Suba hasta Vos, Señor, nuestra oración, como sube el incienso y ya que a los que corresponde, los clérigos de esa iglesia del engaño, cual es la del nacional catolicismo, dignaos en esta ocasión a dirigir las teclas de nuestro ordenador y prevenir nuestras acciones y acompañarlas con vuestra ayuda para que el pueblo lagunero no permita lo que está pasando por la vanidad y el orgullo de quienes se llaman representantes de Cristo en la tierra. Queremos recordar la humildad de Jesús que contrasta con la soberbia y vanidad del obispo del nacional catolicismo de
Jesús va a Jerusalén, en donde sabe que ha de morir dentro de pocos días, y hace su entrada solemne en la ciudad. En medio de la tristeza que respira. Las personas de corazón recto salieron a recibir a Jesús con himnos y alabanzas. Pero en medio de la multitud no faltaron los orgullosos fariseos (los ayer publicanos y los hoy políticos y magnates) que se consumían de envidia al presenciar el triunfo del Redentor. En aquel tiempo, acercándose Jesús a Jerusalén, llegado a Betfagé, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: Id a esa aldea que está enfrente de vosotros, y muy pronto encontraréis una asna atada y su pollino con ella, desatadla y traédmelos. Y si alguno os dijere algo respondedle que lo ha menester el Señor, y al punto os lo dejará. Hoy, por los contrarios todos esos y en razón a su categoría usan coches de marca más que para desplazarse a predicar la palabra, para la parafernalia y la vanidad de vanidades más absoluta
Mientras que
Hete aquí que con motivo de la restauración del Palacio de los Salazar (Sede del obispo de
El vergonzante lunch a base de diferentes bebidas alcohólicas, finos canapés, deliciosos tapaditos, exquisitas brochetas, de carne, mariscos, ostras, tablas de queso de roquefort y jamón de jabugo, incluso no faltando los cangrejos rusos, huevas de caviar de esturión, foigras de Oca Mi Cuit e incluso exóticas ancas de rana. Según se desprende toda una bacanal más digna de las orgías de Baco (dios mitológico romano) que de la realidad de esa sociedad que el liberalismo económico ha sumido en los vales de comida desechadas de los híper que traen a nuestra mente las cartillas de racionamiento después de la guerra incivil española. Además de faltar vino de marca, por supuesto algunos canarios y muchos de allende los mares, tales como champañas franceses y cavas catalanas.
Y para finalizar decimos: la vergüenza de confesar los errores que comete ese obispo de
Fidel Campo Sánchez
