El 12 de enero de 1998, nos dejó para siempre nuestro conciudadano, lagunero de pro, conocido industrial y militar jubilado, don Indalecio Afonso Acuña.
Fue en vida una persona honrada y cristiano ejemplar. Un ser generoso y humano ante las flaquezas ajenas, que comprendía todo y todo lo perdonaba y olvidaba. Por razones de edad, tuvo que ser protagonista de aquellos acontecimientos que asolaron España y sus colonias de Ceuta, Melilla y Canarias desde el año 1936 a 1939, con motivo de la Guerra.
Voluntario de la primera Batería expedicionaria, mandada por el laureado capitán Brotons, participó en los distintos frentes y de manera especial en la Ciudad Universitaria, donde fueron condecorados con la Laureada Colectiva de San Fernando. Allí coincidieron numerosos laguneros de los que, según nos informan los más viejos del lugar, señalamos a Antonio Izquierdo Barrios, Roberto de Ucelay, Juan Daniel Darías, Manuel Pérez (policía local y padre de Francisco y Eladio Pérez Delgado y, además, suegro de Domingo Yanes Tenor) así como Melchor Luz, entrañable para muchos laguneros.
Don Indalecio fue padre de una familia numerosa, tuvo un conocido negocio de salpresos (pescado salado) en la pendiente de la calle Núñez de la Peña, ocupando al propio tiempo un puesto de inspector de consumo en la Delegación de Comercio.
Desde estas líneas queremos unirnos al recuerdo en este aniversario, reiterando a sus hijos nuestro afecto y nuestro más sentido pésame, pues fue buen padre y persona buena e irrepetible.