11.1.10

LA HIPOCRESIA POLITICA ES FARISEISMO.

No se puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto (Aristóteles)

La hipocresía es fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan, por eso no soportamos la hipocresía de los falsos cristianos, aborrecemos la hipocresía, el fariseísmo de los que lo practican, principalmente aquellos cuyo “oficio” es: político.

Nos ha sorprendido muy gratamente que la señora Haidar haya conseguido que la mal denominada como clase política se haya visto obligada a doblegarse ante su valiente actitud de arriesgar su vida para lograr que se le respetaran los Derechos Humanos y poder reunirse en el Aiún (Sahara Occidental), en su casa, con su familia. Si hasta la fecha, Gandhi, Teresa de Calcuta y otros similares representaban un modelo de comportamiento y de entrega personal, a partir de ahora la señora. Haidar también será un nuevo modelo de admiración. Los políticos deben reflexionar sobre sus comportamientos hipócritas y defender los derechos de las personas que sufren y mueren cada día en el abandono más absoluto, por lo que se ha venido en denominar como el tercer mundo, aunque también el primero habida cuenta de la cantidad de indigentes que vemos sin hogar, viviendo y muriendo en las calles, en muchos casos no teniendo que llevarse diariamente a la boca.

No es presentable que traten de lavarse la cara atendiendo situaciones sentimentales concretas. Siempre tienen el deber de respetar y defender los Derechos Humanos. Son muchos, cantidades ingentes, los desamparados que viven en el mundo y aquí, a nuestro lado, sin lograr las ayudas que necesitan para vivir dignamente.

Deseamos que, de ahora en adelante y con el comienzo del nuevo año tomemos ejemplo de la señora Haidar como modelo de responsabilidad y la mal llamada clase política se olviden de mostrar talantes ausentes de talentos para mantenerse en el poder a toda costa.

Es preciso hacer un mundo protegido de la hipocresía. La hipocresía es el colmo de las maldades.

FIDEL CAMPO SANCHEZ