La más importante leyenda que tenemos en la nacionalidad Canaria es sin duda alguna, la que versa sobre la isla fantasma de San Borondón, una más que dentro de la mitología universal en la que señala la existencia de tierras imaginarias en diferentes países. San Borondón, isla mítica o leyenda que aparece y desaparece, con origen en el periplo de San Barandán de Birr y otros de San Barandán de Cluainfort o Cluainfert, monje nacido en 484.
Torriani describe sus dimensiones y localización. La localiza al oeste del Archipiélago canario, a 55 km., en dirección oeste noroeste de Hero (El Hierro) y a 25 km en dirección oeste sudoeste de Benahore (La Palma), aunque según otras fuentes de afirmación que dicen haberla visto, la sitúan entre las islas de Benahore, Gomera y Hero(La Palma, Gomera y el Hierro).
Y con relación a ésta isla mitológica algunos ilustres opinantes, partidarios de la independencia de Canarias y, por supuesto, del sincretismo soberanista canario, nada partidarios de los fundamentalismo que, desde el más supino de los desconocimientos y con esquemas de racismo y xenofobia utilizan como bandera y titulo para pedir que los españoles abandonen Canarias, utilizando como símil profanando aquella maleta del poema de Pedro Lezcano, mucho más nacionalista que los que están disparando pelotas de gofio. Un Lezcano nacionalista de integración, el primero en ocupar ella presidencia del Cabildo de Tamarán (Las Palmas de Canaria) que lo trajeron sus padres desde Madrid (España) a la edad de 3 años, formándose como canario y dejando una gran obra de cultura nacionalista y literaria, por la cual se le concedió el Premio Canarias, dejando descendencia mestiza, cual es el caso de la mayoría de nuestros hijos y hasta de esos mismos que desean expulsar a los españoles y demás extranjeros, naturalmente, ante semejantes discursos nunca serán apoyados sus proyectos independentistas, pues a nadie se le ocurrirá avalar a los que desean expulsar de estos peñascos a sus progenitores. ¡Ahí que ser tontos para proponer semejantes aberraciones! Los que incitan a expulsiones a los que ellos llaman españoles o extranjeros, que han creado familia y riqueza, a abandonar esta bendita tierra, a la que ellos mancillan con semejantes exabruptos. Los que pretenden volver al neolítico y ser dueños absolutos, con derechos de pernada incluidos, aprovechándose física e intelectualmente del destino de el noble pueblo canario y ante esa lucha estéril que mantienen contra el arigón, nos permitimos recomendarles que sería más oportuno la creación de un “reino de Taifas”, racista y contra natura y con culturas diferentes y obsoletas, al igual que los gobernantes de cultura exquisita de el Ándalus. Como desean derrocar la fuerte oposición popular canaria deben proceder al nombramiento de un emir o mencey en San Borondón que es, donde tan sólo les cabe la posibilidad de poder trasladarse para hacer realidad, la irrealidad de sus pretensiones Donde prima el fundamentalismo nazi por encima de lo racional con la tara de la sin razón creemos oportuno recordarles que de “raza pura, pura”, casta o calidad de linaje en cualquiera de los grupos en que están subdivididas algunas especies zoológicas no existe. Dentro de los apartados en que se divide la genética del siglo XX y XXI merece la pena que los fundamentalistas que hablan de raza deben analizarla “genética evolutivamente” que indica la mutación y la selección relacionada con las variaciones cualitativas y cuantitativas de la población de estas ínsulas, con grandes diferencias de las del siglo 14 y anteriores, que explican el mecanismo de la evolución de los seres vives, incluidos los homínidos bereberes, como consecuencia durante siglos del mestizaje, fundamentalmente entre aborígenes y con los españoles y portugueses, que han venido mezclando sus genes, desde la conquista y que a partir de 1530, en que comenzaron las inscripciones registrales de bautismos cristiano-católico, de adultos esclavos canarios y los de origen negroide, como consecuencia de las incursiones berberiscas en el continente cercano al que pertenecemos geográficamente, a los que se les imponían nombres españoles al antojo del esclavista. Partiendo de estos hechos, a todas luces incuestionables en el rigor histórico se produce, cual crisol, la fusión entre dos etnias diferentes y diferenciadas que dan, como consecuencia, la actual.
El racismo y la xenofobia que persiguen cuatro “iluminados” fundamentalistas, es una forma execrable de discriminación de las personas, recurriendo a motivos raciales, tono de piel, cultura y otras características físicas de los individuos, de tal modo que unas se consideran superiores y otras muy cercanas al holocausto nazi, contra judíos y gitanos, en actuaciones y en la sin razón de una utópica raza aria, con la diferencia que los aquí lo hacen en pro de lo bereber y las paranoias derivadas
Fidel Campo Sánchez