RECORDANDO A TOMÁS MORALES.
El día cinco de abril se cumplió el primer aniversario del fallecimiento de un gran lagunero, Tomás Morales Hernández, conocido y muy apreciado por todos. Su más valorada seña de identidad fue siempre su lagunerismo, afabilidad y entrega al trabajo con afán y constancia. Creció buscándose la vida desde muy joven, montando un estanquito en su casa de la calle de San Agustín esquina de la calle Núñez de la Peña, donde comenzó alquilando colorines de la época como el Pulgarcito y otros similares. Allí se podían leer novelas policiacas, del Oeste, románticas, etcétera. Recordamos las aventuras Guillermo Tell, del Coyote, del F.B.I, cuyos autores eran Estefanía, Agatha Christie y Corín Tellado, recientemente fallecida. Amplió su negocio y dio paso a la oferta de chucherías de todo tipo, como caramelos de colores, pastillas de menta y limón, chicles y gomas de mascar ·chewing gum, bazocas que hacían ruido, pipas, manises, garbanzos, chochos…Continuó abriendo puertas a la fachada de Núñez de la Peña, donde instaló su negocio de alquiler y reparación de bicicletas.
Tomás destacó por poseer enorme voluntad y desvelo por los demás. Participó en asociaciones de vecinos, en el Orfeón La Paz, en Cruz Roja y por último fue concejal de nuestro Ayuntamiento y se encargaba de organizar las diferentes fiestas del Término Municipal. Con su marcha, queda atrás la trayectoria de un hombre bueno y generoso, ajeno a la intriga, que llegó a buscarse la vida en Venezuela, retornando a su querida La Laguna, donde contrajo matrimonio y adquirió la Ferretería El Candado a Imeldo Delgado, que aún mantienen sus hijos. Se desvivió por las Fiestas de la ciudad, siendo uno de los fundadores de la Vuelta Ciclista a la Isla que se celebra por las Fiestas del Cristo de Septiembre
Durante años lo vimos utilizando su propio vehículo un tanto destartalado, en el que transportaba sillas, tablas, equipos de megafonía, brezos, banderas, hojas de palmeras, para garantizar el éxito de los números programados para la Fiesta. Resucitó viejas costumbres y números de las antiguas Fiestas, como la lectura del Pregón a caballo, programó homenajes a la vejez, a personajes populares, como al conocido Asadura, portero del Ayuntamiento, al que nombró Alcalde por un día, entregándole un bastón de mando y unas llaves enormemente grandes de la ciudad. Todo estos inventos y más fueron ideas de Tomás, que con cierta ingenuidad confeccionaba un Belén en el estanque de la Catedral, con un Teide del que salía humo, cuyo procedimiento eran unos tubos, por donde los curiosos y transeúntes fumadores soplaban caladas de cigarrillos, teniendo como colaborador, jalando de un enorme puro al popular Sastrón quien aprovechaba para betunar los zapatos de los visitantes
Cuando Pedro González, quiso convertir la Vega en una Venecia navegable, Tomás pidió una lancha de la Cruz Roja a su cuñado José Manuel para recorrer el Barranco de Godianez y sus afluentes. Asimismo llegó a adornar la Araucaria de la Plaza de La Concepción, incurriendo en un posible delito electoral, pues la propaganda indebida la puso un día de reflexión. Renovó las Fiestas de Bajamar, confeccionó bocadillos gigantes, grandes paellas y hasta una gran pelota de gofio con miel, buscando el premio Güines que nunca logró pero si hacer que el nombre de La Laguna, de Canarias diera la vuelta al mundo Recordamos verlo siempre subido en escaleras, en camiones, colocando rosarios de luces para Navidad y brezos por San Benito, facilitando materiales a todo el que deseara colaborar en la confección de las Alfombras de Flores del Corpus lagunero, pues él estaba convencido que había que apoyar a los jóvenes para que esta tradición no se perdiera.
Si en el último pleno del Ayuntamiento se aprobó una moción institucional que pide una calle de la ciudad para darle el nombre de Zenón, nuestro querido fotógrafo y amigo, recientemente desaparecido, lo que no debe hacernos olvidar que también en su día solicitamos, que una calle de Bajamar o en otro lugar del municipio, debía recordar a nuestro querido y trabajador amigo Tomás Morales, que tanto y de notable manera desprendida se sacrificó por La Laguna. Desde estas líneas deseamos dejar constancia, una vez constatado, que apoyan esta iniciativa los siguientes: Hermandad del Padre Anchieta, la Asociación de Defensa de La Laguna, el Colectivo Ciudadano El Berode, Orfeón La Paz y ciudadanos como Domingo Medina, el escultor Fernando Garciarramos, el catedrático de la ULL, Juan Romero Pi, el ex alcalde José Antonio de la Torre y el ínclito expresidente del Casino Juan Antonio de Ossuna, dispuestos a presentar una petición al Ayuntamiento para que sea inmortalizado un hombre bueno, que tanto trabajó por nuestra entrañable ciudad, su Cristo y sus Fiestas populares.
Fidel Campo Sánchez