Cuando opinamos sobre las deficiencias de algunas áreas delegadas en el Ayuntamiento lagunero y sobre la más cuestionada cual la de Cultura que le viene grande, pero que muy grande y que lleva la “ínclita” edila Julia Dorta, no se pueden imaginar lo que nos duele, pues, se puede pensar que a quien cuestionamos es a Fernando Clavijo, alcalde y amigo, por encima de diferencias políticas. No es así sino que somos conscientes que “in ilo tempore” hubo una alcaldesa que le dejó una Corporación, ¡eso sí!, hecha a su medida en el ordeno y mando. Entre todos esos ediles/as quien se lleva la palma de los despropósitos es la señora Dorta y sino que nos aclare:
¿Por qué´, contraviniendo todas las leyes constitucionales y de la Organización Internacional del Trabajo, ha despedido a un número indeterminado de trabajadores autónomos de la Biblioteca Municipal, por llevar a término una huelga, ante la falta de cobro de sus salarios?
¿Por qué el señor Castañeda, a quien se pretendía encargar el llevar la Gerencia de Cultura por sus más que reconocidos méritos y competencias puestas de manifiesto en anteriores corporaciones, trabajando codo con codo con el profesor y concejal Oswaldo Brito, tuvo que negarse al tener que poner como condición “sine qua non” que debía cesar la edila Julia Dorta pues él no está dispuesto a servir a quien tiene la fama de que donde pisa no nace hierba?
¿Por qué ese nombramiento, como consecuencia de un concurso de méritos para ocupar de Gerencia de la Escuela de Música, recayendo el mismo en la esposa de un concejal del Ayuntamiento chicha y destacado personaje de CC y por ende de la misma cuerda de esa “nacionalismo” mercantilista y encima tengamos que soporta que este personaje, Julia Dorta, no venda el despropósito de que desconocía que era esposa de un compañero político, dejando por ello constancia pública de presuntas, de tráfico de influencias y nepotismo que, traducido al español que hablamos en esta nacionalidad significa “corrupción?
¿Por qué, en sus descargos como imputada no ha dado la publicidad necesaria de los currículos de todos y cada uno de los o las que se presentaron al concurso, sin desmerecer, estaba María Pilar Rodríguez Machín, ya que según vox populi había más conocimientos, experiencias y competencias que la “compañera”, que posiblemente hubieran dado más nivel a la Escuela de Música?
¿Por qué miente la edil del área de Cultura al subrayar que se trata de un puesto de libre elección y concurrencia y que no tiene porque haber criterio objetivo y que, sin embargo, fue encargado informe técnico sobre los 16 presentados, donde la subjetividad era primordial?
¿Por qué, para mayor inri recalca que la señora Rodríguez Machín de Estébanez fue aceptada por su mayor experiencia administrativa en órganos de gestión de Santa Cruz de Tenerife y, en la actualidad, al haberse encargado de la Jefatura de Gestión de Servicios de Asuntos Generales en la Dirección General de Relaciones institucionales de la Consejería de Presidencia, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias?.¡Raro, raro, raro…!
Por aquello que estamos ante una reaccionaria franquista y porque de raza le vine al galgo de ser podenco y rabilargo, debemos recordarle a doña Julia que: lo que ha practicado es nepotismo, que es desmedida preferente que se da a parientes de sangre o políticos para las gracietas o empleos públicos, que como el tráfico de influencias está tipificado como delito en Derecho Penal. Hemos llegado a situaciones tales de corrupción que no es preciso esperar a pasar factura política en próximas elecciones para poner a los presuntos delincuentes a disposición de los Tribunales de Justicia, prescindiendo de los ineficaces fiscales incapaces de actuar de oficio. ¡Oh no!
FIDEL CAMPO SANCHEZ