1.7.09

DISCERNIMIENTO NECESARIO EN TODOS LOS ORDENES DE LA VIDA.

El discernimiento es el juicio por cuyo medio o por mucho del cual percibimos y declaramos la diferencia de las cosas. Lo que naturalmente implica tener criterio, es decir una norma, modelo de valores considerados como autoridad moral, tradiciones, filosofías, preceptos culturales, sociales o religiosos. Creemos que en los tiempos que nos ha tocado vivir debemos distinguir dos tipos de discernimientos: el bíblico y el filosófico. El discernimiento bíblico, exige tener un modelo de valores morales que, lamentablemente, vemos manipulados por la religión mayoritaria, el nacional catolicismo, más como secta de interés político-económicos que como religión cristiana.

Los que usamos la Biblia como el “criterio” para poder distinguir la diferencia entre lo que es “bueno” y lo que es “malo”, desde el punto de vista de Dios, considerado como norma de “valores morales” para todos aquellos que nos consideramos cristianos, sea cual fuere la congregación religiosa cristiana a la que se pertenezca desde el momento que se abraza la misma.

El discernimiento filosófico, puede llevarnos de forma arbitraria a un “patrón de conducta” que ayudará a distinguir que es “bueno” y “malo” desde el punto de vista humano (prescindiendo de Dios) cuya norma de valores se basa principalmente en la acumulación del conocimiento basado en la observación del comportamiento humano, sus motivaciones y pensamientos, o en experiencia personal/social a través de las fuentes del conocimiento. El discernimiento, por tanto, y aunque con matices que harían primar los religioso de los meramente filosófico, siempre nos ha de llevar a separar lo verdadero de los falso.

El buen elegir nos llevará a esferas más elevadas que dentro del discernimiento nos ha de llevar a situaciones que sirvan para alejar viejos métodos y resentimientos de aquellos que, en sus incapacidades clericales no respetan las leyes del país, como vienen haciendo esos de la Conferencia Episcopal, en la que está incluida la vanidad y prepotencia del obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, a los que nos vemos obligados a recordarles que con respecto a La Laguna sería conveniente que el discernimiento al que hemos llegado nos llevara a no tener que recordarles que pudieran haber entrado de lleno en lo que se dice en la Biblia sobre la apostasía, concretamente el Pablo

Y finalizamos recordando a los “ayatolas” que se aferran al nacional catolicismo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados (Mateo 7:1) pero debían leer y meditar sobre el capítulo entero en el que Jesús dijo:”… guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de oveja (versículo 15).

Una persona que es capaz de discernir entre el bien y el mal, tiene por lo menos uno de los mayores signos de madurez espiritual (Hebreos 5:14). Nosotros consideramos correcta la postura que venimos adoptan al denunciar a los falsos maestros a los que, contrariamente a lo que ellos se llevan siglos no respetando, son libres para continuar esparciendo sus venenosas doctrinas hoy en día, debido a que existe conspiración del silencio entre creyentes contrarios a la buenas enseñanzas de la Biblia. A estos locos, lobos rapaces, vestidos de oveja se les facilita saquear el rebaño, y así, destruir la fe de muchos, cual es el caso de la reiterada aplicación de la norma 516 del Sínodo diocesano contra la Escuadra de Artilleros del Cristo de La Laguna, en un total desprecio a las tradiciones.

Fidel Campo Sánchez