24.9.09

BICICLETAS Y PATINES EN LA LAGUNA

La bicicleta fue el medio de transporte más deseado en nuestra juventud , también casi inalcanzable, dadas las carencias y privaciones que dejaron tres años de guerra incivil y una inmediata conflagración mundial (1939/1945), Se hacía cola para todo y los comestibles estaban racionados. La ciudadanía utilizaba el Auxilio Social y la cartilla de racionamiento cuya Junta de Abastos(hoy bancos de alimentos) en esta nacionalidad, que repartía a los comercios, era presidida por don Domingo Bello del Castillo, ex alcalde, ex esclavo mayor y más tarde Administrador del Centro Farmacéutico, quien era una excelente persona que ayudó todo lo que pudo y le dejaban, a muchos necesitados de aquellas épocas.

Por tanto, los chicos de entonces no podían disponer de bicicleta propia, salvo algunos hijos de papá, que además usaban pantalones bombachos y jersey de lana inglesa, adquirido en las Almacenes Ramos o en Brumel. La solución pasaba por alquilar una de las viejas bicicletas de alquiler, en el taller de maestro Inocencio, denominadas por los jóvenes de antes como “burras”. Maestro Inocencio, era hombre ingenioso, pues hacia maravillas y prodigios, según nos informan, ya que era capaz de poner a punto cualquier “trasto” de dos ruedas y pedales, reparando con infinita paciencia pieza por pieza de las que guardaba en infinidad de las mismas en cajas enormes, producto de desguaces de las que quedaban inservibles. En época como las pasadas, de hambrunas e infinidad de carencias, nada se tiraba, todo podía ser útil, no como hoy que todo se tira a pesar, según algunos, de estar en crisis.

Pero al bueno de Maestro Inocencio, pronto le salió un competidor después de haber mantenido la exclusiva del alquiler de bicicletas durante muchos años. Muy cerca de su taller situado en la calle Capitán Brotons (calle del Piche) abrió en Núñez de la Peña un nuevo negocio Tomás Morales, en los bajos de su casa donde alquilaba y reparaba bicicletas, vendía y también alquilaba colorines, novelas del Oeste y se jugaba al futbolín, además de las chucherías de las pocas que había por aquellas fechas. Nuestro amigo Tomás Morales, fue acaparando la mayoría de los clientes, habida cuenta que ofrecía bicicletas más modernas y de señoritas e incluso daba alguna rebaja o pago aplazado e incluso la modalidad de trueque a los muchachos que acudían a su taller, sobre todo en días de fiesta, para pasear por la Vega o realizar aquellas inolvidables excursiones que siempre solían tener como Bajamar el punto de destino más frecuente, donde ya existía la vieja piscina delante del famoso Charco Redondo, lugar en que tanto soñaban los laguneros de entonces, según nos dicen los más viejos del lugar ya que por aquellas fechas no aramos lagunero de integración habida cuenta que residimos fuera de estos peñascos y, por supuesto, de nuestra entrañable Aguere

Deseamos aprovechar la ocasión para recordar a nuestro Ayuntamiento que sigue en deuda con Tomás Morales quien fue un gran concejal, bueno, trabajador y amante-defensor de La Laguna en momentos de la tan delicada y rechaza fusión o absorción chicha que sigue acechando la oportunidad habida cuenta que el lagunerismo ha entrado en receso.

Por los años cincuenta se puso de moda la práctica del “patín”. Nos dicen que de mano de Enrique Martín (el peta de los Sabandeños), Luís Humberto, Duni, Lemus y algunos estudiantes del Colegio Mayor San Agustín, arropados por su director, el doctor en Ciencias Jorge Fuentes Duchemin, llegando a formar un equipo de Hockey sobre patines, entrenado por el catedrático José Hernández Rubio. Hoy día el Hockey está en manos de un gran lagunero, Federico Almenara de familia muy conocida en la Villa de Arriba, pues vivió y se crió en la calle de Herradores, junto a la fábrica de sifones de don Julián, encargado del Teatro Leal y padre de Julianito, al que todos conocían por “sifón”. Federico Almenara, es presidente de Patín Tenerife y está preocupado por el futuro de su equipo, ya que le faltan patrocinadores y subvenciones. Se nos ocurre se podría recurrir a su persona para fomentar el patín en el renovado casco, con la colaboración de nuestra Corporación Municipal, tan interesada y bien dirigida en cuestiones deportivas por el concejal y amigo Javier, para darle más vida nuestras calles recién peatonalizadas. Así tendremos la oportunidad de ver a nuestras jovencitas luciendo su figura como si se tratara de bellas “sílfides”exponiendo sus aéreos y bien formados cuerpos, acompañadas de sus maromos, alegrando a los paseantes de la Carrera, San Agustín, Herradores

Federico, es además primo de los Maury Morín Verdugo y Pérez de Barlet, por lo que podría encargarse Juan Luís de redactar un protocolo de cómo patinar en la vieja Aguere, sin molestar

FIDEL CAMPO SANCHEZ