Se oye, se comenta en las tertulias, en los mentideros de nuestra entrañable ciudad ,en qué manos está el Santísimo Cristo de La Laguna y por qué la Junta de Gobierno no pide opinión a restauradores acreditados como los que restauraron el Cristo del Gran Poder de Sevilla En qué imágenes se han acreditado, dando nombres y autores en las que han puesto sus manos así cómo el lugar de procedencia de esos “expertos” traídos de la Europa de los Mercaderes. ¿Acaso los informes de los expertos españoles y canarios no los consideran válidos. ¿Será que de lo que se trata es, una vez más, quemar pólvora ajena o el qué algunos puedan utilizar estas movidas para ir en busca del “vellocino de oro”?
Los laguneros y laguneras reclaman luz y taquígrafos y no jugar a las “escondidillas” como vienen haciendo algunos individuos que se consideran descendientes de la pata de Babieca el caballo del Cid campeador. Es la tercera vez que el pueblo del Señor, pueblo soberano, tiene que soportar que cuatro “frikis”, al decir del conciudadano Sigut, se crean señores de horca y cuchillo y propietarios en exclusiva del Cristo que, en principio, es de todos los laguneros y de los canarios en general.
Dado que tenemos la certeza, al menos la intuición, que lo que se está llevando a término con el trabajo de esos “sabios” que nos han importado, es nada más y nada menos que unos retoques de restauración que, ¡a saber si lo que al final resultara sea una chapuza”, de las muchas que suelen hacer ciertos y determinados foráneos que se aprovechan de los ignorantes para hacer su agosto, hacer bolsa de euros.
Por aquello que dijera Séneca, “no aprendemos en la escuela, sino en la vida”, y de los golpes que en esta vida o valle de lágrimas han venido dando al Cristo de La Laguna, al venir utilizándolo contra la devoción de los laguneros y laguneras tenemos que puntualizar:
a.- Que estamos ante la tercera vez que con alevosía y nocturnidad, una de ellas sacándolo de su Santuario para ser radiografiado, obviando que el que el Santísimo Cristo no es propiedad de ninguno cretino de tantos como tiene y ha tenido la Junta de Gobierno, sino que es de todos los laguneros/as, con los que es de obligado cumplimiento consultar y ser autorizado.
b.- Que no es de recibo, no vale, que cuatro figurines sociales, que se han creído dueños y señores, al estilo de aquellos conquistadores genocidas, los castellanos que un día aparecieron por estas ínsulas, patentando el mestizaje y el injusto derecho de pernada y que, al perecer, pudieran estar convencidos que son herederos de aquellas injustas prerrogativas. Por desventura ¿estarán convencidos, al igual que dijera el viejo dictador, al que sus padres y abuelos lo entraban en los templos bajo palio y que aquel dejó la siguiente sentencia, “todo está atado y bien atado”? Si están convencidos, viven en el error, y miren que lo sentimos pues tenemos que trasmitirles lo que de la Junta de Gobierno escuchamos: “estos individuos se han tomado muy a pecho aquello de Juan Palamo, “nosotros nos lo guisamos y nos lo comemos”.
c.- Que se dejen de una vez por todas de recibir vibraciones de “autoridades” sotanales -de sotana-, ya la inquisición paso siglos ha. Esa Junta de Gobierno, según el pueblo que es sabio, rechaza y considera que viven inmersos en lo más bajo de las servidumbres. ¡Oigan!, vivimos en un Estado de Derecho y no en una Teocracia al estilo del Irán de los ayatolas, por lo que cualquier decisión que afecte a la fe de los laguneros y la conservación de la imagen de nuestro amado Cristo, en tanto en cuanto como obra de Arte, no se puede ni se debe hacer de espaldas a los laguneros y laguneras
d.- Encontramos lamentable que habiendo puesto el Ayuntamiento dineros, concretamente la concejalía de Turismo, a disposición de las iglesias, como reclamo turístico en el sentido de que permanezcan abiertas y cuidadas con un asalariado, tengamos que ver el Santuario cerrado a cal y canto y que los devotos y turistas se vean obligados a tomar las de Villadiego e irse con la música a otra parte
Finalmente decimos que lo sentimos pero visto que no aprenden a tener opiniones propias y si el vivir sumisos a determinadas “autoridades” clericales tenemos que hacerlo con la sentencia de una María Magdalena canaria, que cuando se daba cuenta de que algunos se echaban los “cuscos” mal altos del pompis exclamaba: ¡Ay mi hijo, donde hemos llegado, mi conejo en poder de muchachos e insolventes!
Fidel Campo Sánchez