Cada vez suenan más próximos los tambores. Los mensajes son más nítidos cada año que pasa. Sea el Gobernador del Banco de España o no lo sabe ni tal, ni cual ni el sunsun corda. La cuestión es avisarnos de que esto no puede seguir así: las cuentas de la Seguridad Social podrían no resistir la presión de la enorme cantidad de jubilados con los que contaremos en los próximos años.
La pirámide de edades tiene cada vez más forma de cilindro y no se podrá mantener la relación entre cotizantes y beneficiarios que garantice el futuro del sistema.
Y proponen prolongar la vida laboral un par de añitos, jubilarnos a los 67. Hasta aquí los profetas.
Miren que los que se creían listos y, modestamente, me parece que no son más torpes porque no se entrenan lo suficiente. ¡Quieren que las jubilaciones sean los 67 años porque si se hacen a los 65 no será solidario y contribuirá a deteriorar las cuentas de la Seguridad Social! ¡Tendrán morro! Morrazo más bien.
En un país como este en el que los bancos y cajas prejubilan a mansalva a sus trabajadores con 57 años apenas cumplidos, en el que Radio Televisión Española prejubila a miles de personas que rondan entre los 55 y 60 años, ¡quieren que se continúe trabajando hasta los 67! Con lo fácil que lo tienen. Bastaría con impedir que nadie se jubilase antes de tiempo. Todo el mundo en el tajo hasta los 65 y problema resuelto. Todo el mundo, en todos los sectores. Pero, claro, siempre hay un ajuste de plantilla '”justificado”, un buen E.R.E. que echarse a la boca o cualquier otra razón para que sus amigos bancarios o de R.T.V.E. se vayan a sus casas con el 90 % de su salario antes de cumplir los 60, algunos, mucho antes.
Y en muchos casos con “complementos” ¿y yo hasta los 67? No y mil veces no. Es el deseo de muchos hacerlo a los 65 colgando la chapa y lo hacerlo rodeados de prejubilados que mirarán desde su adelantado recreo.
FIDEL CAMPO SANCHEZ
