16.7.09

Y 3ª EPISTOLA MORAL PARA UN ALEVIN DEL PSOE-PSC

Tenemos que volver a destacar el mal uso del lenguaje, del español que se habla en Canarias por parte de los políticos y en este caso de un alevino del PSC, don Yeray Rodríguez, pues como el Dinio, personaje de las televisiones rosa, está confundido.

El vocablo implicación, cuando se lo dedica por segunda vez al edil González, responsable del Mercado de la Plaza del Cristo, a quien acusa de falta de implicación ya que, según él, sólo pasa por allí de vez en cuando a tomar el barraquito(Tf cortado de café con leche y una pizca de corteza de limón), es falto de verdad, por otra parte por el Bar pasan todos, nacionalistas, comunistas, socialistas y los de la logia rosa que también como seres humanos tiene derechos.

La implicación en román paladino y hasta en el español que hablamos en esta nacionalidad, es el hecho de desplegar, sacar al exterior, hacer visible o comprensible, aquello que está implicado. El hecho de estar plegado al tema del Mercado de la Plaza del Cristo y se nos presenta como un proceso relacionado a un orden determinado en el servicio a la ciudadanía. Al menos que algunos traten de decirnos que si llueve que el suelo no está mojado, como parece ser la pretensión de don Yeray, al confundir el “pompis” con las “témporas” frase que utilizamos para señalar cosas en las que nadie tiene que ver.

A todo esto cabría preguntarle al señor Rodríguez que ha hecho él por el Mercado a parte de ese “viajecito” con dinero público a Barna. (Barcelona) para contratar la famosa y detestable carpa, mientras, por el contrario, hemos visto a don Miguel Ángel trabajando para en el menor tiempo posible, se resolvieran los problemas de los comerciantes y sus familias. ¿Será, don Yeray que le molesta que se tomen medidas para ordenar el correcto funcionamiento del mismo a intentar, con intenciones mal sanas, lo que no es para nada criticable cual es el buen trabajo?.

Como conclusión preguntamos:¿en virtud de qué y a quién representa el señor Yeray Rodríguez para tener el atrevimiento de pedir que se nombre “concejal non grato”, sin el menor de los respetos al orden institucional establecido y para las buenas prácticas políticas y en actitud de total desprecio, no dándose cuenta que en una especie de inmunidad diplomática, sin recurrir a las Convecciones de Viena, don Miguel Ángel está protegido por la mayoría parlamentaria y aplastante que gobierna y que éstos sí que podrían sacar adelante una censura contra este atrevido alevín. ¡Ándese con más cuidado, amigo, pues todo el monte no es de orégano como usted cree!

Fidel Campo Sánchez