28.1.10

PRIOSTES DE LA IGLESIA LAGUNERA DE SANTO DOMINGO DEL SIGLO XXI


En una revista de la Iglesia de nacional catolicismo de Roma leemos y destacamos literalmente las declaraciones del obispo Bernardo Álvarez Afonso, que a juzgar por el acertado contenido del mismo y suscribirlo como Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, parece que ha comenzado a escoger el camino acertado que, desde tiempos ha le vienen señalando sus feligreses, donde se manifiesta de manera coherente y lógica, cuando dice:

“Esta Iglesia diocesana no la hemos creado nosotros, es fruto de una herencia que hemos recibido de nuestros mayores. La Iglesia aparece ante el mundo con el rostro que le damos. Lamentablemente, no siempre nos mostramos como una Iglesia que acompaña y ayuda. Pídanos a Dios que nos ayude a ser mejores, pidamos por nuestra diócesis”.

Evidentemente, don Bernardo que todo el patrimonio de La Laguna, incluidos los centros de reunión o iglesias, es producto de la herencia que hemos recibo de nuestros mayores y no podemos, no debemos permitir que la línea de arquitectura que está implantando una tal Cerrillos, por toda la ciudad, penetre en las iglesias de nuestra ciudad. Debemos y tenemos que llamar la atención al vicario de patrimonio, así como al párroco, don Lucio, por haber permitido que en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, justo al lado de un lugar entrañable cual es la pila bautismal de épocas recientes y donde se encuentra la centenaria en la que fueron cristianizados miles de laguneros, y nos referimos concretamente a la que se utilizó para bautizar al padre José de Anchieta, apóstol del Brasil. Además encontramos intolerable que se haya desplazado a un lugar oscuro y no visible el cuadro de Santa Ana, una anecdótica escena familiar: El padre, San Joaquín, la madre Santa Ana amamantando a María, madre del Señor Jesucristo, cuadro de excelente factura, del siglo XVII ya que se trata que su autor fue, nada más y nada menos, que Hernández Quintana.. Pintura al oleo en pergamino desplazado para instalar, seguido de las pinturas al fresco de Mariano de Cossio, un horroroso e impropio altar que supone la mayor aberración del estilo de la Iglesia. Dándose la circunstancia que se ha encargado un Cristo articulado, a un imaginero sevillano, como si en estas ínsulas no hubiera imagineros que lo puedan hacer mejor. Se trata de otro similar al que ya existe en La Concepción y que consideramos como un auténtico disparate pues para que la articulación no se note suele hacerse con piel de cabrito y, lamentablemente, termina notándose. Total una chapuza más por la falta de imaginación de aquellos que sus complejos y absurdo sentimos de figurines, les lleva a practicar el espíritu de imitación. Quizás sea que, como no tienen nada mejor que hacer, se dedican a espantar las mocas con el rabo, como haría el diablo.

Nosotros, como es bien sabido somos críticos con ese obispo católico, en esta ocasión tenemos que darle las gracias por no haber usado el nombre de diócesis Nivariense que suelen venir haciendo en error y si el verdadero, según cedula papal: Diócesis de San Cristóbal de La Laguna. El Señor lo bendiga, monseñor Álvarez y, en nombre de miles de laguneros le pedimos corte de raíz esta barbaridad que intentan cometer contra el patrimonio de una de sus iglesias, introduciendo un elemento extraño que rompe la armonía arquitectónica que se permiten determinados priostes. Los mayordomos de las cofradías o hermandades, que son aquellos que en estos momentos de crisis económica y hambrunas dedican dinero para lo fútil en lugar de ocuparse para comida y alimentos al hambriento y socorrer a todos aquellos que tienen sed de justicia.


Fidel Campo Sánchez