En estos meses de verano, además de lucir los cuerpos por playas y paseos, podemos y debemos enlucir nuestra imaginación y discernimiento con un poco de lectura, alimento del entretenimiento y la cultura
Las experiencias deben vivirse, deben rozar nuestros sentidos, deben dejar huella en nuestro recuerdo activo, esto nadie lo duda. Pero con nuestras vidas corrientes (al menos la nuestra) es muy difícil, por no decir imposible, ser capaces de vivir todas las aventuras y todas las ideas que un buen libro nos puede aportar. Desde nuestra más tierna infancia, en donde la ciencia nace de lo que tocamos y sentimos, nos cuesta, en general, acercarnos al abismo de unas cuantas decenas de páginas que se nos ofrecen difíciles o aburridas (bendito Harry Potter que ha iniciado en la lectura a las jóvenes generaciones). Pensamos que uno de los fenómenos más curiosos de la lectura es que, cuando nos iniciamos en ella el esfuerzo es más grande que la satisfacción, pero una vez hacemos un cesto, hacemos ciento y no sabemos parar.
Siempre hemos pensado que no hay dos Plateros, ni dos Quijotes, ni dos Lizbeth Salander, ni tampoco dos Coroneles Buendía, iguales. Todos son distintos; eran unos en la imaginación de sus creadores y son otros en todas y cada una de las de los lectores que hacemos nuestra propia composición de personajes y lugares.
La lectura estimula que podamos ver la realidad de modos diversos; esos modos crean mundos nuevos que enriquecen lo que somos y lo que seremos. Insistimos, no todo es leer, hay que sentir, experimentar, desgastar nuestra piel con sensaciones diversas, pero en ese coctel un buen libro nos permite dar un salto a 'realidades' que en el mundo real nunca seríamos capaces de alcanzar. Parafraseando una expresión muy coloquial, podemos decir: leamos y vivamos que todos somos hermanos. Eso sí, leer mucho, “per sé”, no supone que uno sea más culto, inteligente o capaz que otro; no, ¡qué va!. Quienes posan sus ojos por esas líneas de palabras, simplemente disfrutan y se divierten como con cualquier otra actividad de entretenimiento, no vale más ni menos, vale diferente. Que usted lo lea bien
FIDEL CAMPO SANCHEZ