalba y Berto (Zenón), con nuestra ínclita ciudadana como elemento aglutinador y principal de esta familia de artesanos laguneros permaneció unida hasta el cesa de la actividad. Esta ancianos ciudadana llevaba a término, a su avanzada edad, pero como mente lúcida, las tareas en el cuarto oscuro (sección de revelado), además habiendo trasmitido a su hija Rosalba el arte del retocada a plumilla y coloreado que con gran dedicación dedicó a la obra de su esposo y después de su hijo, maestría y buen gusto desde el a época en que viviera su conyugue don Zenón, quien fuera el fundador de la firma.
Con la marcha de esta gran dama a las mansiones celestiales, donde la espera su hijo Norberto donde sin duda continuarán la obra artística, La Laguna pierde gran parte de la reciente historia y nosotros una gran amiga a la que el Ayuntamiento pese a haberlo solicitado en noviembre del 2004, de acuerdo con el Reglamento de Concesión de Honores fue incapaz de hacerle un mínimo reconocimiento. No obstante, por aquello de que el rectificar es de sabios esperamos y deseamos hagan uso de esa necesaria sensibilidad que todos poseemos para rendirle los honores que como persona intachable y profesional se mereció en vida.
Damos nuestro más sentido pesar a sus hijos y nietos ante la pérdida de una madre, amante, generosa, discreta y siempre dispuesta a perdonar, olvidar y mostrar su amor al prójimo. Descanse en paz, amiga.
FIDEL CAMPO SANCHEZ