Ya va siendo hora de que todos los partidos que se consideren nacionalistas y soberanistas canarios que, no solo con la boca chica para contentar a sus JJ.NN., sean capaces de organizar un acto de homenaje a la bandera de Canarias, por supuesto la que ha adoptado el pueblo y las juventudes de CC, por ser el partido nacionalista, aparentemente, más importante en estas ínsulas, para conmemorar el aniversario de su colocación -de forma espontánea- en el en la fachada del Ateneo lagunero la azul con 7 estrellas blancas a la que asimismo se le debe hacer un justo reconocimiento . Las dos enseñas nacionales canarias necesitan de un refuerzo popular que las consagre como el símbolo regional.
La enseña del PNC, el partido político más antiguo de Canarias, fue creada en 1924, por un grupo de patriotas canarios independentistas, en Cuba. Los antecedentes en Tenerife fueron en 1907, en Tegueste en la Hacienda de Los Laureles, conocida por “Casa de Tacoronte”. Esta enseña fue izada en el Ateneo de La Laguna y obligada a ser arriada aquella bandera de siete estrellas blancas, sobre fondo azul marino y las estrellas colocadas en forma de Archipiélago. Fue retirada y tirada de mala manera, en un acto multitudinario y emocionante y recogida, antes de llegar al suelo, por el directivo Eduardo Tacoronte Bretillard, quien profundamente emocionado, la recogió antes de que tocara el suelo y apretándola sobre su pecho se la llevó a su hogar.
El acto que se celebrará el próximo día 30 de mayo, con motivo de la celebración del Estatuto de Autonomía, debe servir para retirar la bandera de los perros e izar la tricolor con las siete estrellas verdes, bandera que, por cierto, ya existió en la ciudad de La Laguna en el siglo XVI, por supuesto, sin las estrellas tanto blancas como verdes y ambos han servido para constatar que la bandera oficial precisa de todo el apoyo y reconocimiento posible, porque los tres colores y las estrellas han ido ganando terreno como bandera alternativa y popular.
En 1561, el Ayuntamiento de La Laguna, acuerda que por fin se lleve a término el acuerdo de 1554 y se encomienda al alférez Francisco de Valcárcel que proceda a la confección de la bandera, quedando patente en dicho acto que la misma era de tres divisas y se constituyó con o la bandera general de la Isla, hecha en tafetán con los colores blanco azul y amarillo y con una cruz colorada. Bandera que acompañaba normalmente en los actos protocolarios de otros aditamentos, insignias y ropajes
La presencia de la bandera de las estrellas verdes, en actos y el aplauso cuando el presidente Rivero la cite, que por coherencia ideológica nacionalista debe hacerlo, será prueba evidente de esta realidad, y que como servidor de un pueblo que necesita poner en valor su identidad diferenciada debe dar un paso adelante en el reconocimiento público de que esta nacionalidad es diferente y que, por si hasta tanto, reivindica su historia y sus orígenes.
El pueblo soberano canario quiere que la bandera oficial reciba el máximo apoyo y que la enseña tricolor con estrellas verdes se acepte sin reticencias, en una política realista que precisa, previamente, de un refuerzo de la presencia de la bandera oficial, la tricolor de las siete estrellas verdes así como el himno de Canarias de los Cantos Canarios de Teowaldo Power. Esperamos y deseamos fervientemente que, ¡al fin!, podamos verle la verdadera cara a los que predican el nacionalismo, pese a que pueda ser de manera un tanto sui géneris.
Fidel Campo Sánchez