La RIC “grosso modo” no tiene razón de ser pues como ciudadanos todos debemos pagar los impuestos, y que los fondos actuales se estén invirtiendo en cuestiones chanchulleras y no se inviertan en cuestiones sociales y que la RIC como tal deje de existir nos lo plantea de manera contundente ese cartel, pues, por lo que se deduce la RIC es utilizada en la más vulgar de las picarescas para eludir impuestos y, en absoluto, para crear puestos dignos de trabajo, para mejorar los servicios públicos, fomentar empleo social (autoempleo, cooperativas, trabajo asociado, empleo juvenil…). Crear centros infantiles públicos, centros de día y residencias para mayores, construir hospitales públicos que son muy necesarios, en absoluto privados de algunos amigotes, de esos que financian campañas electorales.
La RIC nace con voluntad de financiación pero en realidad es un negocio para unos pocos y que determina negativamente la realidad de las Islas. Es una ley que permite establecer, con impuestos no aportados a las arcas del estado, la llamada Reserva de Inversiones de Canarias. La RIC, supuestamente, es una bonificación fiscal cuyo objetivo es facilitar la capitalización de las empresas Canarias. La reserva permite reducir el 90 por ciento de la base del Impuesto de Sociedades (compra de pisos, salones comerciales, terrenos, urbanizaciones…) Situación de signo injusto y escandaloso. Mueve grandes cantidades de dinero. Entre mellas la promoción de la ZEC, el REA, los fondos estructurales europeos, subvenciones a grandes exportadores agrarios, etc. Se alega para todo la ultraperificidad de las Islas, pero este criterio no se emplea para establecer derechos laborales y un más adecuado reparto de la riqueza y pensiones dignas para sacar de la indignidad a más de 500 mil de nuestros congéneres que mal viven bajo el umbral de la pobreza.
Fidel Campo Sánchez