27.8.09

DE FIESTA DE SAN ROQUE O DE LA IRRESPONSABILIDAD CONVERTIDA EN POSIBLE CATASTROFE

La crónica de la fiesta de San Roque que hemos leido en diferentes medios en la que se da cuenta de la Romería del barrio lagunero del mismo nombre, excelentemente pergeñada, hecha con destreza para mejor entendimiento de cómo precisamente no se debe actuar con ligereza y espíritu de imitación de tradiciones, en lugares de orografía escabrosa y de difícil acceso, saliéndose de lo habitual, que en definitiva suele acarrear situaciones delicadas y a veces produciendo dolor y víctimas, como lo ocurrido recientemente, con motivo de la fiesta de San Roque, en el barrio que lleva el mismo nombre de la Montaña lagunera de San Roque o de Tinguaro.
Ya desde el 2008, los organizadores de los festejos, en colaboración con el Ayuntamiento a cuyo frente no estaba la persona más adecuada para fiestas y otras cuestiones por incapaz, fueron incorporados toda una serie de baterías de actividades “novedosas”, algunas, dicho sea de paso, acertadas y otras que consideramos impropias para el lugar con unos desniveles fuera de lo corriente, un tanto empinados, de vericuetos montañosos. Nuestra estimación, en lo referente a feria de ganado sí que sería oportuno si se tratara de ganado menor (cabras, ovejas…) pero es totalmente desacertado temas como arrastre de ganado (una tremenda bestialidad humana), carretas tiradas por óvidos (vacuno en general). ¡Por cierto!, y aprovechando que el Barraco de Godianez pasa por La Laguna, dejamos lo que sigue: se denomina mal al ganado vacuno cuando se mal dice que es autóctono canario ya que se trata de la conocida como vaca rubia española, autóctona eso sí pero de Galicia y Portugal, que en la conquista de los castellanos fueron introducidas y, por tanto, aunque muy interesante en la producción de carne y leche, en absoluto una especie animal netamente canaria, si bien hace siglos que están en estos peñascos y podremos denominarla como de integración al igual que ocurre con personas de allende los mares ya integradas por amor y lazos matrimoniales a esta bendita tierra que es la nacionalidad Canaria.

Si consideramos las tradiciones a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión características de una comunidad, barrio o territorio, especialmente aquellas que nos unen al pasado y que han sido trasmitidas por vía oral, de padres a hijos, notamos que lo tradicional, en gran medida, coincide con la sabiduría popular: “tradición y revolución, he aquí dos palabras idénticas que dijera el premio Nobel, Vicente Aleixandre”
Estas prácticas de siglos, aunque ésta de hoy se dedique a San Roque, se remonta al homenaje que anualmente los aborígenes canarios rendían al mencey Tinguaro (algunos denominan Montaña de Tinguaro), cuya festividad, dándole la vuelta, hoy aparece convertida en adoración a San Roque, nacido en Montpellier (Francia) en el siglo XIV, uno de los grandes santos del catolicismo, muy popular y que ha suscitado en el mundo entero gran devoción, por su entereza humildad y deseos de ser pobre , se suele representar acompañado de un perro.
Y retornando a la fiesta y al accidente, que para lo que pudo haber sido con consecuencias incalculables, cual fue el que el que algunas carretas casi se despeñaran, enriscaran en el español que se habla en Canarias, por una empinada ladera que pone al descubierto la irracional de copiar lo ajeno, lo no viable en este lugar o en otros de parecido relieve, por lo empinado de la carretera que se usa para entrar y salir del barrio. La lógica del pensamiento racional en esquemas básicos para el desarrollo de aptitudes frente a lo que, lamentablemente, se han expuesto los organizadores nos muestran que si les exprimimos sus mentes no llegarán a dar una sola gota de limón pues, la ignorancia y el atrevimiento no hacen sino crear problemas, a veces muy peligrosos que puede llevar no solo a maltratar a los animales sino y además a producir la muerte de los homínidos.
Por todo ello deseamos que el presente sea leído, al menos, por el Director General de Fiestas de nuestro Ayuntamiento, don Jonathan Domínguez, al objeto de que tome la dirección de fiestas de este tipo, en su buen hacer ya demostrado en otras cuestiones para que el próximo año no tengamos que darle, al amigo, un cariñoso tirón de orejas.





Fidel Campo Sánchez