Si usted es padre, madre, profesor o tiene alguna responsabilidad dentro del campo de la educación y no está dispuesto a reflexionar, aunque solo sea unos minutos, mejor será que no siga leyendo.
La tarea de educar ha sido siempre una de las empresas más difíciles y nobles de todos los tiempos. Pero ha sido, y es, también, la más importante para conseguir el objetivo de una convivencia pacífica, enriquecedora y trascendente.
El problema debe preocupar seriamente, y con toda razón, a moralistas, sociólogos, políticos, pedagogos y por supuesto padres, que buscan soluciones para limitar la violencia, el gamberrismo, la mala educación, la delincuencia y el horizonte poco claro de tantos y tantos jóvenes, fenómenos que van en aumento, y contra los cuales no dan resultado las medidas de orden colectivo que toman los Gobiernos.
Y es que, los problemas de la educación no tienen solución en los laboratorios especializados, ni con los grandes proyectos innovadores, debido a su carácter demostradamente individualista, que no admiten como solución la puesta en práctica de medidas «colectivistas», sino que deben abordarse uno a uno, individuo por individuo. Y esto, en lo que se refiere al tema aludido de la educación, solo puede ser planteado y resuelto en el seno de la familia, con los padres como primeros y fundamentales protagonistas.
Cualquier intento de resolver la cuestión y que prescinda de ese factor familiar estará condenado al fracaso, ya que ninguna otra institución puede sustituirla en la actividad de dar calor, afecto, cuidados materiales, atención personalizada y comprensión en todo momento a los niños, desde que nacen, hasta llegada la edad adulta y se encuentran en condiciones de vivir por su cuenta según lo recibido.
Pero, incluso aceptando este planteamiento respecto al papel fundamental de los padres en la educación de los individuos, las dificultades son numerosas y los padres necesitan grandes dosis de información, «sensatez», y ánimo para cumplir educadamente su misión. ¡Padres, comienza un nuevo curso escolar, den y prediquen con el buen ejemplo y el esfuerzo necesario en esta época compulsiva que nos toca vivir, retórnenos a los valores!!
FIDEL CAMPO SANCHEZ