La esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna celebró el pasado domingo, con una solemne función religiosa el 350 aniversario de su fundación. En el mes de septiembre La Laguna entera traspasa los Portales de la Plaza para visitar al Cristo. Allí, en la pequeña capilla nos espera nuestro Señor con los brazos abiertos para que entremos a visitarlo, a contarle nuestras penas y alegrías.
Este año es, además significativo, pues El Cristo recupera a su Artilleros, antiguos vecinos , componentes de la gloriosa Batería de Montaña, que pared con pared, han sido compañeros inseparables, cuando la Plaza era de tierra, tenía un templete sin concluir y una hilera de álamos negros, tan antiguos como el Cuartel de las Milicias Provinciales. Por la Plaza, durante muchos años corrieron aíres de guerra. Allí se llevaron a término dolorosas despedidas de los Artilleros antes de trasladarse a lejanas tierra, donde se libraban terribles y cruentas batallas.
A las despedidas, siempre asistió El Cristo de La Laguna, que salía en su trono para acompañar a los componentes de la Batería, antes de embarcar rumbo a los frentes de combate. En el año 1921, a la Guerra Marruecos o de África contra la sublevación de las “tribus rifeñas”, donde dieron las más altas pruebas de heroicidad, regresando en octubre de 1922, sin producirse bajas en los distintos frentes en que actuaron.
El mando de la Batería en la Guerra de África lo ostentaba el capitán don Salvador Iglesias Domínguez, que se retiró habiendo ascendido al generalato. El Cristo de La Laguna los recibió nuevamente y prometieron acompañarle para siempre, pues, consideraron que su protección fue milagrosa.
Años más tarde surgió con toda virulencia la Guerra incivil española y se volvió a repetir el solemne acto, saliendo en procesión el Santísimo Cristo, para despedir a los Artilleros que embarcaban para la península española, camino de los frentes de combate
De lo que no existe la menor duda, es de la huella que los Artilleros han dejado para siempre, incrustada en la vida de la ciudad de Aguere. Aún nos parece ver por nuestras calles a Antonio Izquierdo Barrios, coronel de Artillería y laureado en el frente de Madrid, con Alfonso Acuña, Manuel Pérez, Eladio Pérez Delgado, Melchor Luz Jiménez y a Juan Daniel Darías, único superviviente ¡gracias al Cristo!, que vive retirado en su hogar de Tegueste. Todos ellos componentes de la Primera Batería del Capitán Brotons.
No podemos olvidar los nombres de Sebastián Martín Neda, Francisco Rodríguez de Acero, José R. Valcárcel, Lorenzo Hernández Abad, Roberto y Francisco Ucelay, Evelio Cabrera, Luís Miranda, Gaspar de Ponte, Maximiliano Díaz López y los generales Anatolio Fuentes, Lorenzo Machado y Ramón Ascanio, todos esclavos que fueron fieles a la promesa al Santísimo Cristo de La Laguna.
Pedimos, finalmente, que estas líneas sirvan para rendir el justo homenaje que se merecen todos nuestros Artilleros, por lo que nos permitimos convocar a los laguneros y laguneras para aplaudir a las tropas que marcialmente, con Bandera y Banda, desfilarán ante el Santísimo Cristo y ante el Capitán General, que ostentará ese día la representación del rey de España y esclavo honorífico.
Fidel Campo Sánchez