La celebración del Día Mundial de
Los sistemas autoritarios, que hoy gobiernan numerosos países del mundo, se basan precisamente en la negación de la libertad de prensa. El flujo constante de noticias y pareceres requiere de la democracia política; pero, al mismo tiempo, ésta no puede conquistarse o consolidarse si no se abre paso la prensa y el ejercicio libre del oficio periodístico. La censura oficial y la autocensura inducida niegan o limitan el acceso de millones de personas a la información en países de partido único como China, y sin ir más lejos en esta nacionalidad cuando vemos a los medios más al servicios de los políticos y de los empresarios que a dar información veraz y desde la participación de todos, no solo de los políticos o en situaciones de sistemático acoso a los profesionales como el que se produce en Rusia, en las áreas sometidas a la dictadura de los narcotraficantes, como ocurre en Colombia o en México, y en aquellas regiones del planeta sumidas en el conflicto armado y en la pobreza extrema, que encuentran en el continente africano su muestra más descarnada.
El asesinato ejemplarizante de periodistas para cerrarles la boca e impedirles el derecho a informarnos, la presión ejercida sobre las empresas editoras, la clausura de cabeceras o el veto a la publicación de determinadas informaciones constituyen una parte de las diversas maneras que encuentran los liberticidas para coaccionar a la prensa. Coacción ante la que la información libre no ha podido encontrar ni siquiera en Internet un refugio seguro para su realización cotidiana. La supervisión gubernamental sobre los contenidos de
Fidel Campo Sánchez