La Junta Electoral Central archivó la denuncia presentada por el PP contra la utilización por el presidente del Gobierno de un avión militar para asistir a actos de su partido, arguyendo que excede sus facultades de evaluar el recurso a medios públicos por razones de seguridad y que la competencia para fiscalizar los gastos en campaña corresponde al Tribunal de Cuentas.
La decisión supone que la resolución sobre uno de los asuntos centrales en la carrera hacia las europeas del domingo se adoptará, en todo caso, en un período alejado de la liza electoral, lo que permite augurar que la polémica se difuminará pasada la cita con las urnas. Pero también implica las dificultades para definir el margen de que disponen el presidente del Gobierno y cualquier otra autoridad para ampararse en las prerrogativas de su cargo atendiendo a motivaciones relacionadas con su protección personal. Obviamente, la alusión genérica a la seguridad no puede actuar exclusivamente como cobertura para excesos en el uso o la movilización de recursos públicos, ni tampoco avalar actuaciones extemporáneas antes de partido político que de la institución a la que se representa. Pero la agria controversia de los últimos días en torno a este asunto no sólo quedará en evidencia si pierde todo su fuelle una vez celebradas las elecciones y conocidos sus resultados.
También ha hechos aflorar un negativo cuestionamiento de lo que encarna la Presidencia del Gobierno, dado que los dos grandes partidos -los únicos que pueden ostentarla- se han enzarzado en una lamentable comparación retrospectiva de la conducta de Rodríguez Zapatero con respecto a la de sus predecesores. Un revisionismo basado en el argumento pueril del “y tú más'” que puede acabar minando el respeto que merece la institución por encima de quien la encabece pero… aunque ambos tienen parte del culpa en el deterioro ¿cómo puede pretender ser presidente del Gobierno el señor Rajoy con tanta falta de tolerancia y el uso del No permanente queriendo sacar tajada de la grave situación económica que a traviesa España y sus dominios territoriales y coloniales, negándose a arrimar el hombro?
Fidel Campo Sánchez