7.7.09

¿RETROCESO AL AUXILIO SOCIAL Y A LAS CARTILLAS DE RACIONAMIENTO?

Previamente, hacemos un repaso para recordar otros aciagos tiempos que se vivieron en España y en sus colonias de Canarias, Ceuta, Melilla, y Guinea y que, a juzgar por las largas colas que hoy, in situ, presenciamos en el Tanque Abajo de La Laguna.

Auxilio Social fue una organización de socorro humanitario constituida después de la guerra incivil española y posteriormente englobada dentro de la Sección Femenina de la Falange Española y las JONS siguiendo, como no podía ser menos, el modelo de otras organizaciones de la Alemania Nazi a la que eran tan proclives Franco y sus mesnadas de oligarcas asesinos

La generación, los hijos de los republicanos que vivimos la guerra incivil ya quedamos pocos, aunque nosotros fuimos de los afortunados pues nuestra familia poseía tierras y propiedades que nos les fueron arrebatadas y gracias a los medianeros nunca nos faltó un plato de comida e incluso pudimos estudiar carrera. No tuvimos, como otros muchos, que recurrir a la caridad y a las dependencias de Auxilio Social, portando aquellas latas de sardinas o bonito para que, a diario, se les suministrara el “rancho” del día.

Los llamados vencidos, los perdedores, apenas hemos podido dar la versión de los hechos, sobre todo de acontecimientos tan terribles. Han hecho falta muchos años, después de la muerte del dictador. Muchos de los afectados parecen haber olvidado cuantos de nuestros compatriotas han olvidado a todos aquellos que murieron por inanición y enfermedad a centenares en las cárceles y muchos padeciendo hambruna y persecuciones que, en algunos casos, resolvían emigrando viajando en destartalados barcos de vela, en travesías interminables, a Venezuela, Argentina y otros países latino americanos.

Como la experiencia, que según dice el otro, es la madre de la ciencia, nos ha enseñado, la excepcionalidad de la guerra incivil no es la guerra en sí misma, sino la duración e intensidad de la represión y la falta derechos y libertades, con la lamentable colaboración de la iglesia del nacional catolicismo, para nosotros apostatas y que con sus colaboraciones y practicas negaban el amor de Cristo. Pero lo más indignante es que estos todavía y pese a la muerte del dictador se resisten a respetar las leyes y continuar haciéndose pasar por “los salvadores” de nuestra alma. Aquellos pasados años durante los cuales la religión se falangistizó, hasta llegar el fundamentalismo religioso y finalizando todo creando la Obra Nacional de Auxilio Social.

Aquellos que puedan pensar que las “cartillas de racionamiento” son cosa del pasado más les valdrían que actualicen los datos o mantenerse vigilantes sobre lo que vemos acontece en nuestros días, en esta crisis económica que a nosotros nos parece que no es tal. Cuando hemos visto sufrir en cuerpo ajeno algo, y recordamos el pasado, por lo menos nos permitimos sentir que en estos momentos como, por lo menos, un 20% de la población, los que mal viven bajo el umbral de la pobreza (los de las pensiones de 350/400 euros), muchos de los cuales les tocó vivir y sufrir el tener que ir a comer al Auxilio Social y la Cartilla de Racionamiento se dan cuenta que es muy poco lo que les separa de la generación de los 40 y de los niños de la guerra, de la hambruna. La cosa por aquellas fechas estaba tan tremendamente mal, es evidente y no se puede negar. Cuando se tenía algún desliz, ¡la carne es débil!, y como consecuencia venía alguna nueva boca (un bebé) lo primero que había que hacer, antes de inscribirlo en el Registro Civil, era ir a diario a darse de alta en la Junta de Abastos.

Por tanto y por doto lo que estamos exponiendo, encontramos incomprensible y hasta denigrante el que para hacer frente a esa supuesta crisis económica – somos un tanto incrédulos – los grandes supermercados se sirven de la miseria de algunos capas de la sociedad, los de siempre, los más necesitados para, en el colmo del cinismo, “regalar” alimentos de primera necesidad cuando lo más lógico y humanos sería bajar los precios en detrimentos de los beneficios y no de los productores como mal están acostumbrados.

Que en esta La Laguna de nuestros amores y especiales preocupaciones en estos días de principios de julio veamos depositar 50 toneladas de alimentos, de los cuales ya se han repartido 26 toneladas, a quienes los necesitan, los menos, y más a los aprovechados de siempre, aquellos de a río revuelto ganancias de pescadores. Todo esto nos lleva a pensar a qué pueden obedecer esas muestras de “generosidad” de los poderosos y, a la vez alabar a esas damas y caballeros de la Cruz Roja por el gran sacrificio que están haciendo al actuar como ángeles que reparten el maná para los necesitados, trabajo que han venido desarrollando en los locales de MUVISA, del Ayuntamiento.

Nosotros, así como con los Fondos del Estado que se están asfaltando las calles laguneras y, por tanto, creando puestos de trabajo y ayudar a salir a un empresa ¿por qué no se hace lo mismo por parte del Consistorio que se podría llevar a término si los ediles fueran solidarios y se redujeran durante un año el salario a la mitad, con lo que se crearían infinidad de puestos de trabajo?.

Y para finalizar nos pregustamos ¿cómo se puede pisotear la dignidad humana que es valor ético más primario y de la se sigue la primera actitud ética, el valor y el respeto de los encargados de velar por este noble pueblo, el lagunero en particular y el canario en general.

Fidel Campo Sánchez