20.8.09

EL CRISTO DE LA LAGUNA Y LA PROMESA DE 1921

El que hoy se dé una información sesgada en un periódico de esta ínsula , sobre la Escuadra de Artilleros de Montaña que acompañará a nuestro Señor, después de algún tiempo sin hacerlo, no siendo nuestro deseo el tener que retornar a guerras que ya considerábamos pasadas, entre este cristianos y humilde ciudadano y el obispo católico, don Bernardo Álvarez, en relación a haber impedido que los Artilleros de Montaña acompañaran al Santísimo Cristo de La Laguna, cada vez que saliera de su Santuario procesionando por nuestra ciudad, en cumplimiento a una promesa del pueblo lagunero en 1921, con motivo de la Guerra de África, tenemos que hacer algunas consideraciones, tanto a monseñor Álvarez como a cierto y determinados ciudadanos con aires de de lograr algún mayorazgo de nobleza nobiliaria.

A nosotros nos pidieron algunos hermanos de la Hermandad del Cristo, de esos de a píe, que bajáramos la guardia y que viéramos la posibilidad de dejar de aparecer en los medios con nuestras diatribas al respecto, de manera especial en este periódico digital habida cuenta que, al parecer, decía el obispo del mismo que mientras no cesaran los ataques el continuaría erre con erre, impidiendo que la Escuadra acompañara al Cristo. Así lo hicimos, escuchamos, dejamos de reivindicar la anulación de la Norma Sinodal 516, e incluso públicamente pedimos perdón al señor Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, esperando y deseando que como buen pastor del rebaño hiciera lo mismo. Pero, al parecer en determinadas personas aquello de contra soberbia humildad, no funciona, como lamentablemente y así mismo el poner la otra mejilla, que es personar y olvidar.

Las alharacas del obispo en el periódico de origen palmero, Diario de Avisos, anunciando a bombo y platillo que la salida del Cristo del Santuario el día 14 de septiembre, en la Procesión del Retorno, irá acompañado, como desean los laguneros/as por la Escuadra de Artilleros, aunque esta importante noticia nos hubiera agradado más si se hubiera dado conjuntamente con el responsable del Ejército español, en estos peñascos de barataria y para nada por la representación de esa ineficaz, servil y sumisa Junta de Gobierno de la Hermandad, propietarios del Templo y de la imagen en representación del pueblo lagunero, quienes para mayor inri no han movido ni un solo dedo, saliendo muy feos en la información que les resta total credibilidad y que, además, no serán capaces de defender la propiedad, en su conjunto incluido todo el espacio ocupado por todas las instalaciones religiosas y el recuperar lo que indebidamente fuera hecho en 1936 por el Ejército, por aquellos que se levantaron contra el Gobierno de la República, que invadieron derechos adquiridos en 1837, por la desamortización de la Ley Mendizábal de 29 de julio

En definitiva que los laguneros hemos ganado una batalla, que es lo importante y que inducirá a que se recupere la fe que les hicieron perder. Tenemos que matizar que quienes estuvieron al píe del cañón, en el servicio al pueblo lagunero fueron tres personas infatigables en la defensa de La Laguna y sus tradiciones: don Julio Torres, el periodista don Domingo García Barbuzano y un servidor como lagunero de integración

Gracias a La Laguna, por los apoyos recibidos y al prelado Álvarez al haber recapacitado y devolverle a nuestra ciudad la esperanza, pues sin ésta no hay fe.


FIDEL CAMPO SANCHEZ